La fiebre del oro provocada por la minería digital de criptomonedas se acerca a un punto decisivo.
El cambio que hará ethereum —la segunda red de blockchain más grande después de bitcóin— en su mecanismo de consenso para mediados de este 2022 empujará a los mineros que han invertido en unidades de procesamiento gráfico (GPU) para el minado de esta red hacia una encrucijada: venden sus equipos o apuestan por el minado de una criptomoneda alternativa.
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El cambio de Proof-of-work a Proof-of-stake
Las criptomonedas funcionan en cadenas de bloques descentralizadas (el blockchain). Esto significa que no existe una autoridad central que supervise el proceso de transacción, como lo haría, por ejemplo, un banco central.
Para garantizar que no sucedan transacciones fraudulentas, como gastar el mismo dinero dos veces, todas las computadoras que componen la red tienen que ponerse de acuerdo sobre la legitimidad del proceso. Este método de verificación criptográfica se denomina “mecanismo de consenso”.
Desde su creación en 2015, ethereum utiliza el mecanismo de consenso llamado Proof-Of-Work (PoW), o prueba de trabajo, en español. Este método requiere que todas las computadoras en la red blockchain ejecuten cálculos matemáticos complejos para descifrar la transacción. Otras redes grandes, como bitcóin, también utilizan este sistema.
En ese sentido, el minado en redes que se basen en el PoW como mecanismo de consenso es una especie de carrera tecnológica. De todas las computadoras que trabajan para resolver el problema matemático, solo una puede ser la primera en obtener la solución. Cuando la primera lo descifra, el resto de computadoras verifican su legitimidad y, después de comprobarla, se agrega un nuevo “bloque” a la cadena.
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Al minero cuyo ordenador haya encontrado la solución primero, se le recompensa con una cantidad de la criptomoneda que produce esa red; en el caso de ethereum, con Ethers. Allí está el incentivo para los mineros, pero también la debilidad de este método.
Para tratar de solucionar los problemas matemáticos más rápido y así ganar más criptomonedas, los mineros invierten en más y mejor equipo tecnológico; cuánto más potentes sean las computadoras, más rápido pueden descifrar el enigma. Sin embargo, las redes blockchain suelen tener un límite de transacciones que se pueden verificar por minutos, es decir, de bloques que se pueden agregar a la cadena en un determinado tiempo.
Cuando una red se da cuenta que las computadoras están descifrando las pruebas muy rápidamente, esta aumenta la dificultad de ellas como mecanismo de defensa. Los mineros pueden aumentar sus probabilidades de éxito invirtiendo en hardware todavía más potente. Estos incentivos provocan un tipo de carrera armamentista en la que los mineros adquieren equipos que consumen cantidades cada vez más importantes de energía. Actualmente, en el mundo existen granjas de minado a gran escala en las que se han invertido en suficiente equipo como para manejar una clientela de más de dos millones de personas, como es el caso de la empresa Genesis.
Esa es la gran factura ambiental del minado en PoW. Para 2021, solo el mecanismo de prueba de trabajo de ethereum —es decir, de solo una de las demás redes blockchain que existen— tuvo un consumo de energía equitativo al de Finlandia y una huella de carbono similar a la de Suiza, según estimaciones del Índice de Consumo de Energía de Ethereum del portal Digieconomist. En otras palabras, cantidades limitadas de granjas de minado se comparan con el consumo de países enteros.
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Los desarrolladores de ethereum consideran estos consumos como ambiental y energéticamente insostenibles. Para solucionarlo, tienen planeado cambiar el mecanismo de consenso de PoW por el de Proof-Of-Stake (PoS), o prueba de participación, en español. Esta transformación se conoce como the merge y se espera que suceda a mediados de este 2022 y reduzca la utilización de energía en un 99,95%.
Cómo funcionará el PoS
En el PoS los mineros son reemplazados por validadores que realizan la misma función, excepto que, en lugar de poner a sus computadoras a resolver los problemas matemáticos costosos, los validadores apuestan una cantidad de criptoactivos (Ether, en el caso de ethereum) como garantía de que no se comportarán de manera fraudulenta.
