Las galletas Julieta recibieron un impulso de popularidad luego de ganar un concurso en Twitter que las posicionó como las favoritas de los usuarios, sin embargo, este es un producto que tiene un techo y para romperlo se preparan para lanzar una nueva línea de productos.
Misterios y datos curiosos envuelven a las populares galletas que nacieron gracias a la habilidad de panadero que tenía don Arsenio Umaña.
Hace más de 40 años este producto está en el mercado costarricense y su receta se mantiene viva gracias a que ha pasado de generación en generación bajo la cobija de un negocio familiar que mantiene la estricta orden de que “nadie puede cambiar los ingredientes originales”, según relató Fernando Montero, gerente de la empresa.
Este producto se fabrica desde hace 30 años en el corazón de San José, específicamente en Barrio Luján.
Una de las preguntas más comunes que se le hace a la familia es ¿cómo nació el nombre marca? Y la respuesta es que no se sabe a ciencia cierta.
A nivel familiar tienen dos teorías: una es que don Aresenio estuvo enamorado de una mujer que se llamaba así, y otra que es a raíz de Juliette, nombre en francés que hace referencia a un estilo de galletas similares a las de este negocio.
La empresa considera que un diferenciador que tienen sobre otros grandes competidores es que “cada galleta está hecha a mano y con amor”.
Tendencia en Twitter
Un torneo que nació de forma casual en Twitter de ¿cuál es la mejor galleta? Fue lo que hizo que las Julieta recibieran un espaldarazo por parte los cibernautas.
El tuitero @BasthianMM organizó en la red social “El gran torneo de las galletas marciales” el 9 de julio donde puso a competir a 16 marcas de galletas. Al final de las votaciones, las Julieta resultaron ganadoras.
“Fue muy divertido ver como se involucraron, yo solo quería jugar y ya”, tuiteó Basthian para referirse a su idea que registró cerca de 3.900 votos en la instancia final del concurso.
Esta fue una estrategia que de forma indirecta le hizo promoción a la marca y que el tema de galletas resultara como tendencia en la red social.
“Me parece que esto demuestra que se puede generar contenido muy dinámico y que enganche con audiencias específicas a través de redes sociales y que sean orgánicas. Con mucha frecuencia lo que creemos es que hay que pagar y no; hay que prestarle atención a cuál es la estrategia para que nuestros temas orgánicos se muevan”, explicó Evelyn Fernández, asesora especialista en redes sociales.
De este concurso empírico también se vieron beneficiadas otras marcas como Bokitas y Demasa. Ellos interactuaron con Basthian para aprovechar la temática.
Por su parte el gerente de la fábrica reconoció que “a pesar de la poca publicidad que se le hace, la recomendación de boca en boca es el canal más fuerte. Ahora la empresa sigue siendo familiar y estamos haciendo el esfuerzo por crecer más”.
Así quedo el torneo. No sé si eventualmente hacer otro torneo, fijo si hago otro pero voy a darle un tiempo de reposo. Ya he pensado en algunos temas, pero igual abierto a sugerencias, así que respondan de que les gustaría los futuros torneos marciales??!! pic.twitter.com/mTaGz5cfK7
— Basthian (@BasthianMM) July 15, 2022
Con la globalización grandes proveedores y marcas de alimentos se les han acercado para ofrecerles otros ingredientes a menor precio, pero ellos no lo aceptan, pues consideran que el éxito de su producto se debe precisamente a un sabor que mantiene su esencia.
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Las galletas Julieta compiten frente a grandes jugadores como Pozuelo, que tiene 103 años de historia y que solamente en el 2018 invirtió $4 millones para mejorar sus operaciones y aumentar la capacidad de su planta en Costa Rica.
Otras marcas como Nabisco con sus Oreo, la línea de productos Cuétara, y demás transnacionales son parte de sus competidores directos.
Diversificación
Las galletas Julieta son el monoproducto de la empresa, pero esto cambiará muy pronto ya que en cuestión de dos a seis meses esperan lanzar al mercado galletas de chocolate, de coco y unas “conchitas” que serán rellenas de dulce de leche.
Las pruebas ya están listas y ahora se están enfocando en alistar los empaques, los códigos de barras y demás procedimientos que son necesarios para que puedan comercializarse.
Las ventas durante todo este tiempo han sido estables e inclusive la pandemia les ayudó para crecer un poco más, pero lo que quiere cambiar don Fernando es que los pedidos que les hacen por parte de las grandes cadenas de supermercados y minisupers se mantienen iguales, entonces para crecer le van a apostar a otras líneas de producto.
La compañía va a aprovechar que ya tienen la planta, los recursos técnicos y humano para ofrecerle a los clientes otras formas de comer las populares galletas.
Como otra meta, pero a mediano plazo está la de exportar.
Montero reconoció que no tiene formación en administración de empresas y por esta razón le ha costado llevar su producto a otros mercados, pero esto no es un obstáculo para que lo tenga dentro de sus proyectos.
“Sabemos que hay personas que viven en Estados Unidos y que cuando un familiar o amigos los van a visitar les piden que lleven salsa Lizano, Tricopilias y galletas Julieta (...) Yo quiero conseguir compradores en Estados Unidos, México, Canadá, Panamá, Guatemala, para exportarles directamente a ellos, con Comex (Ministerio de Comercio Exterior) nos ha costado y no he tenido el apoyo que quisiera”, relató el gerente.
La clave para que estas galletas se mantengan competitivas y que incluso ganara un concurso de popularidad es que “cada una lleva un proceso muy manual, no es solo apretar un botón y que sea un robot el que las produce”.
La compañía genera 22 empleos directos, tiene un solo camión con el que se distribuye el producto en las grandes cadenas y se apoya de los empleos indirectos, así como de otros comerciantes que les compran al por mayor para llevarlos hasta las pulperías y minisupers.
La mayoría de los trabajadores tienen más de 10 años de trabajar para la empresa y son ellos quiénes resguardan la receta familiar y producen las emblemáticas galletas Julieta.