68% de los restaurantes no logró adaptar sus servicios por diversas razones para implementar la entrega a domicilio bajo un formato rentable. Así se desprende de una encuesta realizada entre los comercios afiliados a la Cámara Costarricense de Restaurantes y Afines (Cacore), publicada este viernes.
La medición se aplicó a una muestra de 182 restaurantes. EF pidió la información sobre el periodo de recolección de datos, el nivel de confianza y el margen de error. Sin embargo, Cacore no ofreció esos detalles hasta el momento.
Se desconoce si la encuesta es representativa para el total de los 119.000 restaurantes que operan en el país, aunque el tamaño de la muestra sugiere que no lo es.
Antes de la aplicación de medidas restrictivas para prevenir el contagio del coronavirus, el 43% de los restaurantes no tenía entrega a domicilio ni autoservicio. Algunos de los negocios implementaron sus propios sistemas o entraron a las apps dedicadas a este formato, como Uber Eats, Glovo, Hugo y Rappi.
Jorge Figueroa, directivo de Cacore, indicó que convocarán a una reunión a estas empresas la próxima semana para pedirles una rebaja en los porcentajes de sus comisiones ya que actualmente se dejan un 30% por cada compra y esa porción afecta las ganancias de los restaurantes.
Del 32% de los negocios que sí lograron adaptarse a los servicios exprés, casi dos tercios consideró que dar ese paso fue fácil.
Desempleo y preocupaciones
Clemencia Palomo, tesorera de Cacore, explicó en conferencia de prensa, la mañana de este jueves, que el impacto de las restricciones impuestas por el Gobierno para mitigar la transmisión del coronavirus ya provocó el despido de 121.000 personas en este sector.
Los datos de la encuesta apuntan que el 53% de los restaurantes despidieron personal, la cantidad de desempleados creció de 109.000, registrados al 25 de marzo, a 121.000, para le medición del 25 de abril. Un aumento del 11%.
El 47% de los comercios de este sector mantuvo sus planillas.
El 55% de los restaurantes permanecen abiertos y el restante 45% cerro sus puertas por el impacto de la crisis.
Palomo fue enfática en que el sector está listo para abrir sus negocios de lunes a domingo y piden al Gobierno que valore la posibilidad para que apruebe nuevos lineamientos que permitan esta reactivación del sector.
Dentro del 55% que continúa con sus operaciones, el 69% aplicó suspensiones temporales de contratos de trabajo y mientras que el 52% optó por reducciones de jornadas a sus empleados (los porcentajes se muestran así porque algunos negocios pusieron en marcha las dos opciones).
Ocho de cada diez empresas de este sector se acogió a las moratorias aprobadas por la Ley de Alivio Fiscal ante el COVID-19 (9.830) que les permite postergar por tres meses el pago del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el tributo de renta para liberar flujo de caja.
Mientras que el 68,5% de los restauranteros afirma que el Gobierno no implementó sistemas de ayuda efectiva para esta actividad golpeada por el apagón económico.
El Banco Central de Costa Rica (BCCR) proyectó que la caída para hoteles y restaurantes será del 27,6% este año, se trata del sector más golpeado por la contracción de la economía en 2020.
La reducción de 1,2% en el consumo de los hogares, el aumento en el desempleo y el creciente nivel de empobrecimiento de la población provoca una contracción en las compras y visitas a restaurantes.
De acuerdo con Cacore, el país tiene 19.000 empresas de comida que generan 228.000 empleos y representan el 1,76% del Producto Interno Bruto (PIB).
Además, de los 133.000 negocios que conforman el parque empresarial nacional, el 97% son pymes. El 82,2% de los restaurantes forman parte de ese ecosistema de pequeñas y medianas compañías que tienen planillas menores a los 50 empleados.