Es, junto a Zara, la otra historia de éxito de la moda española. Fundado hace 40 años en Barcelona, el grupo Mango continúa su expansión internacional, ajeno a la crisis que afecta a varios de sus competidores europeos.
Una tienda de 400 metros cuadrados en Los Ángeles, otra similar en Manchester, una tercera en Bangalore, en el sur de la India... La marca catalana multiplicó en los últimos meses sus aperturas en los cinco continentes, dejando atrás el parón que supuso la crisis del covid-19.
En un año “hemos abierto 115 tiendas”, muchas en Estados Unidos, donde multiplicaron por tres los puntos de venta, explica a AFP César de Vicente, director de ventas mundiales de este grupo de moda a precios asequibles, con 2.700 establecimientos en más de 110 países.
Una actividad en pleno desarrollo que debería plasmarse en los resultados anuales de la empresa, que se esperan para el lunes.
"Vamos a sobrepasar los 3.000 millones de euros" de ventas, "un récord", continúa el responsable de Mango, frente a los prototipos de nuevas prendas expuestos en su sede.
Conocido como el “campus”, en este edificio de la localidad de Palau-solità i Plegamans, en los alrededores de Barcelona, el grupo textil concibe y prueba las que serán las futuras colecciones de esta firma que vende casi 160 millones de prendas y accesorios por año.
Estrellas
La aventura de Mango arrancó en 1984, cuando un joven de origen turco que había llegado a España en la adolescencia, Isak Andic, abrió una primera tienda en el Paseo de Gracia, famosa arteria comercial de Barcelona, con la ayuda de su hermano mayor Nahman.
Impulsado por el éxito de esa primera tienda, el grupo, que le debe el nombre a esta fruta tropical, vivió en los años siguientes una rápida expansión, con la apertura de centenares de puntos de venta tanto en España como en el extranjero, empezando por Portugal y Francia.
La firma cimentó su éxito en una potente estrategia de marketing apoyada en estrellas (Kate Moss, Penélope Cruz o Antoine Griezmann han protagonizado campañas), pero también en su búsqueda de precios bajos y una rápida respuesta a las tendencias de la moda, al igual que su rival Inditex, propietario de Zara y Bershka, número uno mundial de la moda de masas.
Los dos grupos "tienen mucho en común", también porque "han crecido al mismo tiempo", subraya Marcel Planellas, profesor de estrategia en la escuela de negocios Esade. Pero estos "perfiles parecidos" no impiden que haya también "diferencias", insiste.
Mango (centrado inicialmente en la moda femenina, pero que se diversificó más tarde con el lanzamiento de Mango Man, Mango Kids y Mango Home) comercializa todos su productos bajo una sola marca. Además, “no tiene fábricas” y externaliza toda su producción, principalmente en Turquía y Asia, detalla.
500 aperturas
Un modelo asumido por el grupo, que subraya su cuidado a la hora de elegir proveedores, así como sus esfuerzos por reducir su impacto ambiental.
Para ello, tiene como objetivo alcanzar el 100% de fibras de origen reciclado o sostenible en 2030, a pesar de los largos trayectos que realizan sus prendas.
Esta marca con 14.000 empleados, que trata de diferenciarse de firmas low-cost como Shein o Primark acelerando su subida de gama, debe ratificar estos compromisos en su nuevo plan estratégico, que será presentado el lunes junto a su resultados.
También puede ser la ocasión de reiterar las ambiciones internacionales del grupo, que tiene 500 nuevas tiendas previstas de aquí a 2026.
Unas aperturas que se concentrarán mayormente en "Estados Unidos", en "Reino Unido" o "Francia", segundo mercado del grupo después de España, explica César de Vicente.
El grupo cuenta con unas 200 tiendas en América Latina.
Un dinamismo que contrasta con el pesimismo que arrastra el sector textil europeo, especialmente en Francia, donde cierres y despidos se suceden desde hace un año, como en Gap y Camaïeu.
“A diferencia de algunos de sus competidores”, Mango se encuentra en una “buena situación” y puede mirar al futuro con serenidad, subraya Marcel Planellas.
En diciembre, Isak Andic (décima fortuna de España con 2.700 millones de euros de capital, según Frobes) cedió por primera vez el 5% de su empresa a una tercera persona: su brazo derecho, Antonio Ruiz, consejero delegado del grupo.
Una etapa simbólica que podría anteceder a otro cambio a largo plazo, según Planellas: su “salida a bolsa”, tal y como ya hizo Inditex en 2001.