¿Qué es ser un buen jefe? La respuesta a esta interrogante es meramente subjetiva. Mientras que para unos puede significar cumplir las metas que se fijan en la compañía, para otros puede ser aquella persona que motiva, y por qué no, para otros es aquella persona benevolente que dice sí a todo.
No existe una fórmula perfecta y tampoco siempre se le quedará bien a todo el equipo, pero lo que sí es cierto es que la visión de liderazgo cambia según las generaciones que ingresan a la fuerza laboral y esto marca una tendencia de valores y comportamientos que son relevantes para mantener la estabilidad en un equipo de trabajo.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) señaló cómo con la pandemia se hizo necesario que los líderes desarrollaran nuevas habilidades para dirigir sus organizaciones.
La empatía, la inteligencia para adaptarse al cambio, la capacidad de generar redes, la fluidez digital, la capacidad de colaboración, el sentido de tolerancia, la comunicación en un mundo híbrido y la capacidad de gestión de equipos remotos, son requisitos que tomaron mayor relevancia con los cambios que atraviesa el trabajo moderno.
CCK Centroamérica y ManpowerGroup elaboraron el informe “Liderazgo en Centroamérica: Horizonte 2023″, el cual señala que en el país la mayoría de las personas catalogan a un líder como aquel que construye un equipo (90%), motiva (87%) e inspira (87%).
Los resultados de esta investigación compilan las opiniones de 1.727 personas en la región, entre ellos líderes de equipos y personas subalternas.
En Costa Rica, 345 personas respondieron la encuesta digital, de ellos 158 personas en puestos de liderazgo y 187 subalternas.
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“Sin duda, todas estas características se basan en la influencia, en la figura del líder como inspirador y guía. De manera que, se puede concluir que las y los ticos priorizan un liderazgo más inspirador relacionado con la liberación del talento y orientado a las personas. Es interesante que la población costarricense no prioriza las capacidades asociadas a ‘atreverse a liderar’ como desafiar a la autoridad de manera constructiva o tomar decisiones valientes”, detalló Diana Quirós, líder de Analytics -unidad de investigación- en CCK Centroamérica.
Lo que se quiere para este año
En la investigación, se les preguntó a las personas cuáles atributos consideran oportunos que se trabajen desde el liderazgo en este 2023 y a los líderes se les consultó por sus prioridades.
Las jefaturas señalaron en primer lugar mejorar en sí mismas las capacidades administrativas y organizativas (44%) así como el conocimiento y las habilidades técnicas (41%). Mientras que las personas subalternas, consideraron que sus líderes deberían mejorar la comunicación (39%) y la creatividad e innovación (37%).
Según las personas líderes, las necesidades de capacitación que esperan solucionar en este 2023 son la comunicación para la resolución de conflictos (44%) y la elaboración de preguntas inspiradoras (39%).
Por otro lado, las personas subalternas consideran prioritario que sus líderes aprendan a comunicar claramente los proyectos, objetivos e indicaciones (48%) y coinciden con los líderes en la importancia de capacitación para la comunicación en la resolución de conflictos (37%).
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“Uno de los principales hallazgos que hemos encontrado es que, sin duda alguna, cuando hablan de liderazgo, los líderes y subalternos, tienen concepciones diferentes sobre las que deberían ser las prioridades de un líder y sus habilidades clave. Comprender y conciliar las expectativas de ambas partes con las necesidades de la organización es fundamental para desarrollar un liderazgo eficiente”, explicó Iván Carletti, líder regional de Soluciones de Talento en ManpowerGroup.
Es importante que las organizaciones conozcan bien a su talento y ofrezcan planes de desarrollo enfocados en reforzar las competencias vinculadas a las tres áreas esenciales del liderazgo: liberar el talento, acelerar el rendimiento y atreverse a liderar.
Canales de comunicación preferidos para la interacción entre líderes y colaboradores
Este informe señaló que quienes lideran personas prefieren las reuniones presenciales (90%), las videollamadas (60%) y WhatsApp (42%), mientras que las personas colaboradoras las reuniones presenciales (72%), las videollamadas (49%) y los correos electrónicos (39%).
También hay canales que no son de la preferencia de los encuestados. En el caso de los líderes costarricenses son la comunicación impresa (50%), los mensajes de texto instantáneos en chats de uso interno (44%) y las notas de audio en chats de uso interno (41%).
A los colaboradores no les gusta la comunicación impresa (37%), las llamadas telefónicas (34%) ni WhatsApp (30%).
Estos resultados muestran un claro desajuste en la aceptación del uso de WhatsApp entre líderes y subalternos.
Si se habla de un buen jefe, entonces ¿qué es ser un mal líder? Es aquella persona que se mantiene anclada en comportamientos del pasado y no se esfuerza por mantenerse en continuo aprendizaje, no escucha y no busca ser un líder que apoye al crecimiento de cada uno de los miembros del equipo respetando la individualidad y fortalezas de cada uno.
Intente generar un plan para ayudar a definirlo, lo cual puede incluir abrir un canal de comunicación con su jefe, compañeros e incluso con el área de gestión del talento.
“Cuando su red se conforma en esencia de gente cuyos antecedentes y habilidades son similares a los suyos, es poco probable que sirva para tener nuevas ideas o soluciones creativas. Diversifique su red relacionándose con gente cuyos puntos de vista, percepciones y experiencias difieran de los suyos”, recomienda Harvard Business School Publishing Corp, en su publicación de cómo saber lidiar con un mal jefe.
Es importante que, si identifica que no tiene un buen desempeño por falta de conocimientos, herramientas o motivación, debe comenzar a buscar capacitaciones que le ayuden a mejorar.
La comunicación es una de las principales habilidades para resolver cualquier situación conflictiva y en general para el mundo laboral.
Identifique la forma preferida de su jefe para comunicarse, si es en reuniones, correos, con datos, presentaciones o largas conversaciones telefónicas, y trate de usar más estas vías.
Luego amplíe y mejore la frecuencia de comunicación para abrir espacios en los que pueda definir expectativas, hacer preguntas, y poco a poco ir gestionando y mejorando la comunicación.