Con el magnate Donald Trump tan por delante en la carrera por la nominación presidencial republicana, se podría perdonar a los estadounidenses su desinterés por esa disputa.
Sin embargo, cuando faltan aún unos días para las primeras votaciones en los estados de Iowa y New Hampshire, los rivales del expresidente (2017-2021) insisten en que hay mucho más en juego en la contienda que un premio consuelo por el segundo lugar.
Mencionan datos de encuestas que muestran que los votantes se volverán contra Trump en importantes estados habitualmente fluctuantes, en caso de que sea declarado culpable en cualquiera de los cuatro juicios penales que debe enfrentar mientras hace campaña en pos de un segundo mandato en la Casa Blanca.
El magnate, de 77 años, también debe luchar contra los intentos anunciados en varios estados para descalificarlo de las primarias en virtud de la 14ª Enmienda constitucional, que prohíbe ocupar cargos públicos a funcionarios gubernamentales que hayan participado en alguna asonada, como la protagonizada del 6 de enero de 2021 por una multitud de sus partidarios que invadió el Congreso.
Con número en alza en las encuestas y una gran cantidad de respaldos de alto perfil, la exgobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley parece estar en buena posición para capitalizar una improbable -pero no inconcebible- implosión de Trump.
Según sucesivos y coincidentes sondeos, en noviembre próximo la exembajadora estadounidense ante la ONU derrotaría al actual presidente, el demócrata Joe Biden, por márgenes mayores que Trump o el gobernador de Florida, Ron DeSantis, su rival más cercano en el grupo de escolta.
"Los escenarios políticos pueden cambiar rápidamente y las elecciones primarias a menudo tienen giros inesperados", explicó a la AFP el principal estratega republicano, Charlie Kolean.
Un gigante
Ningún rival de Trump ha saltado aún a la yugular del multimillonario por los numerosos litigios legales que enfrenta, entre ellos la acusación de que lideró una conspiración criminal para impedir que Joe Biden se convirtiera en presidente tras su legítima elección, incluido el asalto al Capitolio de 2021.
Eso ha llevado a que muchos analistas estimen que los competidores del exmandatario -una lista que comprende también al joven empresario Vivek Ramaswamy y al exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie- han renunciado a enfrentarse al gigante Trump.
Apuntarían en cambio a 2028, año de las siguientes elecciones, o, en el caso del novato político Ramaswamy, a obtener un puesto en un eventual próximo gobierno de Trump.
Sin embargo, aunque Trump los supere claramente en cada uno de los cuatro estados en que habrá nominaciones anticipadas, tanto De Santis como Haley piensan que disponen de posibilidades de derrotar al expresidente en las primarias.
DeSantis, un populista de línea dura al estilo de Trump, sigue en segundo lugar en Iowa y tiene esperanzas de obtener una buena votación en New Hampshire.
La más moderada Haley se ha visto por su lado impulsada por sólidos desempeños en los debates entre precandidatos y por el importante respaldo que recibió de parte de la comunidad empresarial y del sistema político.
Evitando las batallas culturales que constituyen el pilar de la campaña de DeSantis, Haley enfatizó en la necesidad de reformar el sistema de bienestar social, encontrar consenso político sobre el aborto y reforzar la ayuda militar a Ucrania en su lucha contra Rusia.
El más aislacionista DeSantis pone por el contrario el acento en su éxito al imponer una agenda conservadora en Florida, por ejemplo en materia de educación o en la adopción de severas restricciones al aborto.
”Deberíamos interesarnos”
Según Henry Olsen, investigador principal del grupo de expertos conservador Centro de Ética y Políticas Públicas, las primarias pueden servir para brindar información sobre el futuro de un Partido Republicano post-Trump.
"Deberíamos interesarnos porque, por improbables que sean, algunas veces ocurren milagros", dijo a la AFP. Además, señaló que de estas elecciones internas puede emerger el candidato republicano para 2028.
Los analistas coinciden en que tanto Haley como DeSantis deberán recorrer aún un largo camino para lograr sus objetivos.
La última muestra de la influyente encuesta de Des Moines Register indicó que en Iowa el 51% de los electores republicanos prefieren a Trump, en alza respecto del 43% registrado en octubre.
"No se trata sólo de quién quedará segundo, sino de configurar el futuro del Partido Republicano", dijo a la AFP Kolean, el estratega de esa fuerza.
“Comprender las posiciones y las bases de apoyo de Haley y DeSantis revela tendencias y facciones emergentes dentro del partido, que podrían influir en su dirección más allá de 2024″, destacó.