El próximo domingo 5 de mayo, cerca de tres millones de ciudadanos panameños están llamados a las urnas para elegir al sucesor del presidente Laurentino Cortizo. En vísperas de la contienda, y con una agenda marcada por varias polémicas, ¿quiénes son los candidatos con más chances de ganar?
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José Raúl Mulino, la mano dura
Más allá de lo que decida la Corte Suprema sobre el candidato favorito a la Presidencia, José Raúl Mulino, Panamá sería gobernada por quien fuese la mano dura del Gobierno de Martinelli, hoy asilado en la embajada de Nicaragua para escapar a una condena de prisión por blanqueo.
“José Raúl Mulino empezó a tener una vida pública en el momento de la transición a la democracia, como militante, digamos, anti régimen autoritario, al final de los años 80. Y luego transitó al Martinellismo, y fue durante el periodo de Ricardo Martinelli, primero su ministro de Gobierno y luego de Seguridad”, explica Claire Nevache, investigadora del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales (CIEPS).
“Se le recuerda bastante por ser un ministro muy de mano dura. Hubo varios muertos en protestas sociales en Panamá durante ese periodo. Personas fallecidas a manos de la policía en protestas contra hidroeléctricas, en protestas contra la venta de terrenos del Estado, y sobre todo en zonas de población indígena y de población afrodescendiente. Estaba muy cercano al Consejo de Seguridad y por lo tanto, las alegaciones de violaciones a los derechos humanos que se imputan al periodo de Ricardo Martinelli tienen una relación con su responsabilidad directa. Y por eso una parte importante de la sociedad está preocupada con la posibilidad de que pudiera ser un presidente con un estilo autoritario”, detalla.
Martín Torrijos, ¿un socialdemócrata?
Con menos de la mitad del 30% de intención de voto por Mulino, le sigue en liza Martín Torrijos, presidente del país entre 2004 y 2009, y quien abandonó al Partido Revolucionario Democrático (PRD) para postularse por el Partido Popular, de tendencia demócrata cristiana.
“Martín Torrijos es una figura muy fuerte del Partido Revolucionario Democrático, porque es el hijo de Omar Torrijos, el fundador del partido y de la doctrina del torrijismo. Fue un presidente que tuvo un relativamente buen récord en términos económicos. Fue el inicio del boom económico panameño, pero al mismo tiempo representa, digamos, ese partido que era el gran partido panameño y que es el partido que actualmente está en el Gobierno y que es muy impopular”, comenta Nevache.
“El Partido Revolucionario Democrático, PRD, teóricamente pertenece a la Internacional Socialdemócrata, pero no es un partido socialdemócrata desde hace 30 años. Es el partido que ha hecho todas las privatizaciones de los años 90, todas las reformas estructurales. Realmente es un partido de centro derecha, igual que los demás”, recalca.
Rómulo Roux, competencia por el legado de Martinelli
Codo a codo con Torrijos, se encuentra el candidato de derecha Rómulo Roux, un abogado acaudalado, delfín del expresidente Martinelli pero hoy su gran enemigo político.
“Rómulo Roux es socio de la firma más importante de abogados de Panamá y una de las más importantes del mundo, Morgan & Morgan, que tiene entre sus actividades importantes la creación de sociedades anónimas, que es un tema por el que se cuestiona tanto a Panamá. Y también tiene una vinculación muy fuerte con la minera, que fue muy, muy cuestionada y que provocó grandes protestas el año pasado”, subraya la investigadora.
“Además, Rómulo Roux era el heredero de Ricardo Martinelli. Ha sido su ministro durante los cinco años de su presidencia. Incluso fue designado desde la cárcel en 2019 como su sucesor y la persona a quien había que votarle. Y en ese momento hubo un conflicto. Rómulo Roux se quedó con el partido, pero Ricardo Martinelli fundó otro partido. Entonces hay un poco una competencia por la herencia o el legado de Ricardo Martinelli entre Rómulo Roux y José Raúl Mulino”, agrega.
Ricardo Lombana, el outsider
El cuarto candidato presidencial es Ricardo Lombana, un outsider que capitaliza el voto de descontento contra la clase política tradicional de Panamá, un país que nunca ha tenido un presidente de izquierda.
“Ricardo Lombana es el único que no está tan marcado por un historial partidista. Pretende al menos mostrarse como alguien que nunca ha tenido cargo político y alguien que viene a cambiar las viejas estructuras de los partidos políticos tradicionales y de la política tradicional. En 2019 ya se postuló y tuvo un bastante buen resultado porque llegó a ser tercero de la elección. Representa para algunos la renovación de la política. Es quizás más cercano a las generaciones más jóvenes, que se sienten un poco defraudadas por esas viejas estructuras partidistas”, apunta Claire Nevache.
Las elecciones panameñas son a una sola vuelta y se ganan con mayoría simple.