Los permisos de construcción para vivienda tramitados en el 2021 aumentaron un 12,13%, un total cercano a las 25.000 unidades, en relación al 2020. Pese a la cifra, déficit se mantiene a las viviendas en estado regular, de acuerdo al informe Balance y Tendencias del Sector Vivienda 2021 realizado por el programa de posgrado de Arquitectura de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Según el estudio, el hacinamiento y la poca ventilación son aspectos que deterioran la calidad de las viviendas, lo cual hizo que los habitantes de estos lugares se expusieran a mayor riesgo de contagio de covid-19.
“Existe una dualidad en cuanto a la vivencia de la pandemia desde los asentamientos humanos, ya que los de carácter disperso respondieron de mejor forma a los efectos de la pandemia en temas asociados a la apertura, menores condiciones de hacinamiento y mejores condiciones de ventilación a lo interno de las viviendas (...). En el caso de los asentamientos más concentrados, con mayores densidades, fueron los que experimentaron más condiciones desfavorables en términos de habitabilidad y hacinamiento”, se extrae del informe.
El informe gira alrededor de la pandemia, por lo que es un “análisis del impacto de la crisis en el hábitat y la vivienda”.
El déficit cualitativo tuvo un leve crecimiento debido al incremento de viviendas en estado regular (pasó de 32,8% en el 2020 a 34% en el 2021) a las que se les presta poca atención y que potencialmente pueden convertirse en viviendas en mal estado con una difícil recuperación.
El 2021 tuvo un crecimiento interanual en construcción con destino privado de 18,9%, lo que se traduce en un incremento de 31 puntos porcentuales (p.p.). El ‘destino privado’ agrupa viviendas, comercios y oficinas, pero sus investigadores aseguran que se conforma mayormente por tipo residencial.
Los resultados de construcción a nivel nacional mostraron una recuperación en el 2021 respecto al año anterior. Se tramitaron un total de 6,4 millones de metros cuadrados de construcción ante el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA).
Por otra parte, la construcción residencial de viviendas de clase media y alta, creció durante tres trimestres consecutivos en el 2021; este tipo de proyectos lse mantenían a la baja desde el cuarto trimestre del 2018
Distribución del tipo de obras tramitadas:
- 51,3%: vivienda.
- 20.01%: comercial.
- 13,5%: industrial.
- 7%: oficinas.
- 8,1%: otras obras.
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Situación de vivienda
Franklin Solano, miembro del grupo coordinador del informe, comentó que la razón por la que hicieron el estudio responde a que el país afronta una serie de situaciones relacionadas con la vivienda que se han visto agravadas.
“Una de las cosas fundamentales es dar datos e información sobre el estado de la cuestión, es decir, ‘qué ha pasado y qué pasó en estos años respecto a los problemas de vivienda y asentamientos humanos y cómo ha afectado la pandemia estos aspectos de la sociedad costarricense”, explicó Solano.
Por otra parte, los investigadores señalan en el informe que la crisis sanitaria de la pandemia expuso la desigualdad de vivienda en el país, donde algunas construcciones presentan poca o nula ventilación rodeadas de casas similares. En esas zonas, principalmente urbanas, el riesgo de contagio de covid-19 fue mayor.
Debido a lo anterior es que recomiendan que “podría ser más razonable invertir en viviendas sociales para no tener que asumir los costos sanitarios que implica el riesgo de contagio”. Esta es parte de las estrategias de dotación de vivienda que plantea el estudio.
Algunos aspectos deficientes de las tipologías residenciales que proponen para revisión y mejoras son: acceso a las vías de movilidad, disposición de las viviendas en el conjunto, relación de cantidad de habitantes por barrio o conjunto respecto a la cantidad y ubicación del espacio público. En cuanto a las unidades residenciales, las recomendaciones son: dimensiones de los espacios, ventilación, iluminación, entre otras.
Los millones de metros cuadrados tramitados en el 2021 fueron superiores al 2020, pero no supera loas cifras prepandemia donde el promedio anual de construcción del 2011 al 2019 fue de 6.6 millones de metros cuadrados. En ese año la demanda de construcción de viviendas de interés social decreció y coincide con el descenso en los Bonos Familiares de Vivienda.
Este es el segundo año consecutivo en el que el programa de posgrado de Arquitectura de la UCR realiza el informe. En esta ocasión, además de abarcar temas de déficit, dinámica del sector y asentamientos, también toma en cuenta temas económicos y efectos en el cambio climático; todos en relación a la crisis de la pandemia.
“Tratamos de que sea un estudio muy actualizado, pero no es un análisis de coyuntura. Además, en este año (2022) la velocidad del cambio que hemos tenido en las variables financieras no los teníamos hace diez años, como es la inflación y el Índice de Precios al Consumidor; este golpe (a la economía) nada más lo podíamos vislumbrar en el 2021 donde hubo un poco más de inflación y el tipo de cambio se aceleró un poco pero no con la velocidad que adquirió en el 2022″, concluyó Solano.