Estados Unidos celebra y Europa no tanto: las últimas previsiones del FMI publicadas el martes muestran que la salud de la economía estadounidense contrasta con la apatía en la zona euro, debido a crisis recientes y a otros factores más profundos.
Desde hace dos años, los caminos son claramente divergentes para una y otra economía.
Estados Unidos registró en 2023 un crecimiento de 2,9% contra solo 0,4% en la zona euro, mientras que en 2024 el FMI espera 2,8% de expansión del PIB estadounidense contra apenas 0,8% en los países europeos.
El año que viene las cosas seguirán iguales: 2,2% para Estados Unidos y 1,2% para el bloque del euro. El “World Economic Outlook”, el informe de previsiones del organismo financiero, aumenta 0,3 puntos porcentuales sobre julio el dato para la mayor economía mundial y rebaja otro tanto el guarismo para Europa.
“Europa vivió dos choques cuando Estados Unidos solo tuvo uno”, destacó a la AFP Gregory Daco, economista jefe de EY.
Luego de la pandemia de coronavirus que provocó recesiones históricas en el mundo, y el repunte económico que le siguió, la invasión rusa a Ucrania pesó fuertemente sobre la zona euro, con un nuevo ciclo inflacionista para la energía. Sus cadenas de suministro se vieron igualmente afectadas.
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Estados Unidos lo sufrió menos, por ser más independiente en materia energética y por su lejanía geográfica del conflicto.
- El impacto alemán -El motor de la zona euro, Alemania, sufrió particularmente el shock de la guerra en su economía y entró en recesión el año pasado. Su PIB se estancará este año, y tendrá un modesto avance de 0,8% el próximo según las previsiones del Fondo publicadas el martes y revisadas en fuerte baja sobre las de julio (0,2 puntos porcentuales para 2024 y 0,5 para 2025).
Alemania e Italia sufren de una “debilidad persistente en la industria”, destacó el FMI en su informe. A la inversa, países como España, que crecerá 2,9% este año y 2,1% el próximo gracias a la buena salud del turismo, no compensan la media del continente.
Francia tendrá en 2024 un modesto crecimiento de 1,1% y será similar en 2025, según el FMI.
Más allá de factores coyunturales, la economía estadounidense se beneficia de factores estructurales más favorables: “En vista del crecimiento de su población, de la tasa de inversión y de su productividad, presenta perspectivas de crecimiento del doble de las europeas”, sostuvo Daco.
Estas fortalezas son fruto particularmente de los planes de apoyo a las familias y empresas durante la pandemia, que mantuvieron el consumo a un nivel alto, y del estímulo de la economía por numerosos programas de inversión pública como el “CHIPS Act”, una ley para promover el sector de semiconductores o el “Inflation reduction act” (IRA) que subvenciona los sectores de economía limpia.
Europa, en cambio, no se ha lanzado aún a proyectos de esta envergadura.