Estados Unidos y la Unión Europea (UE) acordaron este martes una extensión de cinco años de la tregua en el interminable conflicto entre Boeing y Airbus, en el marco de una cumbre del presidente Joe Biden con los máximos líderes de las instituciones europeas.
El diferendo se arrastra desde 2017, con pesados aranceles punitivos de ambos lados, pero las partes decidieron tomarse un plazo de años sin sanciones ni aranceles cruzados para hallar una salida definitiva.
"Esto realmente abre un nuevo capítulo en nuestra relación porque nos movemos desde la disputa hacia la cooperación aeronáutica", indicó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Por su lado, la Representante estadounidense de Comercio, Katherine Tai, dijo que el acuerdo "resuelve un largo factor de irritación en la relación entre Estados Unidos y Europa".
En marzo, la UE y el gobierno estadounidense habían decidido suspender la aplicación de esos aranceles cruzados hasta el 11 de julio, y ahora se aprestan a anunciar que la tregua se extenderá por varios años.
El anuncio sobre la extensión de la tregua debe ser formalizado al fin de la reunión que Biden inició con Von der Leyen y el titular del Consejo Europeo, Charles Michel.
"Es muy importante para los intereses de Estados Unidos tener una gran relación con la OTAN y con la UE", dijo Biden al ser recibido por Michel y Von der Leyen.
"Estados Unidos está de retorno", añadió el mandatario.
Conversación con “amigos”
Poco antes de la llegada de Biden, Von der Leyen había dicho a la prensa que tenía "confianza en que hallaremos un acuerdo en la jornada sobre el caso de Airbus y Boeing, en nuestra conversación con nuestros amigos estadounidenses".
"No podemos subestimar esto, es la más larga disputa en la historia de la Organización Mundial de Comercio, de forma que es nuestro interés común resolverlo", expresó la responsable al ser consultada sobre la inminencia del anuncio del acuerdo.
La reunión entre Biden, Michel y Von der Leyen representa el relanzamiento de una relación que atravesó momentos difíciles en años recientes, por la acumulación de disputas comerciales.
De acuerdo con fuentes diplomáticas, una declaración final posterior a la cumbre aludirá a todos los diferendos comerciales, aunque los negociadores trabajaban febrilmente en busca del lenguaje adecuado para mostrar buenas intenciones, pero sin ceder demasiado terreno.
Además de la controversia entre Boeing y Airbus, uno de los temas apremiantes es hallar una salida a la grave disputa comercial que comenzó en 2018 cuando Trump impuso elevados aranceles a la importación de acero y aluminio europeos.
La UE respondió con la adopción de aranceles a productos estadounidenses por valor de 2.800 millones de euros.
Gestos, no discursos
Desde la llegada de Biden a la Casa Blanca, las partes dieron señales de estar interesadas en una solución, pero ahora los europeos esperan gestos concretos y no apenas discursos.
Los países de la UE postergaron una decisión de aumentar aún más esos aranceles, y con ello aguardan que el próximo paso sea dado por su interlocutor en Washington.
Más de 100 entidades estadounidenses y europeas de sectores como el vino, las bebidas alcohólicas o las motocicletas emitieron una nota donde pidieron la eliminación "permanente" de los recargos a sus productos.
La UE y Estados Unidos también se encontraron en lados diferentes de la mesa a raíz de la decisión europea de forzar a los gigantes digitales a pagar más impuestos, en una iniciativa en la que Francia dio el primer paso al sancionar a Google y Facebook.
Estados Unidos reaccionó con medidas de respuesta aunque el gobierno de Biden decidió suspenderlas en espera de una solución global sobre impuestos a las grandes empresas.
El gobierno estadounidense también ya expresó su contrariedad con un ambicioso acuerdo anunciado por la Unión Europea con China sobre protección a inversiones, que permitiría a empresas europeas mayor acceso al mercado chino.
Ese acuerdo, sin embargo, se encuentra virtualmente paralizado a raíz de sanciones que China adoptó contra ciudadanos europeos, en represalias a medidas restrictivas de la UE.