Su negocio se basaba en impartir clases presenciales, hacer presentaciones y exponer su arte de manera presencial. Tan pronto el coronavirus llegó al territorio nacional se vieron obligados a reconvertir su negocio y en tiempo récord buscar maneras para no perder sus clientes y a la vez seguir percibiendo ingresos de la mano de la innovación.
Una bailarina comercial, un músico, una fotógrafa y una productora tienen algo en común, durante la pandemia sus ingresos disminuyeron considerablemente y se vieron forzados a adaptar sus negocios al mundo virtual, algo que antes no habían hecho del todo o de manera esporádica.
Confiesan que en ningún escenario se imaginaron desarrollando la profesión por medio de transmisiones por internet, pero ante la situación debieron innovar en tipos de arte y estilos de difusión que le permitiera a sus audiencias disfrutar de un espectáculo virtual mientras ellos generaban ingresos.
Detrás de cada gremio hay una historia por contar y una capacidad de resiliencia que ha permitido readeacuar su arte para llevarlo a diferentes sectores del país con la ayuda de la tecnología.
Cómo pasar de bailarina comercial a dueña de una academia
Luna González, es una bailarina comercial y profesora de baile. Previo a la pandemia viajaba por el mundo impartiendo presentaciones, fue jurado de un programa de baile y además era profesora en diferentes academias.
A partir de marzo sus contratos comerciales, los cuales eran de donde recibía más ingresos, se suspendieron temporalmente. No obstante, las academias para las que trabaja como profesora continuaron dando clases virtuales, lo que le permitió seguir percibiendo algunos ingresos.
Comentó que las clases virtuales han sido todo un reto pues debe mantener la energía positiva y trasladarla a sus alumnos, que pese a que están haciendo algo que les apasiona se les ha dificultado, dado que la experiencia en las pantallas no les permite vivir la danza de la misma manera.
A pesar de mantenerse activa mediante las clases virtuales, su principal ingreso estaba lejos de regresar. Llegó el momento de innovar y buscar soluciones alternas pues en sus palabras “no quería que sus ingresos dependieran más de otras personas”.
Tomó un reto personal durante el confinamiento. Algunos la llamaron “loca” otros “atrevida” pero ella asegura que es una meta que la ha hecho crecer más como profesional y le ha permitido comprender un poco más sobre el gremio.
Luna González abrió su propio estudio de Danza, Moverslab el pasado 6 de julio. La bailarina comercial es reconocida por sus colegas y alumnas, por lo que cuando tomó la decisión de emprender tuvo el apoyo de varias personas que se trasladan entre provincias para asistir a sus clases.
La apertura de su academia vino acompañada de múltiples retos, en primera instancia la incertidumbre de quienes asistirán a clases presenciales en medio de una pandemia, además adaptar su tecnología para que en las temporadas de “martillo” pueda seguir impartiendo sus clases.
Las mensualidades varían de acuerdo al programa en el que se inscriba la persona, naturalmente la modalidad virtual es menos costosa pero sin importar la circunstancia la bailarina debe continuar pagando el espacio físico donde alquila.
Inauguró sus instalaciones y unas semanas más tarde se vio forzada a cerrar temporalmente, pues estaba en alerta naranja. Actualmente se mantiene dando clases virtuales y acude al estudio de acuerdo a los calendarios de apertura permitidos por las autoridades sanitarias, más recientemente en la primer semana de agosto.
“Es duro cuando no nos dejan salir, y hay todo ese entusiasmo ahí guardado. Yo inauguré la academia una semana y a la siguiente me tocó desde la casa, pero yo pienso tan pronto se nos permita volver a abrir así sea con una persona o con diez MoversLab continúa”, comentó.
González comentó que en el gremio son muy unidos y en la medida de lo posible tratan de comunicarse constantemente sobre sus necesidades y requerimientos para ayudarse entre sí, ante el poco apoyo del Ministerio de Cultura.
Después de unos meses en confinamiento vieron la oportunidad de seguir creciendo y demostrándole a las personas desde sus hogares que es posible apreciar el arte y que vale la pena invertir en él. Crearon un programa de shows de baile, el cuál reprodujeron durante dos meses. Quienes desearan ver este espectáculo virtual debían pagar un monto significativo y así poder ingresar al enlace en el que los bailarines hacían sus presentaciones.
De esta manera varios bailarines pudieron obtener un ingreso durante el confinamiento. En el desarrollo de este programa pidieron ayuda al Ministerio de Cultura pero aseguran que no tuvieron respuesta alguna.
