El gigante automovilístico BMW hizo una publicación en su cuenta de Instagram, el 11 de octubre pasado, en la cual patrocinaba a su primer BMW iX2 100% eléctrico. En ella, además, etiquetaba a una influencer llamada Miquela (@lilmiquela), quien incluso aparecía en las fotografías dentro del vehículo.
El contenido se parecía al de cualquier otra publicación con una modelo o artista, pero no se trataba de lo mismo.
A pesar de que fue distinguida como una de las 25 personas más influyentes del mundo por la revista Time en 2018, Miquela es una influencer virtual de 19 años que fue totalmente creada con inteligencia artificial (IA).
LEA MÁS: Podcast: ¿La IA me quitará mi trabajo? ¿Qué dicen los grandes empleadores del país?
A pesar de que no es real, @lilmiquela ha hecho más de 1.300 publicaciones, tiene 2,6 millones de seguidores y en su última fotografía, en la que aparece junto al rapero 50 Cent, acumula cientos de comentarios. Uno de ellos solo dice: “aún no puedo creer que sea un robot”.
Este es un fenómeno que parecía difícil de replicar a finales de la década pasada, pero con la explosión del mundo de la IA y su expansión a una mayor cantidad de rincones en el mundo parece menos complicado. La IA llegó para revolucionar diversos mercados y ya existen varios estudios que advierten sobre su potencial para reformar o incluso destruir múltiples empleos en los próximos años. ¿Pasará lo mismo con los populares influencers?
¿Qué son estos ‘influencers’?
Los influencers creados con IA son figuras audiovisuales falsas, pero que se asemejan a personas reales.
Al igual que los influencers normales, son figuras que buscan exponerse en redes sociales para ganar visibilidad y redituar de ello.
Los fundadores de la agencia Be a Lion, en España, explicaron al diario español El País que desarrollaron a un perfil llamado Alba Renai usando como referencia encuestas a unos 350 consumidores, con los cuales formaron un perfil de lo que ellos buscaban en un creador de contenido y sus “referencias estéticas”.
El parecido de estas figuras virtuales con una persona real puede llegar a ser tan alto que ocurren casos como el narrado por un desarrollador de contenido al diario inglés Daily Mail, el cual explicó que una de sus creaciones llegó a recibir propuestas de citas por parte de deportistas y empresarios. La modelo creada con IA se llama Emily Pellegrini, y de ella existen múltiples perfiles de fans en línea,
“A través de mensajes directos de Instagram hay personajes realmente famosos como futbolistas, multimillonarios, luchadores de MMA y tenistas (que la contactan). Creen que ella es real. La invitan a Dubai para conocerse y comer en excelentes restaurantes”, afirmó.
¿Qué pueden hacer y cuáles son sus ventajas?
Los influencers creados a través de IA cuentan con múltiples ventajas sobre las personas de carne y hueso.
Por ejemplo, pueden “desplazarse” a cualquier lugar del mundo, y se puede producir tanto contenido con ellos como sea necesario, sin la necesidad de pagar gastos mayores.
Una sola publicación de un influencer real puede costar miles de dólares, pero una de estas creaciones virtuales puede hacer mucho más trabajo que ellos.
LEA MÁS: Estos son los miedos de las empresas a la inteligencia artificial. ¿La suya los padece?
Por ejemplo, en su cuenta de Intagram, @lilmiquela ha hecho publicaciones supuestamente situadas en Los Ángeles, Barcelona, Nueva York y Salvador de Bahía, entre muchos otros lugares. Este perfil existe desde hace más de siete años y ha sido contratado por más empresas aparte de BMW, como Prada, Samsung y Youtube.
Miquela también tiene canciones a su nombre en Spotify y otras plataformas, una de ellas con 67,5 millones de reproducciones. Es decir, se adaptan fácilmente a la producción de múltiples formas de contenido.
Otra ventaja de los influencers virtuales es que a través de ellos se puede producir contenido altamente controlado y no existen tantos riesgos reputacionales como con la contratación de personas reales, cuya actividad es más difícil de controlar o de rastrear, pero puede afectar a sus patrocinadores.
¿Qué retos suponen?
Como estos personajes se pueden desarrollar fácilmente a través de herramientas digitales de imagen 3D e IA, también suponen un reto en materia de transparencia.
Por ejemplo, si bien las agencias de publicidad internacionales que ya trabajan con este tipo de desarrollos virtuales suelen señalar en sus perfiles que el o la influencer es una creación digital, también están los desarrollos menos profesionales que no hacen alusión alguna a ello.
Esto podría considerarse un engaño, como el que experimentaron los deportistas y empresarios que invitaron a salir a Emily Pellegrini.
Algunos creadores de este tipo de contenido no comparten la información porque consideran que podrían reducir su conexión con audiencias y sus beneficios. Aún así, esta no parece ser tan problemático.
La conexión que consiguen estos perfiles es tal que perfiles como el de @lilmiquela han suscitado la creación de fanpages por parte de terceros, como ocurre con el caso de personalidades reales.
A pesar de ello, este sector acumula otras críticas. Por ejemplo, están quienes señalan que muchas de estas creaciones virtuales refuerzan los parámetros culturales de belleza hegemónicos, pues se concentran justamente en ellos para garantizar la efectividad de sus creaciones.
“Reafirman en algún punto que este es el único modelo de belleza a alcanzar. En este caso, son específicamente irreales y, en consecuencia, imposible para muchas personas con diferentes genéticas”, señaló la psicóloga especialista en Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), Florencia Peric, para el medio argentino RED/ACCION.
Sin embargo, esa es una crítica que ya reciben las agencias publicitarias y demás actores de la industria actualmente, sobre el modo en el que realizan la selección de personas reales para sus campañas, y sobre la edición de sus fotografías o vídeos.
¿Qué implican para la industria actual?
Estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) advierten de que el 60% de los trabajos están en algún tipo de riesgo por la inteligencia artificial en las economías avanzadas; mientras que el porcentaje es de un 40% en las economías emergentes y de 26% en las de bajos ingresos.
No obstante, el gran debate es si este riesgo será por una alteración o solo una sustitución, como plantean los sectores más pesimistas.
Algunos experimentos con IA le han servido a personajes famosos como Kendall Jenner y Paris Hilton para ganar más dinero. La plataforma Meta (dueña de Facebook e Instagram) lanzó un plan piloto en septiembre del año pasado con 28 chatbots de personas reconocidas, incluidas ellas dos, por el cual obtuvieron unos $5 millones como retribución de derechos de su imagen, según una publicación de Business Insider.
Sin embargo, también hay cálculos que permiten suponer que puede existir un impacto negativo para los influencers de carne y hueso, quienes podrían perder parte de su mercado.
@lilmiquela habría facturado unos 10 millones de euros en 2020, según información publicada por Business Insider. Este es dinero que fue directamente a su agencia creadora y no a algún influencer humano.
Por ahora, los ejemplos profesionales de este tipo de usos de la IA son pocos en la industria mundial y principalmente se observan en países más desarrollados. Sin embargo, estos podrían ser los primeros pasos de muchos más, como suele ocurrir con las innovaciones tecnológicas más disruptivas.