China produce gran cantidad de trigo pero lo conserva; mientras Rusia domina su comercio y dicta sus reglas. El mercado mundial de este cereal, indispensable para el pan, está formado por apenas una decena de países capaces de exportarlo.
Producto de climas templados
Bajo la forma de sémola, harina o pan, "todo el mundo come trigo, pero no todo el mundo es capaz de producirlo", resumía en julio de 2022 el economista francés Bruno Parmentier, autor de "Nourrir l'humanité" (Alimentar a la humanidad).
Producto de climas templados, nacido en Mesopotamia en Oriente Medio, el trigo blando consumido actualmente por miles de millones de personas es un factor de paz cuando abunda y puede convertirse en un vector de conflicto cuando escasea o su transporte se ve afectado.
El Consejo Internacional de Cereales (CIC), que agrupa a los principales países importadores y exportadores del planeta, proyectaba en agosto una producción mundial de trigo de 784 millones de toneladas en 2023-24, en leve retroceso(-2,4%) con respecto al ejercicio anterior.
Sólo una decena de países producen hoy en día suficiente trigo para poder exportar.
China, que es de lejos el primer productor mundial con 138 MT (millones de toneladas) en 2022-23, importa más de 10 MT anuales para alimentar a sus 1.400 millones de habitantes y mantiene de manera permanente enormes reservas en casa.
Otro gran productor, India, que había comenzado a exportar el excedente de su cosecha en los últimos años, impone desde hace 2022 restricciones a raíz de las sequías que la han afectado.
En el club de los grandes productores, vienen después Rusia, Estados Unidos, Australia y Francia.
Rusia domina los intercambios
Tras una cosecha récord de 92 a 100 MT según las fuentes en 2022-23, Rusia “se encamina a tener la segunda mejor cosecha de todos los tiempos”, de acuerdo con Sébastien Poncelet, especialista del mercado de granos de la consultora Agritel, que pronostica unos 90 MT.
Primer exportador mundial, con 46 MT en 2022-23 según la estimación del Departamento estadounidense de Agricultura (USDA), Rusia podría garantizar este año por sí sola un cuarto del comercio mundial de trigo.
Ucrania, que antes de la guerra se disponía a convertirse en el tercer exportador mundial detrás de Rusia y Estados Unidos, sólo debería ser capaz de exportar 10 MT, según el USDA.
Detrás de Rusia, los principales exportadores son Canadá, Australia, Estados Unidos y Francia.
Turquía es desde 2018 el primer cliente del trigo ruso, seguido de Egipto. Entre los dos países representan el 40% de las exportaciones rusas. Detrás se ubican más lejos Irán y Siria, según Sébastien Abis, director general del centro de reflexión francés sobre la agricultura Club Déméter.
El investigador asociado al Instituto francés de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS) subraya que el trigo ruso no deja de progresar en el sector de las exportaciones, y está conquistando un lugar entre los clientes tradicionales de Europa occidental, en el Magreb (norte africano) y África subsahariana.
La ofensiva rusa en África
Según el Instituto africano de Estudios de Seguridad, en 2020 los intercambios comerciales entre Rusia y África ascendieron a unos $14.000 millones, contra $295.000 millones con la Unión Europea, $254.000 millones con China y $65.000 millones con Estados Unidos”.
Los intercambios, liderados por los sectores de la energía y las armas, se han ampliado cada vez más a las materias primas, con el trigo en primer lugar.
Este grano, que no es un alimento básico crucial en la mayoría de África, es sin embargo una fuente de calorías importante en muchos países, especialmente en los centros urbanos, donde la ausencia de pan puede provocar rápidamente revueltas.
Según el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI), las exportaciones de trigo ruso hacia el África subsahariana representaron entre 2019 y 2021 alrededor del 18% de las exportaciones anuales totales de trigo de Moscú.
Los volúmenes, sin ser enormes, son interesantes: 3,9 MT exportadas en 2022-23 --es decir un poco menos del 20% de las importaciones de trigo de la región--, contra 4,5 MT en 2021-22.
Rusia, que ha multiplicado las promesas de envíos a bajo costo a África, “no ha compensado” sin embargo la caída de las exportaciones ucranianas, que pasaron a 701.000 toneladas en 2022-23 (contra 1,6 MT la campaña anterior), subraya el estudio.