Los estibadores de 14 grandes puertos estadounidenses se declararon en huelga en la madrugada del martes tras el fracaso de las negociaciones de última hora entre su sindicato y la Alianza Marítima por cuestiones salariales.
La huelga en el puerto de Virginia, una de las instalaciones afectadas, «comenzó a las 00.01» del martes, anunció el puerto en su página web.
Las negociaciones entre la Alianza Marítima de Estados Unidos (USMX), que representa a la patronal, y el sindicato ILA «están estancadas», aseguró.
El sindicato anunció que «cerró (actividades en) todos los puertos desde Maine a Texas a las 12.01 AM del martes».
«Estamos dispuestos a luchar el tiempo que sea necesario (…) para obtener los salarios y las protecciones contra la automatización (del trabajo) que nuestros miembros de ILA merecen», afirmó el martes el presidente del sindicato, Harold Daggett, en un comunicado.
Malas noticias para Harris en campaña
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, instó a patronal y sindicatos a «sentarse a la mesa y negociar de buena fe, de forma justa y rápida», informó la Casa Blanca.
El conflicto representa un gran desafío para el gobierno, y en especial para la vicepresidenta Kamala Harris, quien aspira a suceder a Biden, toda vez que ambos buscan cimentar una imagen favorable a los sindicatos antes de la elección presidencial de noviembre.
Hasta ahora el mandatario ha descartado una intervención federal en este contexto de tensión.
El lunes por la noche, las dos partes anunciaron que habían reanudado las negociaciones, iniciadas en mayo y estancadas en torno a los salarios y la automatización del trabajo.
«En las últimas 24 horas, la USMX y el ILA han intercambiado contraofertas sobre los salarios», afirmó la Alianza Marítima en un comunicado, asegurando que había «mejorado» su propuesta y solicitado una prórroga del actual acuerdo laboral para continuar negociando.
Según una fuente cercana a las conversaciones, esa propuesta mencionada por la Alianza fue rechazada por el sindicato el lunes.
ILA tenía previsto iniciar una huelga en 14 puertos de la costa este y del Golfo de México en cuanto expirara el actual acuerdo de seis años.
La USMX representa a la patronal de 36 puertos.
Por su parte, el sindicato de estibadores cuenta con 85.000 afiliados en todo Estados Unidos, incluyendo trabajadores de puertos marítimos, ríos y lagos.
Oxford Economics estima que la huelga costará entre $4.500 y $7.500 millones por semana a la economía de Estados Unidos. El impacto total depende de la duración de la huelga, señalaron sus analistas.
Lucha contra la automatización
Se trata de la primera gran huelga de ILA desde 1977. Este año se han producido grandes huelgas de trabajadores de usinas de fabricación de automóviles, y en Boeing, por cuestiones salariales y condiciones laborales.
En este caso, el convenio colectivo alcanza a unos 25.000 trabajadores sindicalizados en ILA en grandes puertos como Nueva York/Nueva Jersey, Boston, Filadelfia, Savannah, Nueva Orelans o Houston.
La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, dijo el lunes que las autoridades portuarias estaban tratando de liberar la mayor cantidad posible de mercancías antes del paro.
Otras terminales como Nueva Orleans, Luisiana o Savannah, ofrecieron horas extras en los últimos días para agilizar la circulación de mercadería.
El sindicato exige protección contra la pérdida de empleos vinculada a la automatización de procesos, y pide incrementos de salarios para los estibadores, trabajadores esenciales durante la pandemia de coronavirus.
Reportes de prensa indican que ILA pide 77% de incremento salarial en siete años.
USMX indicó el lunes que su última oferta habría «incrementado salarios por cerca de 50%, triplicado los aportes patronales a los planes de retiro, fortalecido los planes de salud».
Una huelga de puertos «paralizaría el comercio de Estados Unidos y aumentaría precios en un momento en que consumidores y empresas comienzan a sentir alivio de la inflación», sostuvo Erin McLaughlin, economista del Conference Board, una organización sin fines de lucro que investiga la actividad comercial.
«No hay un alternativa fácil. Los armadores ya comenzaron a encaminar algunas cargas hacia la costa oeste, pero la capacidad de esta opción es limitada», advirtió el experto.