El juicio por el accidente de avión que costó la vida a 228 personas cuando viajaban de Río de Janeiro a París comienza el lunes en Francia, más de 13 años después de ocurrido, y comparecen como acusados el fabricante Airbus y la aerolínea Air France.
El 1 de junio de 2009, el avión del vuelo AF447 se precipitó al océano Atlántico, casi cuatro horas después de despegar. Sus 216 pasajeros y 12 miembros de la tripulación perdieron la vida en esta tragedia.
Los primeros cadáveres y restos de la aeronave se hallaron días después. Pero el aparato pudo localizarse finalmente casi dos años después, el 2 de abril de 2011, a 3.900 metros de profundidad en la cuarta fase de búsqueda.
Las cajas negras confirmaron que los pilotos, desorientados por un fallo técnico en medio de la noche cerca del ecuador, fueron incapaces de frenar la caída del aparato, que se produjo en menos de cinco minutos.
Aunque los jueces de instrucción sobreseyeron el caso en 2019, los familiares de las víctimas y los sindicatos de pilotos recurrieron y, en mayo de 2021, la justicia envió a juicio a ambas empresas por homicidios involuntarios.
“No espero nada”
Los familiares de las víctimas acogen el proceso con sentimientos encontrados.
“Yo no espero nada de este proceso”, aseguró a la AFP Nelson Faria Marinho, cuyo hijo Nelson murió en el accidente con 40 años. “Fue hace 13 años pero, para nosotros, es como si fuera ayer”, agregó el hombre de 79 años.
El presidente de la asociación brasileña de familias de víctimas del vuelo AF447 no estará presente en el juicio. “Los billetes son demasiado caros. Soy jubilado y no tengo medios. Pero si pudiera, iría”, apuntó.
Su homóloga de la asociación de allegados de víctimas Entraide et Solidarité AF447, Danièle Lamy, espera por su parte que este proceso, tras un “combate judicial”, “sea el juicio de Airbus y de Aire France” y no “el de los pilotos”.
“Esperamos un proceso imparcial, ejemplar, para que esto no se reproduzca más y, mediante este juicio, los dos acusados pongan en el centro de sus preocupaciones la seguridad aérea y no solo la rentabilidad”, indicó a la AFP.
Air France “recuerda a las víctimas de este terrible accidente y expresa su más sentido pésame a todos sus allegados”, indicó en un comunicado la compañía, que rechaza toda culpa en el accidente y pedirá la absolución.
El fabricante europeo Airbus, que no deseó realizar comentarios antes del juicio, también niega cualquier infracción penal.
“Formar” e “informar”
El avión, que había entrado en servicio cuatro años antes, transportaba pasajeros de 33 nacionalidades: 61 franceses, 58 brasileños y 28 alemanes, así como italianos (9), españoles (2) y un argentino, entre otros.
En total, 476 allegados se constituyeron como partes civiles en este juicio que se prolongará hasta el 8 de diciembre.
“Es un proceso que será muy técnico”, subrayó Alain Jakubowicz, abogado de Entraide et Solidarité, avanzando su intención de abordar también la “dimensión humana”: “Son hombres, mujeres y niños los que murieron”.
Ante el tribunal de París, comparecerán varios expertos y pilotos. La 31ª Sala Penal deberá determinar si Airbus y Air France, que enfrentan una multa de 225.000 euros (unos 220.000 dólares), cometieron errores vinculados con la tragedia.
Según los informes de peritos, la congelación de las sondas de velocidad Pitot provocaron una perturbación en las mediciones de velocidad del Airbus A330, lo que desorientó a los pilotos hasta que perdieron el control del avión.
Para la corte de apelación, que dio marcha atrás al sobreseimiento del caso, Air France no puso en marcha una “formación adaptada” ni la “información” necesaria para que los pilotos pudieran “reaccionar” a ese fallo técnico.
A Airbus se le juzga por “subestimar la gravedad” de los fallos de las sondas de velocidad, por no tomar las disposiciones necesarias para informar de urgencia a las tripulaciones ni formarlas eficazmente.
Los fallos en estas sondas se multiplicaron en los meses precedentes al accidente. Tras la catástrofe, el modelo se cambió en todo el mundo.
La tragedia también impulsó otras modificaciones técnicas en el campo de la aeronáutica y una formación reforzada a la pérdida del altitud y al estrés de la tripulación.