La Reserva Federal estadounidense (Fed, banco central) y el Banco Central Europeo (BCE) mantuvieron sus tasas de interés de referencia.
La Fed dejó el miércoles 13 de diciembre sin cambios sus tasas de interés, en 5,25-5,50%, y espera realizar varios recortes para llevarlas a 4,6% en 2024, en función de un debilitamiento de la actividad económica, según un comunicado publicado al término de su reunión de política monetaria.
“Los recientes indicadores sugieren que el crecimiento de la actividad económica se moderó” desde el tercer trimestre, señaló el Comité de Política Monetaria de la Fed (FOMC) tras su reunión iniciada el martes.
El comunicado indica que la inflación cedió en el último año, pero matizan que “sigue elevada” y aunque lo considera “poco probable”, el presidente de la Fed, Jerome Powell, sostuvo que la posibilidad de algún incremento de tasas tampoco está “excluida”.
“Aunque los responsables (de la Fed) consideran poco probable que sea apropiado subir de nuevo las tasas, tampoco excluyen esta posibilidad”, dijo en rueda de prensa luego del comunicado de la última reunión de política monetaria del año en Estados Unidos.
La Fed subió sus tasas de interés 11 veces desde marzo de 2022 para encarecer el crédito y de esa forma contener el consumo y la inversión, que presionan los precios al alza. Desde julio, el banco central ha mantenido sus tasas para evaluar el impacto de estos incrementos y evitar llevar a la economía estadounidense a una recesión.
Por su parte, el Banco Central Europeo prolongó el statu quo sobre sus tasas este jueves 14 de diciembre, siguiendo los pasos de otros grandes bancos centrales, pero dejó en el aire un próxima flexibilización monetaria cuando se registra una ralentización de la inflación.
La principal tasa de interés que remunera los depósitos, que sirve de referencia para el crédito en la zona euro, se mantiene en su nivel históricamente alto de 4,0%, que alcanzó en septiembre.
Aunque el drástico ciclo de aumento de las tasas de interés parece estar llegando a su fin para las principales instituciones monetarias, ahora se plantea la cuestión de cuándo reducir la presión.
“La ralentización de la inflación subyacente [salvo los precios volátiles de energía y de materias primas] continúa” desde octubre, pero “las tensiones sobre los precios siguen sostenidas, principalmente debido a un crecimiento dinámico de los costes unitarios de mano de obra”, señala la institución en su comunicado.
El comunicado de las decisiones de política monetaria no da ningún indicio sobre una próxima relajación de las tasas. Los precios elevados llevaron a la institución europea a diez aumentos consecutivos de sus tasas desde julio de 2022, hasta una primera pausa en octubre.