Los validadores de transacciones se eligen a través de un sorteo algorítmico según la cantidad y el tiempo del cripto activo que haya puesto como garantía, entre otros factores. De encontrarse una anomalía en el proceso, el validador pierde las criptomonedas que puso en garantía, como si se tratara de una hipoteca que no pagó. A este proceso se le llama staking.
“Lo positivo es que la minería se hace un poco más justa o más equitativa, ya no se trata de tener una máquina súper poderosa que tenga un montón de GPU y Ram para poder resolver estos problemas, sino que ya incluso desde una laptop en la casa vos podrías validar transacciones en ethereum”, comenta Otto Mora, costarricense experto en criptomonedas.
Según estimaciones de los desarrolladores basadas en el Índice de Consumo de Energía de Ethereum, si el actual consumo de energía en ethereum con PoW se escala a la altura de la Torre Pisa (57 m.), la energía que utilizará con PoS será del tamaño de un tornillo de 2.5 centímetros.
¿Qué significa este cambio para la minería de criptomonedas en Costa Rica?
Aunque en Costa Rica la minería digital a gran escala no es común, sí han existido esfuerzos importantes por profesionalizar el oficio. El de más renombre es el de Data Center CR, una planta de energía renovable que, cuando el Instituto Costarricense de Electricidad dejó de comprar sus servicios, decidió hospedar y abastecer de energía limpia a mineros digitales.
Actualmente el centro dirigido por Eduardo Kopper cuenta aproximadamente con 200 clientes y aloja 700 máquinas de minado.
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Otro negocio que ha nacido del minado es el de Green Chain CR. Esta empresa se encarga de administrar todo el proceso de minería de sus clientes: desde la compra del equipo, pasando por la operación y el mantenimiento, hasta el retorno de los criptoactivos minados. Green Chain se compromete a alimentar el consumo de los ordenadores con energía renovable a través de una alianza estratégica con Data Center CR.
“El lado negativo de este cambio es que, si yo fuera minero, todo ese equipo que yo tengo dedicado a procesar ethereum ya no va a ser útil en eso, porque ahora no se trata de tener una cantidad grande de equipos trabajando”, dice Mora.
Si los mineros costarricenses que invirtieron en equipo GPU para el minado en ethereum desean continuar minando, tendrán que hacerlo a través de otra red blockchain que utilice PoW, es decir: minar una criptomoneda alternativa.
El consenso es que esta migración de mineros tendrá tres posibles escenarios: dos extremos opuestos y un punto en el medio.
En el lado más drástico, el minado con GPU muere. Al ethereum ser una red tan grande, el éxodo de su hashrate (esto se puede traducir vagamente a la cantidad de computadoras minando) subiría la dificultad de minado de las monedas alternativas más pequeñas a un punto donde el valor de dicho cripto activo no puede compensar los costos de equipo y energía necesarios para validar las transacciones.
En el otro extremo una criptomoneda alternativa explota y toma el lugar de la red de ethereum como la favorita para el minado con GPU. La volatilidad de este sistema lo hace perfectamente posible.
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La tercera opción se sienta en el medio: algunos mineros liquidan sus equipos para evitar el riesgo, mientras que el resto reparten sus operaciones a lo largo de la oferta de redes de tal manera que alcanzan niveles de liquidez positivos.
Lo que sí es inevitable es que los mineros de ethereum tendrán que tomar una decisión entre desistir o cambiar. “Hay riesgo, sí, pero a la vez no hay opción”, dice Mora.
Expertos en Costa Rica se mantienen tranquilos
Daniel Rojas, consultor de criptomonedas costarricense, cree que los mineros más experimentados sabrán cómo redirigir el equipo hacia la rentabilidad. “No creo que a nivel de inversionistas en Costa Rica (la pérdida) sea como la gran cosa”, dice.
La solución que propone David Picado, CEO de Green Chain CR, está en el servicio de selección de redes que utiliza la empresa. Green Chain se apoya en un algoritmo que prioriza la red de minado que da los mejores resultados según el tipo de equipo que tenga el cliente y el valor de la moneda.
