Una reciente encuesta del Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe) de la Universidad Nacional (UNA), reveló que de 1.705 personas entrevistadas, el 80,88% no había recibido nunca algún curso de educación financiera.
Si bien desde el gobierno pasado se ha tratado de reforzar este tema desde la educación, lo cierto es que los datos demuestran que la población está accediendo al mercado financiero sin saber, por ejemplo, cómo funcionan los intereses de su tarjeta de crédito o cuáles son las herramientas con las que cuenta para invertir el dinero.
De ahí que cada vez sean más las herramientas que buscan educar a la población en esta materia. Esta semana, en ‘Educación financiera’ de Lab de Ideas utilizaremos dichas recomendaciones para hacer un compilado de los principales consejos de las entidades sobre cómo implementar un presupuesto familiar de forma adecuada.
El presupuesto familiar, según señala el Banco Hipotecario de la Vivienda (BANVHI), permite saber con cuánto dinero se cuenta por mes y a qué se destina cada parte del ingreso que se recibe.
Además, la herramienta permite detectar si la familia está gastando más de lo que gana e identificar cuáles son sus posibilidades de gasto y de ahorro.
Por ello es que una herramienta como esta no es importante solo para un matrimonio con hijos, por ejemplo, sino para cualquier persona que ya reciba ingresos y que necesite organizar sus gastos para sacarles más provecho.
Responsabilidad y control
Las recomendaciones de entidades como el BANVHI y Scotiabank señalan que es necesario que la persona sea consciente y aproveche herramientas desde un cuaderno hasta una hoja de Excel para anotar y mapear en qué necesita gastar durante un periodo de tiempo determinado.
Dicho presupuesto debe tener en cuenta los gastos principales de la familia —comida, educación, vivienda, transporte, salud— y el monto que se debe destinar a cada uno de ellos.
A partir de ahí, entonces, es por donde se debe empezar a tomar decisiones respecto a los otros gastos, tomando en cuenta los siguientes consejos:
- Lleve un registro de la totalidad de sus ingresos: defina el monto total de los ingresos familiares y diferencie los fijos de los variables. Cuando se conoce con certeza el monto que se recibirá, es más sencillo trabajar un presupuesto.
- Montos variables: si la persona tiene ingresos variables, como sucede con los emprendedores y trabajadores independientes, lo que se recomienda es identificar los patrones de ingresos y de gastos para luego estimar un promedio mensual y definir, a partir de ahí, cuál es el salario mínimo que se requiere para cumplir con los gastos básicos.
- Presupuesto a la baja: en ese sentido, y para los casos específicos en donde la persona no reciba el mismo ingreso mes a mes, se recomienda suponer siempre que los ingresos van a ser menores de lo que pueden llegar a ser, con el fin de evitar faltantes.
- Priorizar gastos: también es necesario mapear cuáles son los gastos fijos imprescindibles del hogar como servicios públicos, pago de hipoteca o alquiler, alimentación y salud, educación y transporte, y priorizarlos sobre los otros. Si ese monto varía cada mes se recomienda estimar un promedio de los últimos seis meses y trabajar a partir de ahí.
- Control de los gastos superfluos: por su parte, y así como se recomienda mantener un control de los gastos esenciales, también es necesario tener uno de los que no lo son tanto, a fin de poder postergarles o incluirles en agenda para meses o quincenas venideras.
- Fondo de emergencia: también es importante que se tomen en cuenta los imprevistos, pues estos aparecen cuando uno menos se lo espera, y por eso es recomendable que la familia tenga un fondo de emergencia que le permita cumplir con sus obligaciones. Esta práctica proporciona una mayor estabilidad y seguridad ante un escenario de crisis.
- Espacio para extras: ahora sí, y una vez que se tenga todo lo anterior controlado, se puede destinar parte del dinero a actividades de diversión y donaciones. La recomendación es designar este monto hasta el final y no al inicio para que así no se comprometan los otros gastos.
¿Qué hacer si no alcanza?
Por último, y en caso de que tras la revisión anterior se detecte que los ingresos son menores que los gastos, es necesario tomar conciencia de la situación y accionar ante ella.
Por ejemplo, si se tiene que pedir prestado cada quincena para llegar a fin de mes o si se depende mucho de la tarjeta de crédito, es necesario que la familia revise su presupuesto, que considere reasignaciones de deudas y se valore una adaptación a sus gastos fijos.
En este camino también es importante este presupuesto familiar, pues el hecho de que se mantenga actualizado permite establecer metas claras y certeras para salir de las crisis.
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