Miles de personas están agolpadas a las afueras de La défense Arena, al oeste de París, en donde iniciará este jueves 9 de mayo la etapa europea de la gira mundial de Taylor Swift, The Eras Tour: la más rentable de la historia de la música y la primera en alcanzar los mil millones de dólares de ingresos. Es una buena ocasión para preguntarse por el impacto en el clima de esta mega gira.
Es una crítica recurrente a la Personalidad del Año de la revista Time: su gira mundial es un desastre climático. En 152 fechas, Taylor Swift ha decidido viajar en jet privado. Si tenemos en cuenta sólo el tramo estadounidense de su gira, emitió en transporte lo que 20 franceses en un año. Es decir, 100 veces más que el objetivo fijado para 2030.
A estas cifras, ya de por sí elevadas, hay que añadir la huella de sus fans. Se calcula que un tercio de todos los asistentes a conciertos viajan en avión para asistir. Para una sola fecha, esto suma el equivalente a las emisiones medias anuales de 250 franceses: 1.250 veces el objetivo fijado para 2030. Por último, también podemos tener en cuenta el merchandising que se vende en los espectáculos. Las cifras anteriores pueden multiplicarse por diez.
Créditos de carbono
La cantante estadounidense es señalada regularmente por el impacto de su gira.
Ella respondió anunciando que había comprado créditos de carbono para compensar.
Dicho esto, sus emisiones son muy reales, aunque tiene medios para reducirlas. Pasar de los aviones privados a los aviones de línea reduciría en un 90% sus emisiones de dióxido de carbono procedentes del transporte.
Esto es aún más notable si se tiene en cuenta que hay muchos ejemplos de artistas que han incorporado este componente climático en el diseño de su gira.
Ya en 2018, la banda de rock francesa Shaka Ponk se tomó el tema en serio. Sus miembros incluso acabaron separándose tres años después; a pesar de sus acciones, las giras seguían siendo demasiado contaminantes y era mejor parar en ese punto.
Los esfuerzos de Coldplay
Bandas de la misma talla que Taylor Swift también se han comprometido en este terreno.
Durante la gira que siguió al lanzamiento de su noveno álbum, Coldplay se comprometió a reducir a la mitad la huella de carbono de su viaje musical.
Para lograrlo, los miembros del grupo británico decidieron apoyar proyectos de reforestación, regeneración del suelo y energías renovables. De hecho, todos los conciertos de esta gira se alimentaron con energías renovables.
Sin embargo, Coldplay ha sido duramente criticado y acusado de greenwashing: este tipo de acciones y proyectos tardan en materializarse, sin garantía de resultados, mientras que, al mismo tiempo, la banda de Chris Martin no tenía por qué avergonzarse de la envergadura de su gira.
De forma similar a Taylor Swift, la banda ofreció 122 actuaciones en 4 continentes, para una audiencia de casi 5,5 millones de personas.