Economía basada en plantas es la propuesta que Nova Milán trae a Costa Rica como una fuente de exportación de ‘cuero’ vegano, bioplásticos y tejidos sostenibles producidos a partir de desechos orgánicos.
Evelyn Gómez es una diseñadora detrás de la marca de ropa femenina Carmenta, ella busca nuevos materiales para hacer sus creaciones y cuando en el camino de su trabajo se topó con Irma Orenstein, una arquitecta dedicada creación de materiales alternativos. Ambas observaron una oportunidad de negocio que ahora desarrolla en alianza con Nova Milán.
Orestein junto con su socio Karim Quazzani desarrollaron un material biodegradable, hecho a partir de los desechos sólidos de la piña y yuca, el cual desde hace cuatro años buscan posicionar en el país a través de un centro de innovación donde las personas podrán hacer sus productos con la maquinaria y el conocimiento de técnicos de Nova Milán.
¿Por qué Costa Rica? Tanto Quazzani como Orenstein coinciden que en Costa Rica encontraron una locación que reúne sus tres principios fundamentales; los cuales son principios ambientales, sociales y gubernamentales.
“Costa Rica tiene todos los factores que Nova Milán requiere para crecer, además se alinea con nuestros valores ambientales, está en una ubicación estratégica, tienen grandes fuentes de energía renovable, una democracia gubernamental superior y principalmente espacios de colaboración social donde podremos desarrollar grandes proyectos con la comunidad”, explicó Quazzani.
Nova Milán desarrolló tecnología patentada para resolver uno de los mayores desafíos del mundo: los desechos orgánicos. En Costa Rica anualmente se crean más de 20 millones de toneladas de desechos orgánicos que impactan el medio ambiente y las comunidades cercanas.
Actualmente su reto está en encontrar empresas, personas y organizaciones dispuestas a ser parte del cambio con los desechos orgánicos y los respectivos materiales de este. Sin embargo, ya cuenta con diferentes alianzas en el sector piñero a quienes les comprarán los materiales para posteriormente ser utilizados en su centro de innovación.
Inversión y expansión
En la apertura de esta planta la inversión inicial fue de $1 millón y esperan que para los próximos dos años este monto aumente, pues además están planeando abrir una planta de producción adicional en Limón o San Carlos.
Actualmente para esta primera inversión se contrataron 15 colaboradores en trabajos directos para áreas como ciencia, ingeniería y manufactura, adicionalmente a través de sus alianzas crearán varios trabajos indirectos. En una segunda etapa esperan llegar a contratar 100 empleados más.
El centro producirá lo que denominan cuero vegano, tejidos sostenibles y bioplásticos producidos a partir de residuos orgánicos de los desechos del banano, coco, yuca y piña.
“Creemos que es fundamental invertir nuestro tiempo y dinero en las personas y el planeta para hacer del mundo un lugar mejor”, comentó Quazzani.
Adicionalmente el producto será comercializado a nivel internacional para diseñadores de diferentes áreas. La exportación de este producto le permitirá al país seguir generando divisas y apoyando el proceso de reactivación económica.
Proceso y material
De acuerdo con los fundadores esto es una propuesta economía circular sostenible basada en plantas, pues desde la producción de las frutas y vegetales hasta la generación de un artículo para el uso diario se utiliza un proceso.
El primer paso es recolectar los desechos de la piña, coco, yuca y banano, actualmente la piña es el producto de mayor uso en la empresa.
Una vez secado el desecho, se procesa en la máquinas especiales que tienen dentro del centro de innovación, el procesamiento de este material es con energía renovable, pues aseguran que de no ser así no se cumple con los requisitos sostenibles de la empresa.
Posteriormente con el material que no se convierte en fieltro se realiza una resina que más adelante podrá ser utilizada como pegamento, para finalmente pigmentar el material y generar el ‘cuero’ vegano.
El ‘cuero’ es la primera apuesta de Nova Milan pero con el transcurso del tiempo la cadena de abastecimeinto pretende generar también bioplásticos para hacer jugetes de animales o cadenas.
Programas sociales
Tanto Quazzani como Orenstein coincidieron en el camino debido a su interés por la generación de espacios para empoderar a las mujeres, principalmente de zonas rurales por lo que al iniciar el proceso de establecimiento de alianzas para la apertura de Nova Milán una de sus principales objetivos es generar espacios para las mujeres de zonas rurales.
Adicionalmente esperan que el centro de innovación pueda funcionar para que estudiantes puedan experimentar con productos diferentes para ofrecer soluciones sostenibles.
“Mi deseo es que la próxima diseñadora venga de alguna zona rural y encuentre en Nova Milán un espacio donde puede generar alianzas, crecer en conocimiento, exportar su producto y tener las herramientas para estar en el próximo fashion week, si logramos ser parte de ese crecimiento aunque sea parcialemnte estaré más que satisfecha”, agregó Orenstein