El AC Milan, que ha vuelto a la cima del fútbol italiano, cambia de manos nuevamente, pero sigue siendo “estadounidense”. Las riendas del club, que durante mucho tiempo estuvieron en poder de Silvio Berlusconi, han sido cedidas por Elliott Management, propietario desde 2018, a RedBird Capital, otro fondo de inversiones.
El acuerdo oficializado este miércoles prevé un traspaso de propiedad de aquí a septiembre y el mantenimiento de una participación minoritaria de Elliott, que saneó las finanzas y restauró la credibilidad deportiva de un club a la deriva a finales de la era Berlusconi (1986-2017).
"La prioridad de RedBird es dar una continuidad al recorrido del Milan, buscando su regreso a la élite del fútbol mundial", asegura el comunicado que oficializó esta operación.
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RedBird ya está presente en el mundo deportivo en América del Norte, pero también tiene actividad en Europa. Ahí participa de manera minoritaria en el Liverpool, pero también controla desde 2020 al Toulouse FC, recién ascendido a la Ligue 1 francesa.
El fondo estadounidense era favorito desde la renuncia de Investcorp, un fondo con sede en Baréin.
El acuerdo valoriza al AC Milan en unos $1.288 millones, una cifra a la altura de su palmarés, con sus siete Ligas de Campeones y sus 19 títulos de campeón de Italia.
Aunque sale de una década menos gloriosa, el "Diavolo", apodo del club, parece renacer. Tras regresar esta temporada a la Liga de Campeones tras siete años de ausencia, el Milan confirmó su renacimiento con su título.
Finanzas saneadas
Silvio Berlusconi era todavía el propietario del Milan en su última época victoriosa. El hombre de negocios había comprado el club en 1986 para conducirlo al techo de Europa con juego y estrellas (Van Basten, Gullit, Maldini, Kaká, Pirlo, Shevchenko y muchos otros).
Berlusconi se fue en 2017 cuando el club estaba muy endeudado.
Elliott Management llegó poco después a hacerse cargo del equipo italiano, pero no inmediatamente. Recuperó el club de forma indirecta hasta 2018, como acreedor de un comprador chino (el hombre de negocios Li Yonghong) que fue incapaz de pagar un préstamo.
El fondo apostó por los jóvenes jugadores de fuerte potencial, confiando su política de traspasos a la leyenda del club Paolo Maldini.
Les salarios también fueron adaptados, sin poder conservar a algunos jugadores importantes, que partieron con la carta de libertad, como Gianluigi Donnarumma (París SG) y Hakan Calhanoglu (Inter de Milán) en 2021 o Franck Kessié este año.
Las pérdidas bajaron de los $107 millones en la temporada 2020-2021 a $103 millones, por primera vez desde 2017. El pico más alto lo alcanzaron en 2020 y fue de $209 millones.
Elliott, cuyo objetivo era revender a medio plazo el club con una plusvalía, habría investido unos $794 millones desde 2018, según la prensa italiana.
"Nuestro plan era simple: crear la estabilidad financiera y llevar al Milan a su justo lugar en el fútbol europeo. Pienso que podemos decir que los dos objetivos han sido alcanzados", comentó este miércoles su patrón, Gordon Singer.
Italia y los inversores
Esta operación confirma la atracción del fútbol italiano a los ojos de los inversores norteamericanos: casi la mitad de los clubes de Serie A eran esta temporada de propiedad estadounidense o canadiense (Milan, Roma, Bolonia, Fiorentina, Venecia, Spezia, Génova y en parte Atalanta).
RedBird Capital está particularmente presente en el sector del marketing deportivo en América del Norte.
Su patrón, el financiero de origen italiano Gerry Cardinale, también estuvo asociado a operaciones con varias franquicias en el deporte norteamericano, sobre todo con participaciones en los New York Yankees o los Boston Red Sox (béisbol).
Además de la imagen de marca del AC Milan, el interés de la operación reposa en el proyecto de un nuevo estadio planeado por los dos clubes de la ciudad. Sinónimo de más ingresos en venta de entradas. El nuevo recinto sucedería al estadio San Siro tras 2026.