Dadas estas circunstancias, desde Green Chain no creen que el cambio de ethereum vaya a modificar considerablemente su modelo de negocio.
“En el momento que se haga el merge, nuestros clientes que minan ethereum, que te digo: son la gran mayoría, van a tener que buscar una alternativa y esa es la solución que nosotros les estamos dando. Les decimos: no se preocupen, déjennos a nosotros y a nuestros algoritmos computacionales que seleccionen cuál es la moneda más adecuada en el momento y vamos a continuar dándoles una rentabilidad similar todos los meses”, explicó Picado.
En el minado más especializado, este método de priorización es el camino que muchos han tomado. “A veces el propio minero no sabe qué está minando porque tiene un algoritmo que cambia a la moneda más eficiente de ese momento”, dice Rojas.
Eduardo Kopper, de Data Center CR, tampoco cree que el cambio los vaya a afectar considerablemente.
“Me parece que no cambia nuestro concepto de negocio en nada. Nos quedamos igual porque nosotros lo que ofrecemos es hospedaje a gente que quiere minar. Habrá algunos de nuestros clientes que minen ethereum, otros que no. Allá afuera hay tantas monedas que, en mayor o menor medida, consumen energía y nosotros al final del día lo que proveemos es una energía limpia, más barata, además de seguridad, Internet y el hospedaje completo. Entonces no, nosotros seguiremos ahí: Costa Rica sigue teniendo energía verde y afuera hay 4.999 monedas que requerirán de energía para seguir siendo minadas”, explicó Kopper.
“La percepción que tengo es que la mayoría (de mineros de ethereum) se va a bitcóin”, predice Otto Mora. Sin embargo, pese a bitcóin ser la criptomoneda reina, no cualquier hardware puede minarla: necesita un equipo especializado llamado ASIC. ethereum, en cambio, se puede minar a través de GPU, que si bien es potente, no deja de ser de uso comercial; normalmente son tarjetas de video asociadas a computadoras para gaming.
¿Un posible efecto dominó?
Por el gran tamaño que actualmente tiene ethereum, la influencia que tendrá el merge en el ecosistema de minado es indudable, sin embargo, no se espera que esto cause que otras redes grandes que utilicen el PoW cambien drásticamente hacia otro mecanismo de consenso más amigable con la energía.
“Yo creo que la mayoría de las criptomonedas que son lo suficientemente robustas como para que los mineros estén invirtiendo gran cantidad de dinero en equipos para poder minarlas no tienen tanta necesidad de cambiar el algoritmo de consenso”, opina Rojas.
Tanto Rojas como Mora ven casi imposible que bitcóin modifique su método de prueba de trabajo. “Va a ser muy difícil que bitcóin cambie porque tiene un uso muy particular como reserva de valor y cualquier cambio sobre él podría hacer que las personas pierdan confianza”, explica Mora.
Además, una migración hacia PoS de bitcóin dejaría prácticamente inútil a las computadoras especializadas en minar en esta red, ya que no tienen la capacidad que sí posee el GPU para minar otras monedas.
En un eventual y poco probable escenario a corto plazo en el que se deseche el PoW como mecanismo de consenso, las consecuencias para los mineros que invirtieron gran capital sí serían fatales.
“Lo que sucedería es que Costa Rica no tendría ninguna ventaja en minar versus la que tendría Nueva York, Rusia, etcétera, sería lo mismo porque podrías minar en cualquier parte (sin el equipo especializado), explica Kopper.
¿Cuándo se dará el merge?
La transición hacia el PoS en ethereum no es un tema nuevo, incluso algunos creían que se iba a implementar desde 2019, sin embargo, cada año se ha postergado.
“Yo pienso que estará entre julio y setiembre”, pronostica Mora, mientras que Kopper no está tan convencido de que sí se realice durante este año. “Hay razones por las que el bebé todavía no ha nacido”, dice.
Desde el lado de los desarrolladores, todo parece indicar que la migración sí se dará en algún momento de este 2022, tentativamente durante el segundo trimestre, aunque otro atraso está dentro de las posibilidades.