El famoso “Calladito es más bonito” pertenece al pasado.
El costarricense, al menos en segmentos más jóvenes, parece ser más consciente.
Más crítico. Más cuestionador y, por qué no, hasta mucho más activo que pasivo, como ha sido por mucho tiempo.
La gente se está manifestando. La gente se está movilizando. Y no solo alrededor de causas sociales. Parece ser que también lo hacen alrededor de un rechazo a muchas cosas negativas que han caracterizado a nuestra forma de ser por mucho tiempo.
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Esta es una gran oportunidad para las marcas.
Para ser coherentes. Para levantar “banderas” y propósitos. Para conectar.
¿Por qué?
Porque parece que el país, o lo que pasa dentro de él, está siendo movido más por nuevas convicciones y valores que por líderes. Porque es verdad que hace rato no tenemos muchos líderes en quiénes creer, y nos hacen demasiada falta. Si no, ¿cómo explicamos que Keylor Navas no pueda ni siquiera salir por el aeropuerto como cualquier mortal? ¿Cómo explicamos tanto influencer? Y, en todo caso, ¿en qué influencian?
Apoyo a liderazgos
Las marcas pueden apoyar al nuevo liderazgo desde lo que se cree.
Y pueden dar la cara haciendo lo correcto, desde su propósito y espacio. Muchas ya dan ejemplo en temas de iniciativas ambientales y sociales que de una u otra forma nos representan debidamente y con “honores” en el extranjero.
¿Qué se necesita?
Coraje, por supuesto. Convicción. Estar dispuesto a no quedar bien siempre (como tanta gente). Sentido de lo correcto y, sobre todo, ser auténtico y coherente; no oportunista y descarado (como vimos en redes hace unas semanas con respecto a un posteo sobre nuestro entrenador nacional).
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Ojalá sean marcas costarricenses las que apoyen a las personas y causas, que rechacen y nos alejen de una vez por todas de la chota, la serruchadera de piso, el no saber ser frontales y el “pequeñismo” (por mencionar algunas de las características negativas de nuestro país).
¿Se imaginan adónde podríamos llegar?
Las marcas se construyen a través de valores.
Y para conectar con estos nuevos costarricenses,
Ojalá sea su buena construcción la que nos aleje de tantos antivalores.