Omni llegó al mercado costarricense en octubre del 2019 con un servicio de bicicletas de alquiler dentro de la Gran Área Metropolitana (GAM), hito que llamó la atención de las personas por tratarse de un servicio innovador.
La compañía tenía como objetivo convertirse en una ‘super app’, es decir, que desde una misma plataforma, sus clientes pudieran acceder a diferentes servicios. Alquilar una bicicleta, solicitar digitalmente el servicio de taxi, abrir una cuenta de ahorros, tramitar un préstamo en línea e incluso consumir videos de entretenimiento.
Pero todos estos planes se vieron truncados cuando la compañía anunció que se suspendían los productos que tenían en funcionamiento.
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Para unos esta firma murió, pero para el cofundador Moisés Chaves Ramírez, sigue más que viva.
“El soporte, mantenimiento de los desarrollos que realizamos en Costa Rica y nuevos desarrollos se mantienen en marcha gracias al apoyo de más de 3.200 colaboradores que tenemos alrededor del mundo y enfocados en innovación para la revolución digital de los mercados emergentes de Latinoamérica”, contestó Chaves antes las consultas de este medio.
Viva o en agonía, lo cierto es que la compañía dejó lecciones gerenciales para analizar.
Breve historia con muchos productos
Omni nació luego de una alianza que efectuaron sus fundadores con Grab, una compañía del sudeste asiático, luego de ver que existen similitudes entre ambas latitudes, como los problemas de movilidad.
En conjunto diseñaron el modelo y la tecnología para comenzar con el desarrollo de las diferentes áreas de negocio, según explicó en una entrevista con EF en marzo del 2020, Nayid Aguilar, quien fungía en ese momento como CEO de Omni.
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La empresa comenzó operaciones en mayo de 2019 y las bicicletas salieron a las calles en octubre de ese mismo año.
En ese momento la euforia por conocer y probar las bicicletas fue notoria, y así fue como la compañía comenzó a ganar presencia de marca.
Pero todavía con el plan de las bicicletas andando, decidieron dar su segundo paso y fue apostarle por un monedero electrónico llamado Omni Moni en alianza con Coopenae. El inconveniente que tuvieron fue que llegó la pandemia y se les desajustaron sus tiempos, sin embargo, decidieron seguir con su apuesta.
El lanzamiento de este producto fue el miércoles 17 de junio del 2020, en un momento en el que las personas valoraban mucho más el no tener que acudir a una sucursal bancaria por el momento crítico que vivía el país por la covid-19.
En palabras de ese entonces por parte de Aguilar, este servicio fintech es “un usuario de Omni, con una cuenta de Coopenae”.
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Paralelo a ese producto, también comenzaron con las sesiones de conciertos por streaming para mantener el reconocimiento de marca entre las personas y apoyar a los artistas nacionales que fueron golpeados por la crisis sanitaria debido a los cierres de bares, restaurantes y cancelación de conciertos.
Las sesiones de streaming no duraron mucho tiempo y desaparecieron.
Sumado a esto también estaban con el desarrollo de Omni Taxis, una plataforma tipo Uber, pero solo para los taxistas; los carros rojos.
Este servicio solamente estuvo en funcionamiento por 10 meses. El jueves 15 de julio del 2021, la empresa anunció su cancelación y tenía en ese momento más de 6.500 taxistas afiliados.
“Escuchamos las necesidades de las personas usuarias, hicimos análisis exhaustivos y ahora preparamos OMNi Ride, nuestro siguiente paso por ofrecer servicios de movilidad personalizados y diferenciados en el país”, afirmó la compañía mediante un comunicado de prensa.
Después del cierre del servicio de taxis, se vino el del monedero. En agosto del 2021 se dio a conocer la ruptura de las relaciones comerciales entre Omni y Coopenae.
La Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) comunicó que la empresa Omni no había cumplido con los requisitos establecidos por la normativa y que en consecuencia no está autorizada para realizar las actividades sujetas de inscripción ante la Superintendencia (como el monedero electrónico) conforme lo estipulan los artículos 15 y 15 Bis de la Ley 7.786.
“En acatamiento a la normativa de la Sugef, a partir del jueves 22 de julio del 2021 (Coopenae) comunicó a Apptitud ZF S.A, subsidiaria de la empresa OMNi, única responsable de la operación del monedero electrónico OMNiMoni; la suspensión por tiempo indefinido de los servicios que le brindaba para el respaldo y soporte del monedero”, señaló Coopenae.
Mientras que con las bicicletas, la compañía informó que entre noviembre de 2020 y enero de 2021, más de 900 bicicletas sufrieron algún tipo de daño, y un 80% de ellas habían sido vandalizadas al menos una vez.
A estos cierres se les sumó que la compañía tiene deudas ante la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), así como las quejas de excolaboradores que denunciaron que no se les pagó su respectiva liquidación cuando la empresa prescindió de sus servicios.
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¿Qué sucede con Omni?
Con todos estos antecedentes, el cofundador de la compañía, Moisés Chaves, le envió por escrito a EF cuál es la situación de la compañía.
