La cadena de restaurantes El Novillo Alegre se sumó a las marcas que han expandido operaciones de alimentos y bebidas en medio de la pandemia en Costa Rica, al abrir su local número 11.
La franquicia ubicó su nuevo punto de venta en Sabana Norte, y adaptó su distribución usual a un conceto de microespacios, más adecuado al contexto de pandemia.
El sector de restaurantes está entre los más afectados por las medidas para contención de la pandemia, en particular a las limitaciones de movimiento y los cierres sanitarios de los locales. (Vea: Impacto en servicios)
Datos de la Cámara Costarricense de Restaurantes (Cacore) calcularon en 7.980 los restaurantes que cerraron durante los primeros meses de la pandemia, esto representa el 42% del total del sector reunido en esta agrupación. Con la reducción de restricciones, muchos locales han reabierto, pero otros cierres fueron permanentes.
Uno de los casos de reapertura fue el de Fogo Rodizio, que en marzo cerró su local en Sabana y en junio reabrió en Escazú, con una propuesta adicional de hospedaje. La propuesta de platos diseñados para venta a domicilio que habían desarrollado en las últimas semanas antes del cierre de marzo fue descontinuada.
Esto coincide con los datos de las encuestas de Cacore, según las cuales hasta un 68% de los restaurantes no logró adaptar sus servicios a la modalidad de entrega a domicilio bajo un formato rentable, con lo cual quedaron fuera del negocio durante la temporada de cierres más estrictos y están imposibilitados para alcanzar a los consumodores que aún prefieren evitar sitios de reunión.
Algunas de las situaciones que impiden la adaptación hacia modelos de venta en línea o con entrega a domicilio identificadas por EF son: los altos costos de intermediación de las plataformas de entrega (que rondan el 30% de la factura), el tiempo que se debe invertir para encontrar presentaciones y empaques adecuados para el envío de alimentos y la necesidad de invertir para crear estructuras logísticas específicas para esas tareas.
En crecimiento
Los datos de cierres contrastan con la inversión en aperturas: la cadena Olive Garden, en manos de AR Holdings, concretó su plan de ingreso al país en octubre, con una inversión de $2,6 millones.
En las primeras semanas de noviembre, reabrió Friday’s, cuyo local en los alrededores de la rontonda de la Bandera había sido expropiado como parte de las obras de Circunvalación. La empresa invirtió $150.000 en su nuevo espacio, en Los Yoses.
En los primeros días de octubre, Hooligan’s invirtió otros $150.000 en su nuevo local de Plaza Tempo, Escazú.
Por su parte, La Botana Picante transformó su negocio para ofrecer sucursales en pequeño formato, para servicio express, delivery y pick up. Alex Rojas, uno de los propietarios y fundadores del restaurante, explicó que la marca opera este tipo de puntos de venta en el Centro Comercial Muñoz y Nanne de San Pedro; en Plaza Calle Real de Escazú y en Plaza Pinares de Curridabat.
“Nos vimos forzados a dejar el local que ocupábamos en el Centro Comercial Calle Real en San Pedro y cerrar el restaurante. Fue algo muy duro. Sin embargo, estamos enfocados en salir adelante y trabajando para mantenernos de pie”, comentó Rojas.
También algunas cadenas de comida rápida han abierto nuevos locales a lo largo de los meses de pandemia. Entre los más recientes están el nuevo Burger King en Santo Domingo de Heredia, abierto en agosto, y el local de KFC en San José Centro, que comenzó a operar en setiembre tras una inversión de $800.000.
Y otro caso es el de los emprendimientos gastronómicos, como Ramen Saki, en el centro comercial Pinares Place, en Curridabat, que abrió en junio. Los propietarios, Freddy Chan y Melanie Liang, afirmaron que la coyuntura obliga al sector a diferenciar sus propuestas.
“Ser un negocio nuevo en plena crisis y tratar de posicionar nuestro producto fue parte del reto. Por otro lado, hubo que lidiar con el hecho de que las personas no querían salir para cuidar su salud, por suerte, gracias a la calidad de nuestro producto y a la ayuda de plataformas de delivery hemos logrado salir adelante”, dijo Chan.
Áreas abiertas
El nuevo restaurante de El Novillo Alegre se desarrolló bajo el concepto de microambientes, como un patio al aire libre; una terraza para recibir a los clientes, además de dos salones privados.
Wendy Moreno, gerente de mercadeo de El Novillo Alegre, informó que un total de 15 colaboradores forman parte del equipo que operará el nuevo restaurante, y como parte de su filosofía de siempre velar por el bienestar de su personal, algunos de los puestos serán ocupados por trabajadores de otras de las sedes.
“Somos conscientes de que vivimos un año completamente atípico, pero El Novillo Alegre continúa apostando por la fidelidad de los clientes. Como franquicia, es fundamental seguir innovando y ofrecerle al público la oportunidad de seguir disfrutando de nuestra gastronomía en un ambiente distinto”, comentó Moreno.