Con las recientes aprobaciones de ley en Costa Rica —para la atracción de inversionistas, rentistas y pensionados (proyecto 22.156) y para atraer trabajadores y prestadores remotos de servicios de carácter internacional (proyecto 22.215)— las construcciones habitacionales ubicadas fuera de la Gran Área Metropolitana (GAM) se vislumbran como una opción para este tipo de público.
Incluso las empresas han bautizado estos negocios como “jubilación verde”, que consiste básicamente en un plan dirigido a aquellas personas que desean vivir en una casa rodeada de naturaleza, ya sea con vista al océano o las montañas.
Aunque algunos de estos proyectos llevan años de operación en el país y reciben a vacacionistas por periodos cortos de tiempo; en los últimos 12 a 18 meses el sector inmobiliario ha observado un incremento de una población de edad mayor a los 65 años que quiere jubilarse en el país; y de otra de 30 a 50 años con hijos, que ven la posibilidad de trabajar desde Costa Rica.
Así lo confirmó Scott Cutter, propietario de 2 Costa Rica Real Estate —una firma de servicios inmobiliarios con oficinas en Santa Teresa, Jacó, Manuel Antonio, Dominical y Playas del Coco— quien dijo que este crecimiento acelerado se debe a factores estrictos referentes a la calidad de vida de las personas.
“Este segmento tiene una conciencia masiva de la calidad de vida, el llamado “wellness” y buscan espacios verdes y abiertos. Asimismo, muchos toman la decisión de invertir en una propiedad en el país debido a que el costo de la vida en Estados Unidos va subiendo montones, de hecho la pandemia fue uno de los catalizadores”, precisó Cutter.
Por otra parte, Alberto Bonilla, director de Desarrollo de Garnier & Garnier expresó que la nueva ley para atraer a los inversionistas es un gran apoyo, ya que bajó el escalón de inversión que necesitan los turistas o las personas interesadas, para conseguir una residencia en Costa Rica.
Como la tendencia es relativamente nueva, Cutter expresó que no se han visto desarrollos que fueran creados con ese fin, sino que hay muchos proyectos que están adaptándose para crear ecosistemas de un inmueble que dan el estilo de vida y estructura ideal, dirigida a estos segmentos.
Los proyectos
De acuerdo a los propietarios de proyectos ubicados fuera de la GAM, lo más importante a tomar en cuenta a la hora de ofrecer un producto para este segmento, es que tiene que tener cercanía a algún aeropuerto internacional, servicios médicos, a supermercados, restaurantes, tiendas, ferreterías y bancos entre otros servicios.
Asimismo, y casi de manera obligatoria el proyecto tiene que tener una red de fibra óptica y un servicio de telecomunicaciones de primer nivel.
Muchas de estas personas —y en especial los nómadas digitales— buscan cómo conectarse y mantener su vida normal y laboral en otra ubicación. En este momento la banda ancha debe estar presente en cada rincón del país.
Grupo Ecoquintas, es una de las empresas que impulsa la denominada “jubilación verde” con más de 30 proyectos en la zona de La Fortuna de San Carlos y una cartera de 4.000 clientes costarricenses y extranjeros.
Sus propiedades en formato condominio, rondan los ¢17 millones y hasta los ¢40 millones. Asimismo, su nicho de mercado es la clase media y tienen financiamiento propio, es decir, sin prima ni fiador, y sin estudios crediticios.
“Tenemos clientes de Costa Rica, incluso de países como Argentina o Europa que desde ya adquieren la propiedad, nos contratan para construirle la cabaña y mientras llega su plan de retiro o jubilación la tienen para venir a pasar su tiempo libre o alquilarlas en plataformas como AirBNB”, expresó Gaudelio Zúñiga, fundador y gerente general de Grupo Ecoquintas.
Zúñiga también dijo que, cada día se enfrentan a un cliente más exigente y que piensa más en su inversión, por lo que deben ser más congruentes en el tema de calidad versus precio. “El sector inmobiliario rural que tiene acceso a todos los servicios básicos tiene un potencial importante”, agregó.
Otro destino escogido por este segmento es Azul Paraíso ubicado en Ocotal, Guanacaste. Actualmente, su única fase cuenta con 28 unidades residenciales —la mayoría ya colocadas pero aún se administran cinco para alquileres—. Cada edificio tiene seis apartamentos, acceso a su propia piscina, y son de aproximadamente de 150 a 250 metros cuadrados.
“Ahorita estamos viendo el diseño y la conceptualización de las futuras etapas pensando específicamente en este tipo de cliente —jubilados y nómadas digitales— que es un poco diferente al cliente que solo quiere venir por el fin de semana o quedarse a pasar un par de días. Estamos pensando en la población que ya podría usar el producto como su base y vivir aquí la gran mayoría del año”, precisó Bonilla, de Garnier & Garnier, empresa desarrolladora de Azul Paraíso.
El vocero indicó que su producto arranca en $350.000 para la venta y que lo más importante para ellos a la hora de que las personas los toman como opción, es la trayectoria y la certeza de que la empresa cuenta con proyectos que jurídicamente van a funcionar.
Por otra parte, Bonilla indicó que los hoteles no son tanto la competencia para el segmento a largo plazo, sino aquellos proyectos que están ofreciendo espacios pequeños de dos a tres unidades.
También, existen empresas dedicadas a ubicar a los extranjeros o costarricenses que deciden empezar negocios o que se quieren retirar, en el país.
Este es el caso de RE/MAX Costa Rica, una compañía de bienes raíces con nueve oficinas en el pais, en lugares como Jacó, Tamarindo y Manuel Antonio y que trabaja en alianza con International Living (una organización que ayuda a las personas a nivel mundial a buscar destinos para retirarse).
“Nos aliamos a las oficinas para hacer todo el proceso migratorio de los extranjeros que se quieren venir a vivir en Costa Rica. También, contamos con empresas de “relocation” que le hacen entender a los inversionistas cuáles son las mejores zonas que les convienen para invertir, hasta recomendarles los mejores colegios del área, y les indican la localización de las zonas que les convienen”, explicó Mauricio Rodríguez, broker o agente de RE/MAX.
Rodríguez indicó que la gran mayoría de personas vienen al país con un plan de pensión, no obstante, hay una serie de extranjeros que llegan con la idea de una vida más amigable con el ambiente (eco-friendly) y otros simplemente gustan de la educación costarricense.
“Nosotros analizamos cada detalle del posible inversionista para enfocarlo en alguna de las agencias inmobiliarias, y poder orientarlos de manera integral”, agregó.
Asimismo, Hannah Fletcher, directora de RE/MAX dijo a EF que el precio promedio de una casa con vista al océano o a la montaña ronda los $240.000. Sin embargo, también hay opciones de comprar un condominio pequeño de 50 metros cuadrados con $90.000 o $100.000. El precio varía si la propiedad está ubicada frente al mar o camino a la playa.