El Vaticano es propietario de inmuebles en prestigiosos barrios de París, Londres y Ginebra y de innumerables bienes en Roma, un patrimonio valorado en miles de millones de dólares, fuente de independencia pero también de muchos escándalos.
"Cuando se dice que la mayor parte de los edificios en Roma pertenecen a la Iglesia y al Vaticano, es simplemente falso", se subleva Monseñor Nunzio Galantino, presidente desde hace más de dos años de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (Apsa) en una entrevista con la AFP.
LEA MÁS: Italia alivia las restricciones por la COVID-19, aunque OMS advierte que es muy pronto
Cansado de las fantasías "sensacionalistas" que suscita el tesoro escondido de los papas, este italiano jovial forma parte del círculo de confianza del papa Francisco, elegido para centralizar y controlar el patrimonio inmobiliario y los fondos financieros del Vaticano.
Las propiedades de la Santa Sede son en su mayoría fruto de inversiones realizadas desde hace más de un siglo.
737 bienes en París
En el corazón de París ―Boulevard Saint-Michel, barrio del Odeón o Campos Elíseos― los servicios del obispado administran desde hace tiempo 737 bienes inmobiliarios (cerca de 56.000 m2) valorados en 595,5 millones de euros ($721,6 millones).
En Londres ―desde Saint James Square, Kensington o New Bond Street― 27 inmuebles (4.600 m2) están valorados en 108,5 millones de euros ($131,4 millones).
Y en Suiza, en particular en Ginebra y Lausana, 140 bienes (más de 16.000m2) están evaluados en más de 91 millones de euros ($110,2 millones).
En Roma, la iglesia posee edificios enteros que fueron construidos en dos calles que convergen directamente en la plaza de San Pedro, como la célebre Via della Conciliazione.
En Italia, la Apsa alquila 2.400 apartamentos y 600 comercios y oficinas italianas, que proporcionaron 99 millones de euros en 2019 ($120 millones) a las arcas vaticanas.
De los 1,6 millones de metros cuadrados, 15% están en el mercado libre de alquiler y 30% sometidos a alquileres subvencionados en particular a empleados y jubilados. El 55% restante están ocupados por instituciones vaticanas o son prestados gratuitamente a escuelas o universidades.
El objetivo es mejorar "el rendimiento de los activos inmobiliarios", asegura el jefe de Apsa, que reconoce que algunos apartamentos están vacíos y deteriorados tras décadas de ocupación.
Pero lejos de la lógica mercantilista, la Santa Sede ha preferido destinar recientemente un edificio a las buenas obras del papa, pese a su vista directa a la Plaza de San Pedro. Y sobre una de las colinas romanas más elegantes, un edificio suntuoso se ha dedicado a la formación del clero.
Propietarios millonarios
En este contexto, Monseñor Galantino se confiesa incapaz de valorar el patrimonio italiano y su totalidad. Un dato totalmente obsoleto figura en las cuentas financieras, reconoce un experto del Vaticano.
Por ejemplo, la Basílica de San Pedro está valorada en un euro simbólico, al igual que los palacios administrativos o los prestados gratuitamente a universidades.
Ello no obsta para que la Santa Sede cuente con un patrimonio valorado en varios miles de millones de dólares.
Centenares de apartamentos están administrados por un ministerio que comprende las actividades misioneras, patrimonio adicional evaluado en “3.000-4.000 millones” por el diario económico Il Sole 24 Ore, que concluye que las propiedades en el mercado de alquiler podrían alcanzar los 6.000 millones de euros ($7.271 millones).
¡Y Apsa todavía está realizando el inventario de sus bienes italianos!
"A principios del Siglo XIX muchas congregaciones religiosas no estaban reconocidas por el Estado italiano; era normal en la época atribuir directamente sus bienes a la Santa Sede. A partir de los años 1980, hemos devuelto bienes a las congregaciones, pero con algunos errores", explica el prelado, que busca entre 70 y 80 escrituras.
"El virus ha ralentizado la búsqueda en los archivos" pero espera concluir el inventario para "finales de la primavera (boreal) de 2021".
Depredadores al acecho
El papa Francisco acaba de centralizar en las manos de Apsa las propiedades londinenses adquiridas por la poderosa Secretaría de Estado (administración central) a través de circuitos opacos y de intermediarios italianos avaros.
Se trata sobre todo de un bien de lujo situado en 60 Sloane Avenue, en el elegante barrio londinense de Chelsea, comprado en dos tiempos a partir de 2014. Esta transacción será objeto de un proceso este año en la justicia vaticana.
Otro conjunto londinense de cinco apartamentos de lujo lo administra el fondo de inversiones Centurion Global Fund, con sede en Malta, que financió con dinero de la Iglesia, “Rocketman”, una película sobre el cantante Elton John, provocando el bochorno del Vaticano y procesos en justicia.
El papa pidió "la retirada lo antes posible" de estas inversiones o al menos "eliminar el riesgo de que empañe la reputación" de la Iglesia.
Los escándalos inmobiliarios no son una novedad, pero el Vaticano quiere actuar contra los depredadores. A finales de enero, la justicia vaticana condenó a cerca de nueve años de cárcel a un expresidente del “banco del papa” por enriquecimiento al vender fraudulentamente una veintena de bienes inmobiliarios de la Santa Sede entre 2001 y 2008.