Pese el poco o nulo apoyo de parte del Ministerio de Cultura y Juventud, los bailarines han desarrollado maneras de llegar a sus audiencias desde casa, es aquí donde el trabajo de productoras como Waifune Hin renace y la producción de eventos virtuales se convierte en una realidad.
¿Cómo se adaptaron las productoras de eventos y músicos?
La producción de eventos se vino al suelo, muchos planes se pusieron en pausa, otros se cancelaron completamente, pero los productores de eventos se adaptaron a una realidad virtual. Esta no compensa los ingresos anteriores pero les ha permitido sostenerse durante los últimos meses.
Waifune Hin es productora y su esposo es músico, ambos tienen varias líneas de negocio en el área de la música, producción de eventos y turismo, todas tuvieron un cambio drástico durante el 2020.
Su empresa, Hinestra producciones desarrolla y produce servicios artísticos y culturales. Su historia no difiere mucho de la de otros productores, en primera instancia sus clientes cancelaron o congelaron sus contratos por lo que los primeros meses ambos tuvieron que vivir de sus ahorros, pero conforme transcurrieron los días se dieron cuenta de que debían hacer algo más para generar ingresos, pues la situación no estaba cerca de cambiar.
Su esposo, percusionista, empezó a impartir clases virtuales y su empresa productora buscó diferentes líneas de trabajo virtuales. Hin explicó que tuvieron que ser creativos y generar alianzas estratégicas para mantener su negocio.
“Yo creo que nunca hemos sido tan creativos en tan poco tiempo como ahora. Hemos aprendido en esta crisis, que uniendo esfuerzos se pueden capacitalizar más recursos y mejorar la entrega final de productos”, advirtió Hin.
Tuvieron que adaptar sus servicios a las nuevas necesidades de sus consumidores. Anteriormente el perfil de sus clientes eran extranjeros con un mayor poder adquisitivo, los cuales no escatimaban en presupuestos, ahora el mundo está en una intensa recesión económica y esto se refleja en los nuevos precios de sus servicios virtuales.
Su trabajo se transformó, su catalogo muestra servicios 100% virtuales, dentro de su oferta ayudan a agencias o empresas que requieran celebrar aniversarios o hacer pequeños eventos virtuales para sus colaboradores como estrategia de salud ocupacional, las cuales van desde los $400 hasta los $700. Dependiendo de las necesidades ellos producen, transmiten y hasta le hacen llegar un detalle a las personas en sus casa.
También hacen entregas de regalos a domicilio, este servicio es personalizado, es decir si una persona debe recibir su título de graduación en su casa ellos pueden hacer la entrega junto con desayunos, cajas de snacks o cualquier detalle que soliciten.
Encontraron un nicho en el ‘streaming’ de microbodas en el cual ellos graban, conectan a los invitados de manera virtual, los cuales si desean pueden participar activamente en la ceremonia, y transmiten un video en vivo de lo que acontece la boda.
Para este servicio hacen un montaje de equipo profesional, utilizan iluminación, camarógrafos y técnicos, además durante el desarrollo de los preparativos están en constante comunicación con la persona encargada de la organización de la boda. Este servicio tiene un costo de ¢250.000 con el fin de que los novios solo se preocupen por dar el “sí” mientras que sus familiares y amigos los ven desde casa.
Su especialidad es la música, por lo que gran parte de su giro de negocio está en esa línea. Actualmente se encuentran trabajando en una oferta de ‘Serenata virtual para mamá' en la cual la persona paga ¢15.000 y podrá tener un repertorio del artísta seleccionado una fotografía o video de la persona que regala la serenata y la producción y envío del video hasta su casa.
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Posted by Hinestra Producciones on Friday, July 31, 2020
En medio de la pandemia, han visto también una oportunidad de crear un espacio denominado Conectando Sentidos. Este tiene como objetivo visualizar de manera gratuita a artistas con el fin de que las empresas vean en esta plataforma un espacio para cotizar los artistas que cumplan con sus expectativas.
Jossan Chavarría es un cantante nacional que brinda conciertos desde su casa a través de Facebook. Chavarría pide una contribución voluntaria pero no siempre la recibe, en ocasiones se conectan más de 2.000 personas a su transmisión pero su cuenta no lo refleja.
“Es muy duro, una vez canté toda la noche por ¢1.500″, agregó.