“La gestión comercial que manteníamos en Costa Rica se vio comprometida por un incumplimiento de nuestro socio financiero Coopenae. Sin embargo, nunca se cerraron operaciones en el país, se suspendieron los productos que teníamos al aire en Costa Rica y detuvimos los planes de crecimiento en contrataciones locales”, explicó Chaves.
Mientras que Coopenae dijo que la alianza que mantenía con la empresa Omni finalizó en el mes de agosto del 2021, y no existe ninguna relación comercial entre ambas empresas, ni algún pendiente.
“Coopenae concluyó con Omni su relación comercial en agosto del año anterior, de manera que desconocemos el detalle sobre el monedero electrónico, ya que este era administrado por dicha empresa”, señaló Milton Alfaro, gerente de cumplimiento de la cooperativa.
Con respecto a lo que sucedió con los excolaboradores que denunciaron el incumplimiento de pago, Chaves explicó que del personal que se despidió en Costa Rica, aún se adeudan liquidaciones al 28%, y que estas se irán cancelando con el presupuesto ya asignado para el país y “bajo la dirección de la reestructuración que realizamos por los hechos ocurridos o bien en el momento que Coopenae termine de cancelar la conciliación convenida”.
Sobre el tema de las deudas, el cofundador confirmó que las deudas ante la CCSS se están atendiendo bajo todas las figuras que la ley mientras cierran la conciliación de Coopenae.
Por su parte, Coopenae asegura que no tiene ningún pendiente con Omni.
“Autopsia” de los negocios que fallaron
Mientras los nublados económicos del negocio se aclaran, es relevante conocer cuáles fueron esos errores y lecciones que se pueden aprender de esta operación.
El primer desacierto que considera David Ramírez, director ejecutivo de la Agencia Universitaria para la Gestión del Emprendimiento (AUGE) de la Universidad de Costa Rica, es que la compañía abrió múltiples líneas de negocio y eso causó que se perdieran en el camino.
“Estaban desarrollando esa empresa bajo una ‘super app’, que busca abarcar mucho, ser muy integral, tener interconexiones y eso es algo que emociona mucho en otros países, pero en Costa Rica representa un desafío importante por cada línea de negocio tiene sus propias caracterísiticas y sus propios riesgos”, señaló Ramírez.
Llegaron a tener muchos frentes y retos abiertos al mismo tiempo, que no les permitió madurar cada negocio por aparte.
“Más que ser una startup parecía una incubadora de negocio porque tenían diferentes productos y eso ya es un gran desafío”
— David Ramírez, director ejecutivo AUGE
Es importante hacer un análisis de mercado para salir a producción con el mínimo producto viable que llame la atención del público meta, y más al tratarse de productos tan innovadores, según explicó Jhoan Alpizar, director de Desarrollo Web y Móvil de Baum Digital.
Para Alpizar es clave que un negocio que va a lanzar una aplicación al mercado tome en cuenta las siguientes variables:
- El modelo de negocio: Este modelo debe ser tan sólido y sencillo a la vez, para que ojalá permita hacer proyecciones basadas en datos reales con pocas variables en el mejor de los casos.
- Conocer el ambiente y público meta: Se debe conocer y estudiar el ambiente social y económico en donde se lanzará el producto para que pueda cumplir con sus objetivos.
- La ejecución o puesta en marcha: El equipo a cargo del proyecto deben ser profesionales con amplia experiencia en tecnología y conocer bien el modelo negocio para tomar las mejores decisiones en temas como uso de tecnologías, modelo de negocio, mercadeo, crecimiento de la empresa e incluso innovación.
El tema cultural con respecto a la adopción del servicio de alquiler de bicicletas, así como la del monedero electrónico y el uso de la app por parte de los taxistas, fue crucial para el desarrollo del negocio.
Otro desacierto que señaló el director de Auge, es que Omni intentó ser un laboratorio de prueba de productos en Costa Rica, y esto no es funcional. Según el especialista, en nuestro país es importante llegar con una idea clara y ojalá que ya haya sido probada en otros mercados.
Al consultarle propiamente a Moisés Chaves sobre cuáles son los aprendizajes que le dejó su experiencia con Omni dijo que “la innovación es dura, sobre todo cuando se trata de cuestionar modelos arcaicos. Estos cuestionamientos o desarrollos muchas veces no serán bien recibidos por retar al status quo, nada muy diferente a lo que ocurre con Uber u otros modelos innovadores”.
¿Le alcanzará la gasolina a Omni para seguir adelante? Según su cofundador, sí.
“Esto apenas empieza, hemos levantado $250 millones de inversión con una valuación próxima a alcanzar los $1.200 millones y nuestro principal competidor salió a bolsa el año pasado con una valuación de $54.000 millones, así que falta mucho por recorrer y demasiado por superar. Nuestra visión de compañía es nuestro principal motor y este nunca se ha detenido, a pesar de las diferentes tormentas que nos ha tocado atravesar”, aseguró Chaves.
Omni seguirá como laboratorio tecnológico mientras salde sus deudas tanto con sus exempleados como con las deudas que mantiene con la CCSS.