Los mercados gastronómicos, un modelo de diseño de espacio y de negocio de alimentación que se popularizó en la Gran Área Metropolitana, aún no perciben un crecimiento en la visitación de comensales similar al que había antes de la pandemia.
Lo anterior pese a que desde el pasado 1°. de abril funcionan sin restricciones de aforo.
“En nuestro caso no hemos visto una mejoría como tal. No hemos experimentado un cambio radical (desde el 1° de abril)”, manifestó Carlos Rojas, socio fundador de Contenedores Gastro Park en Cartago.
Los mercados gastronómicos se caracterizan por ser espacios que albergan y ofrecen variedad de menús, con la facilidad de que un mismo grupo de personas puedan comprar comida de distintos restaurantes y consumirlos juntos en una misma mesa.
La medida de flexibilización que ejecutó el Gobierno desde abril fue ampliar al 100%, sin verificación de código QR, el aforo de las actividades y comercios. Lo anterior podría traducirse como una mayor oportunidad para la visitación; no obstante, estos sitios que reciben más público en la noche, lo que reportan es mayor tiempo de duración de los comensales en el mercado gastronómico y no más afluencia de público.
“La diferencia la vemos en el consumo de las personas. Cuando la restricción era a las 12 media noche, la gente se iba temprano y rapidísimo porque comía y listo; ahora van más relajados, se quedan más tiempo y eso hace que consuman más bebidas o postres, por ejemplo”, comentó Carlos Lara, administrador de La Fortina, en Heredia.
A pesar de que la apertura total del aforo no generó grandes cambios, algunos representantes de estos mercados aseguraron que en el primer trimestre del año vieron una mejoría de hasta un 15% en la visitación en comparación al año anterior, otros ven un número de cliente normalizado sin grandes crecimientos.
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Por otra parte, estos lugares compiten con centros comerciales, conciertos y demás actividades y comercios que también volvieron al ritmo de trabajo antes de la pandemia y capturan la atención del público.
Afluencia sin cambios
“Anteriormente a esa ampliación del 1°. de abril, cuando nos ampliaron los horarios se sintió un alivio y la población lo agradeció. Lo que pasa es que ahora tenemos reporte de las zonas turísticas que les está yendo muy bien porque reciben más personas por la misma flexibilización”, explicó Mauricio Rodríguez, miembro de la Junta Directiva de la Cámara Costarricense de Restaurantes y Afines (Cacore), quien comentó que esas opciones hacen que en ocasiones el público busque otros destinos.
En La Fortina empezaron a ver más ingreso de público durante el último trimestre del 2021 y un “poco más” en los primeros tres meses del 2022, pero en abril se mantuvo normalizado. En Contenedores Gastro Park la situación fue similar
“El último trimestre del año pasado fue súper bueno porque la gente quería salir debido a que habían menos restricciones. Enero también estuvo bien, pero de febrero para acá nuestro consumidor ha invertido en actividades masivas como conciertos, eso es lo que hemos percibido”, indicó Carlos Rojas, Contenedores Gastro Park.
El caso de Batanga Gastro Garden en Barrio Escalante es similar a los anteriores. De octubre a diciembre del 2021 registraron más ventas, pero no fueron superadas en los primeros meses del 2022.
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“En este momento está normalizado. El último trimestre del año siempre es un pico de ventas y se sostuvo, tal vez, en lo que llevamos del año”, señaló Jorge López, copropietario de Batanga.
López añadió que uno de los factores que ayudó a que Batanga tuviera mejores registros a finales del año pasado fue el turismo que “cada vez se acerca más a Barrio Escalante”.
Camaradería
Aún estos mercados gastronómicos no llegan a los números prepandemia, momento en el que las mascarillas y el alcohol en gel no eran parte de la vida cotidiana fuera de casa. Por esto, y para ayudar a los inquilinos, La Fortina y Contenedores Gastro Park hicieron ajustes en el precio del alquiler mensual.
“Desde que empezó la pandemia se ajustaron totalmente las tarifas y condiciones hasta llegar al punto de equilibrio. Y así se ha mantenido porque todavía no hay una apertura total que nos diga que estamos igual que antes”, detalló Carlos Rojas, Contenedores Gastro Park.
El descuento en el alquiler en ese lugar en Cartago fue de un 35% a 40%. Mientras tanto en La Fortina solamente cobraban un 53% del monto total y siguen realizando ajustes a la tarifa.
“El 47% lo dábamos gratis con tal de que los restaurantes no se fueran. Actualmente están pagando el 61% del monto del contrato, y por trimestre vamos incrementando el alquiler hasta llegar a lo pactado previo a la pandemia”, subrayó Carlos Lara, administrador de La Fortina.
Nuevas propuestas
La lenta recuperación hacia niveles prepandemia no ahuyenta a estos comerciantes ni a los nuevos que buscan sumergirse en este tipo de propuestas. En febrero anterior Batanga abrió su segunda sede en Rohrmoser con una inversión total que ronda los $500.000.
En Barrio Escalante toma forma un nuevo proyecto que se llamará Calle 33. La inversión para desarrollar este lugar está cercana a los $200.000 y se estima que abra sus puertas a mitad de mayo.
“Tendremos seis restaurantes en la parte de adentro, una cafetería, barras de postres y de bar. Está siendo desarrollado en un terreno de 700 metros cuadrados y contaremos con una terraza en el segundo piso, la primera terraza que tendrá Barrio Escalante”, contó Carlos Brenes, propietario de Calle 33 Mercado Gastronómico.
Para Brenes la situación actual del comercio no limita su proyecto porque “Escalante es un punto ya probado para estos negocios” y dispondrá de alquileres con valor razonable para los inquilinos en medio de la situación económica nacional e internacional.