Actualmente ha logrado conseguir algunos patrocinios, lo que le permite realizar sorteos al final de sus conciertos y la gente parece ser más generosa mediante estas técnicas.
Para artístas como Jossan Chavarría, Hinestra Producciones ofrece un estudio profesional de ‘streaming’ en el cual contrata por servicios profesionales a técnicos, camarógrafos y equipo para que las personas transmitan sus conciertos virtuales en alta calidad.
El músico Michael Muñoz solía hacer espectáculos en los hoteles y restaurantes de Manuel Antonio. Su agenda pasaba bastante llena debido a que el lugar tenía una alta visitación. Sin embargo, desde marzo las cancelaciones abundan, no volvió a presentarse, lo que lo motivó a crear ‘Vida Pura Sessions’ un programa que trata de promover el turismo nacional mediante pequeñas muestras de lo que pueden hacer músicos, chefs y productores locales.
Vida Pura Session es una transmisión en vivo que muestra la gastronomía y cultura oculta en Quepos para visibilizar los comercios locales. Su propósito es que las personas de la Gran Área Metropolitana conozcan lo que pueden disfrutar en la zona, adicional al Parque Nacional Manuel Antonio.
Las empresas que desean obtener un espacio en el programa deben pagarlo, la idea es conseguir publicidad y patrocinios en cada emisión. Muñoz comentó que muchas personas se le han acercado para ser parte del programa pero pocas desean pagar un espacio. Tanto él como su socia continúan buscando patrocinios para mantener el programa y a la vez promover el talento local que asegura no es lo suficientemente valorado.
¿Qué pasó con la fotografía?
TDF era un proyecto que tenía varios meses en desarrollo, Lingie Granados y sus socios querían abrir un espacio en el que los fotógrafos pudieran especializarse mediante talleres de técnicas avanzadas, y a la vez se convertiría en un lugar en el que el gremio tuviese la oportunidad de agruparse y conectar necesidades, mientras exponen su arte.
El edificio de tres pisos que agruparía todas estas funciones está ubicado en Barrio Amón, un piso sería para la galería, otro para los talleres y el último para reuniones de equipos y actividades.
Su plan era inaugurar este espacio a mediados de marzo durante el Art City Tour pero como a muchos negocios, el coronavirus les cambió sus planes. Desde entonces han utilizado sus canales digitales para habilitar un espacio de información y actividades que pueden ejecutar los fotógrafos en la ruta a la reactivación.
Granados comentó que han aprovechado este tiempo para hacer una campaña de protocolos laborales durante la pandemia y un directorio de fotógrafos por especialidad. Saben que el proceso de reactivación es difícil y más aún cuando la actividad se desarrolla de manera presencial por lo que su objetivo es que a través de este directorio se puedan formar alianzas para abrir oportunidades laborales.
“La respuesta con respecto al directorio ha sido súper positiva, las personas coinciden que debe existir un espacio dedicado a la imagen que poco a poco podrían generar proyectos y alianzas”, comentó Granados.
Diego Salazar es un fotógrafo empírico que sus ventas cayeron a cero durante los meses de marzo y abril. Explica ante la necesidad empezó a hacer retratos de animales y personas dibujadas para generar un ingreso.
Actualmente vende paquetes empresariales con fotografía y video para que las empresas demuestren los tipos de esfuerzos que realizan para adaptar sus instalaciones y cuidar a su personal ante el COVID-19.
Desde el gremio de arte y cultura aseguran que no han tenido mucho apoyo de parte de las autoridades, en marzo un grupo de 13 organizaciones culturales le solicitaron acciones concretas y respuestas al Ministerio de Cultura para afrontar la crisis del sector cultura después de la cancelación de actividades artísticas a causa de la emergencia por el coronavirus.
En mayo el Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ) dio a conocer el protocolo sanitario que deberá utilizar el gremio artístico para reactivar las actividades culturales, en medio de la pandemia, además en el mismo mes anunció que repartirán ¢440 millones en becas, apoyos a artes escénicas y pagos por participación en una iniciativa virtual con el fin de ayudar a paliar crisis por el covid-19. Sin embargo, desde entonces no ha habido actualización de protocolos, ni rendición de cuentas acerca del dinero invertido.
Nota de redacción: Este artículo fue actualizado en lo corresponde a Vida Pura Sessions, puesto que se informamos que el programación contaba con bailarines, sin embargo, la agenda del mismo tiene músicos locales, productores sostenibles y gastronomía, pero no hay participación de bailarines.