Varias asociaciones indicaron, este miércoles 17 de mayo, haber denunciado de nuevo en Francia a los gigantes del sector textil, entre ellos el japonés Uniqlo y el español Inditex, a los que acusan de aprovecharse del trabajo forzado de la minoría uigur en China.
La asociación anticorrupción Sherpa, el colectivo Ética en la Etiqueta, el Instituto Uigur de Europa (IODE) y una uigur que estuvo internada en la provincia de Xinjiang (noroeste de China) los acusan de crímenes contra la humanidad, genocidio, sometimiento a la servidumbre y trata de seres humanos en banda organizada.
La nueva denuncia presentada el martes, tras el archivo de una primera, debe permitir que se asigne el caso a un juez de instrucción.
Los denunciantes quieren exponer las "eventuales responsabilidades" de estas multinacionales que "se aprovecharían del trabajo forzado de los uigures para la fabricación de sus productos", asegurando que este sería el caso de "una de cada cinco prendas de algodón".
El departamento de crímenes contra la humanidad de la Fiscalía Nacional Antiterrorista (Pnat) archivó en abril una investigación abierta en junio de 2021 tras una primera denuncia, lo que provocó la "incomprensión" de los denunciantes.
El ministerio público se declaró entonces "incompetente" al estimar que los delitos denunciados los habrían cometido empresas chinas, suministradoras de los gigantes textiles, según una fuente próxima al caso.
Los denunciantes acusan a Uniqlo France, a Inditex (propietario de las marcas Zara, Bershka, Massimo Dutti), al francés SMCP y a la empresa estadounidense de calzado Skechers de vender productos fabricados total o parcialmente en fábricas donde los uigures, según las asociaciones, están sometidos al trabajo forzado.
Y estiman además que estas empresas no realizan los controles suficientes a sus subcontratistas.
"Las empresas textiles deberán rendir cuentas de haberse enriquecido a sabiendas, a costa de los crímenes internacionales más graves", subrayó el abogado de los denunciantes, William Bourdon.
Los cuatro grupos habían negado en el pasado recurrir al trabajo forzado. Además de estas empresas, a otras grandes multinacionales como Nike, Adidas o Shine se les acusa de hechos similares.
Inditex reiteró este miércoles que las acusaciones son falsas, que efectúa rigurosos controles de trazabilidad para asegurarse de la procedencia de los productos y que práctica una política de "tolerancia cero" hacia cualquier forma de trabajo forzado.
Estados Unidos y varios países hablan de un "genocidio" contra la minoría musulmana uigur en China y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos señala crímenes contra la humanidad.
China rechaza estas acusaciones y asegura que los centros de reeducación denunciados por los occidentales son en realidad centros de formación profesional destinados a combatir el extremismo religioso y garantizar la estabilidad social.