La prohibición que emitió el Ministerio de Salud de cantar en público y de producir eventos no fue un obstáculo para que Grupo 31 continuara adelante con su negocio cultural. El colectivo forma e impulsa la carrera de cantantes líricos, produce espectáculos musicales y organiza exposiciones artísticas, y con la llegada de la crisis debieron tomar una fuerte dosis de creatividad y reinvención.
La pandemia cayó como un balde de agua fría sobre los pasillos del Laboratorio John Lehmeyer, lugar donde se llevan a cabo las clases de canto, los conciertos de música latinoamericana y de ópera, y donde se hospedaban los montajes de artistas plásticos como Fabio Herrera, Stephanie Chaves o Carlos Tapia.
El primer paso fue tomar una pausa de una semana para procesar el nuevo escenario, desintoxicarse del aluvión de malas noticias y pensar en una estrategia nueva, rápida y efectiva.
“Fue como tirarse en un bungee”, comentó Mariela Jiménez, directora artística de Grupo 31 y del Laboratorio John Lehmeyer.
Al igual que muchas otras industrias, la clave para sostener el negocio fue impartir las clases de canto por internet mediante la plataforma Zoom.
Pese a que esta es una fórmula conocida y muy aplicada durante los tiempos de pandemia representó todo un reto para José Arturo Chacón, director musical y profesor de canto de Grupo 31, pues él debió afinar aún más el oído para escuchar el sonido que emitían sus estudiantes a la distancia.
Para algunos alumnos enfrentarse a la tecnología no representó mayores retos pero para otros sí, sobre todo aquellos mayores de 60 años que no estaban acostumbrados a lidiar con una nueva plataforma tecnológica y para los que debían recibir la clase de canto con niños pequeños cerca.
“En una semana hicimos cambios, organizamos horarios y aplicamos muchísima cordialidad con los clientes. Esto es clave en este tiempo de cambio porque si se uno se frustra se lo transmite a los clientes y no funciona. Si no les funciona el Internet se repone la clase, todo con mucha cordialidad porque lo necesitan”, aseguró la directora artística de Grupo 31 y del Laboratorio John Lehmeyer.
Esta fórmula le permitió a Grupo 31 conseguir nuevos clientes durante tiempos recesivos, además del buen trato, el canto se concibe como una fórmula sanadora y que lleva esperanza en momentos donde la ansiedad y la depresión crecen producto de la crisis y el confinamiento.
Implementar la virtualidad les permitió ser resilientes ante el constante cambio en las condiciones que impone el Ministerio de Salud.
Una renegociación necesaria
El sector cultura fue uno de los que más siente agobio por la crisis sanitaria, y en este caso Grupo 31 negoció el alquiler de la academia con el dueño de la propiedad.
Jiménez cuenta que se acercó a conversar con el propietario para renegociar el pago, pues el colectivo artístico tuvo una repentina baja en los ingresos ante la cancelación de los conciertos, la otra arista del negocio que les aportaba recursos económicos.
Cuidar la seguridad del inmueble y continuar con el mantenimiento fue la propuesta que el colectivo le presentó al propietario, quien en un voto de confianza decidió no cobrar el alquiler durante varios meses a los inquilinos que ya tenían cerca de cinco años de rentar la propiedad.
Parte del éxito en esta negociación coyuntural fue la reputación que les precedía como clientes, pues durante los años de relación nunca se dio un atraso en los pagos. A final de año las partes se encontrarán otra vez para definir el futuro de la relación contractual.
Mantener el inmueble les permite hacer conciertos virtuales, uno de ellos será el sábado 15 de agosto a las 7:30 de la noche, en esa ocasión se presentará el espectáculo Tangos y Boleros a cargo del barítono y director musical, José Arturo Chacón, quien interpretará las obras al lado del pianista Alonso Saavedra.
En este caso los conciertos se realizan por Facebook Live y se debe hacer reservación para poder apreciar el espectáculo, ya que se trata de un espectáculo privado.
Antes de la pandemia Grupo 31 realizaba dos espectáculos musicales al mes, contrataba personal de limpieza, productores y músicos para ofrecer conciertos. Esta era una plataforma de apoyo para mostrar el trabajo de consagrados artistas nacionales y de los mismos estudiantes de la academia.
En el corto plazo no solo ofrecerán el concierto en línea sino que este vendrá acompañado de un paquete con vino y charcutería (fiambres, embutidos y quesos) que llevarán por servicio a domicilio a cada burbuja social; a fin de trasladar la experiencia que tenía el público cuando podían asistir a los conciertos presenciales.
De momento se investigan cuáles son las plataformas más óptimas para llevar los productos a domicilio y se consultan con diferentes proveedores de productos para elegir la opción más óptima. La idea es generar encadenamientos y también apoyar a los empresarios nacionales con la compra de la charcutería.
La idea es continuar con un concierto mensual y cuando el modelo se consolide y las condiciones lo permitan, el escenario ideal sería hacer dos espectáculos al mes. En esos espacios se mezclará repertorio de música latinoamericana y ópera.
Otro de los anhelos es retomar las exposiciones artísticas y poder desarrollarlas en un futuro cercano mediante la plataforma virtual.
Tres consejos
- ¿Cuál es la principal lección que aprendió como empresaria?
Soltar. Para mí fue dejar ir porque no puedo seguir en la misma estructura, en mi grupo hay muchos dones y mis clientes también los tienen así que analicé qué podía construir con lo que tengo.
Fue volver a mi identidad, volver a la raíz, ver todos los dones y cómo podía trabajar con ellos para multiplicarlos bien.
- Lo principal para atraer clientes ha sido:
En este momento realizar videos (para compartir en redes sociales), invertir en arte gráfico de alta calidad es importante que los afiches lleven la misma tipografía y trabajar con conceptos.
Como la gente está viendo sus dispositivos móviles se necesita publicidad de calidad e invertir en redes sociales.
- ¿Volverá su negocio a ser el mismo de antes? ¿En cuánto tiempo?
¡Qué difícil! Nosotros creemos que esto puede estar en año y medio me imagino, es una pregunta difícil de contestar porque es una proyección no asegurada y que no está escrita en piedra.
Me encantaría que vuelva la parte presencial para que el público sienta la magia, en los conciertos presenciales había cercanía, cordialidad, empatía. Me encantaría volver a eso pero de momento se seguirán transmitiendo los espectáculos para llegar a más público.
Ahora para nosotros es Ópera 31 Costa Rica para el Mundo y esa es nuestra proyección.