Arabia Saudita acoge este fin de semana a dirigentes árabes y al presidente iraní para dos cumbres dedicadas a la guerra entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamás que hace temer una escalada regional.
La capital saudita, Riad, acogerá el sábado y el domingo reuniones de urgencia de la Liga Árabe y de la Organización de la Cooperación Islámica (OCI) después de más de un mes de guerra desencadenada por el ataque de Hamás contra territorio israelí el 7 de octubre.
Los milicianos islamistas mataron a más de 1.400 personas y secuestraron a unos 240 rehenes, según las autoridades de Israel, que lanzó bombardeos y una ofensiva terrestre en la Franja de Gaza que se cobraron más de 10.800 vidas, según el Ministerio de Salud de Hamás.
"La continuación de las violaciones flagrantes e injustificadas del derecho internacional contra el pueblo palestino hermano (...) tendrá repercusiones graves en la estabilidad de la región", advirtió Riad a finales de octubre.
Arabia Saudita no reconoce a Israel, pero mantenía negociaciones para una normalización de relaciones bajo los Acuerdos de Abraham auspiciados por Estados Unidos, como habían hecho Emiratos Árabes Unidos y Baréin, pero las suspendió al inicio de la guerra.
Riad siempre ha mostrado su respaldo a la causa palestina y ha condenado la violencia contra los civiles, pero el analista saudita Sulaiman al Oqaily considera que la cumbre árabe debe ir más allá de una simple condena y “desembocar en un acuerdo que permita presionar a Israel para frenar la guerra”.
La participación del presidente iraní, Ebrahim Raisi, en la cumbre de la OCI el domingo, debe también atraer los focos a esta organización que reúne a 57 países de mayoría musulmana, desde Asia hasta África.
Se trata del primer viaje del dirigente iraní a Arabia Saudita después del anuncio en marzo de un acuerdo sorpresa, negociado por China, para restablecer las relaciones entre las dos potencias rivales de la región.
Ambas coinciden en respaldar públicamente a los palestinos, como lo demostró la primera llamada entre Raisi y el príncipe heredero saudita Mohamed bin Salmán el 12 de octubre, cinco días después del inicio de la guerra.