Gabriela Monge, más que una docente de Estudios Sociales en el Liceo de Colorado de Abangares, es una soñadora.
Dice que siempre ha querido que sus clases, además de enseñar sobre Geografía e Historia de Costa Rica, incentiven en los estudiantes la idea de involucrase en las realidades nacionales y locales que les rodean, y les abran la mente a posibilidades más allá de su comunidad.
Monge empezó a cristalizar ese sueño y en 2024 inauguró el proyecto Club Rhizophora, una iniciativa que busca que sus alumnos se empoderen en los temas socio-ambientales de la zona para que sean parte activa en ella y fortalezcan el desarrollo social y económico de la región:
Esto indicó la profesora en una entrevista concedida a EF:
“La idea nació a finales del año pasado porque como docente yo siempre he tenido la inquietud y la necesidad de transformar la manera de impartir Estudios Sociales. Por eso, al llegar aquí a Colorado lo que vi es que hay demasiado potencial que los chicos desconocen y no se puede pretender que estos jóvenes a futuro tengan un deseo de participación a nivel nacional si ni siquiera les enseñamos a involucrarse de manera activa en sus realidades locales e inmediatas. Así fue como empezamos a buscar alianzas y a generar movimiento con los chicos, y este año ya empezamos oficialmente con el proyecto”.
El club es una iniciativa única en la provincia de Guanacaste y cuenta, hasta el momento, con 15 jóvenes miembros, estudiantes de noveno, décimo y undécimo año, los cuales han recibido capacitaciones en temas ambientales como manglares, al tiempo que han participado en giras para aprender sobre las dinámicas comunitarias de Colorado. Por ejemplo, la extracción artesana de sal y la minería, las cuales son actividades culturales y tradicionales del cantón.
Además, y gracias a la guía de Monge, los muchachos también han participado en jornadas de voluntariado para la siembra de árboles y para la limpieza de manglares, así como en capacitaciones para el avistamiento de aves.
“Una de las problemáticas que tenemos en la comunidad es la caza y por eso queremos que los niños, desde la escuela, puedan aprender sobre la importancia y el valor de estos animales para los ecosistemas y para su entorno”, afirmó Monge.
La profesora asegura que el proyecto lo que busca es sembrar en los muchachos “la idea de estudiar, de ir a la universidad y de ver más allá“, por lo que invitó a otros centros educativos a replicar iniciativas como esta.
Construir un Monteverde en Colorado
El club debe su nombre a las plantas rhizophoras, el género de árboles tropicales que se encuentra en los manglares.
En Costa Rica existen ocho tipos de estas plantas y siete de ellas se encuentran en el Golfo de Nicoya, justo en esta zona.
Con el objetivo de compartir los conocimientos adquiridos en el club con toda la población, el pasado jueves 10 de octubre el club realizó un avistamiento de aves abierto al público y a padres de familia que fue dirigido por los propios estudiantes.
Esto señaló la docente:
“Nosotros participamos en un avistamiento a inicio de año pero para este de octubre ya no queríamos que los chicos participasen solo como espectadores, sino que queremos que el conocimiento que adquirieron se pueda transmitir y que les sirva para ponerlo al servicio de los niños de las escuelas”.
La actividad contó con la participación de personeros del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) y le entregó a los participantes una guía elaborada por los propios jóvenes, con algunas de las aves que se pueden ver en Colorado.
Según Monge, el objetivo es que se genere conciencia sobre la capacidad que tiene Colorado para atraer el turismo rural comunitario, mediante el aprovechamiento sostenible de los recursos:
“La idea es convertir a Colorado en un sitio de avistamiento de aves para que todas esas personas que generalmente buscan Monteverde, ahora sepan que aquí pueden encontrar un nuevo espacio costero y de manglar, en el que ver aves que normalmente no verán allá arriba”, señaló.
Hasta el momento, la región tiene identificadas a más de 100 especies de aves.
El proyecto trabaja en alianza con empresas privadas como Cementos Progreso —compañía que tiene su planta procesadora en Colorado— a fin de conseguir el apoyo que les permita operar en un sistema educativo que, confiesa la docente, “suele ser rígido” ante proyectos como este.
Dicho apoyo se ha traducido no solo en financiamiento sino también en asesoría para darle voz al club y que más gente lo conozca.
Según indicó la Coordinadora de Relaciones Comunitarias de Cementos Progreso, Adriana Sanabria:
“En Cementos Progreso soñamos que el Club Rhizophora siga creciendo con la visión de ser un semillero de personas comprometidas con la comunidad para potenciar aún más el desarrollo de Colorado”.
Las personas o empresas interesadas en unirse para apoyar o en saber más de esta iniciativa pueden contactar a Monge al teléfono 8644-2452, al correo clubrhizophora@gmail.com o a través de las redes sociales del club.
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