La compañía aérea estadounidense JetBlue anunció este lunes 4 de marzo que renuncia a comprar a su competidora Spirit Airlines, pocas semanas después de una decisión judicial desfavorable que ponía en riesgo la operación.
Los directivos de las dos empresas consideraron que no obtendrían las autorizaciones necesarias para esta fusión para la fecha límite que se habían fijado, a fines de julio. La operación hubiera creado la quinta mayor aerolínea del país.
Aunque las compañías defendieron la operación por $3.800 millones como beneficiosa para los consumidores, un juez federal aceptó la postura del Departamento de Justicia que considera que la fusión llevaría a precios más altos para los consumidores.
JetBlue pagará a Spirit $69 millones como parte del acuerdo de negociación, para terminar las tratativas.
"Dadas las dificultades para cerrar el acuerdo, decidimos juntos que los intereses de ambas aerolíneas están mejor cuidados siguiendo adelante de forma independiente", sostuvo la presidente de JetBlue, Joanna Geraghty.
Spirit en tanto sigue confiando en su "futuro como una exitosa aerolínea independiente", afirmó de su lado su CEO, Ted Christie, en una declaración.
"Luego de discutir nuestras opciones con nuestros asesores y JetBlue, concluimos que los actuales obstáculos regulatorios no permitirán cerrar esta transacción a tiempo", añadió Christie.
“Estamos decepcionados de no poder seguir adelante con un acuerdo que habría ahorrado cientos de millones a los consumidores y creado un competidor para las ‘Cuatro grandes’ aerolíneas dominantes” (American Airlines, Delta Airlines, United Airlines y Southwest Airlines), añadió.