El gigante inmobiliario chino Evergrande, que lidia con graves dificultades financieras, afirmó el jueves 28 de setiembre que su jefe, Xu Jiayin, es sospechoso de actividades “ilegales”, después de suspender la cotización de sus acciones en la Bolsa de Hong Kong.
Este anuncio tuvo lugar un día después de que Bloomberg publicara que el dirigente se encontraba bajo "vigilancia residencial".
La cotización de las acciones del grupo quedó suspendida el jueves por la mañana en la Bolsa de Hong Kong, sin que se diera ninguna razón específica para justificar la decisión.
También quedaron paralizados "a las 09H00" (01H00 GMT) los intercambios de títulos de dos unidades del grupo dedicadas a los servicios inmobiliarios y los vehículos eléctricos.
"La empresa recibió una notificación de las autoridades competentes según la cual Xu Jiayin (...) está sujeto a medidas coercitivas de acuerdo con la ley debido a sospechas de delitos ilegales", indicó Evergrande en un comunicado publicado en la Bolsa de Hong Kong, sin dar más detalles.
En China, el término "medidas coercitivas" hace referencia a una forma de privación de libertad para garantizar el buen funcionamiento de un proceso penal.
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La agencia de información financiera Bloomberg reveló el miércoles, citando fuentes anónimas, que el fundador y dueño del grupo había sido detenido a principios de mes por las autoridades chinas.
Xu, de 65 años, se mantiene bajo "vigilancia residencial", lo cual no implica que haya sido arrestado o acusado de un crimen, según la agencia.
Detención
A mediados de septiembre, la policía de Shenzhen (sur) declaró que había detenido a varios empleados de Evergrande, pero no precisó ni el número ni las acusaciones.
Según Caixin, un sitio financiero chino prestigioso, dos antiguos directivos de Evergrande fueron arrestados.
El gigante inmobiliario había reanudado su cotización hace apenas un mes después de 17 meses de suspensión por no publicar sus resultados financieros.
El domingo la compañía declaró que no podía emitir nueva deuda porque una filial, Hengda Real Estate Group, estaba bajo investigación.
Dos días antes había informado que una reunión prevista esta semana sobre un importante plan de reestructuración de su elevada deuda no iba a tener lugar porque era "necesario reajustar los términos" de ese plan para adecuarse "a la situación objetiva y a las demandas de los acreedores".
La rama inmobiliaria de la empresa incumplió esta semana el pago de una deuda clave.
Pilar de la economía
El sector inmobiliario y de la construcción ha sido un pilar del crecimiento de China —representa una cuarta parte del PIB— y ha vivido un fuerte auge en las últimas décadas.
Pero la masiva deuda contraída por sus principales empresas pasó a considerarse desde Pekín como un riesgo inaceptable para su economía.
La crisis de Evergrande agravó una desaceleración mayor en la economía china, que llevó el desempleo juvenil a niveles históricos.
El gobierno estableció una meta de crecimiento de alrededor de 5% para este año, lo que sería uno de sus peores resultados en décadas, excluyendo el período de la pandemia.
Desde 2020, las autoridades restringieron el acceso al crédito de los promotores, lo que ha provocado varios incumplimientos de pagos, entre ellos de Evergrande.
Otra gran empresa inmobiliaria china, Country Garden, se encuentra al borde de la quiebra después de informar de pérdidas récord y una deuda de más de $150.000 millones.