A Rodrigo Valverde nunca le ha dejado de impactar la vista desde la cima de un árbol. Al pasar su niñez en la zona boscosa de Monteverde, trepar árboles siempre fue una actividad recurrente.
“Qué bonito es cuando uno está encima de la copa de los árboles, ver el bosque desde arriba hace que uno se sienta más grande”, cuenta Valverde.
Aún después de dejar atrás la infancia, la idea de poder compartir esa imagen desde lo más alto del tronco nunca lo abandonó, al punto que en los años noventa empezó a preguntarse cómo podía hacer que otras personas tuvieran esa experiencia. El terreno lo tenía: su familia era dueña de cientos de hectáreas de bosque en Monteverde —lugar en el que se instalaron en 1950—, así que junto a su hermano tantearon opciones: primero se les ocurrió subir a los turistas con cables hasta las copas de los árboles, pero desistieron porque no era una aventura para todos; la gente tenía que estar en buena condición física y además el factor miedo incidía a reducir el público dispuesto a apuntarse a la aventura. Después pensaron en una torre de observación. Esta sí era más inclusiva, pero la sintieron demasiado estática; era solo un espacio limitado el que el turista podía ver.
Finalmente se les ocurrió la idea del millón: puentes colgantes. La topografía irregular de la zona se prestaba para conectar puentes que atravesaran el bosque nuboso a la misma altura de los árboles.
En la actualidad los parques con puentes colgantes se han popularizado en otras partes del mundo, pero Valverde se jacta de que en 1997 ellos fueron los primeros en utilizar este tipo de puentes como un atractivo turístico.
“Los puentes colgantes para observar la naturaleza nacieron aquí en Monteverde”, cuenta con orgullo.
Esa idea —que en su momento fue considerada como descabellada por los bancos que dudaban si entregarle crédito— derivó finalmente en Treetopia, que tras 26 años se ha consolidado como uno de los parques de aventura turística más particulares de Costa Rica y que en este 2023 fue reconocido como la Pyme del Año en los Premios El Financiero.
2023: un año de consolidación
Si bien la familia Valverde cuenta con parques turísticos desde 1997, el nombre de Treetopia es uno nuevo reciente: este 2023 dejaron de llamarse Costa Rica Sky Adventures. Esto sucedió debido a una reestructuración del negocio que los los obligó a rebautizarse como Treetopia en lo que significó un nuevo nacimiento para la empresa después de un periodo difícil.
Tras casi dos años duros de pandemia, la familia Valverde tuvo que vender algunos de sus parques —uno en la zona del Arenal— para poder saldar las deudas, las cuales se hicieron impagables con el parque cerrado por las restricciones sanitarias del Covid.
Ahora con el nombre Treetopia, su mayor reto para este año fue volver a consolidarse dentro de la memoria de los turistas, una tarea difícil cuando se tiene que empezar con un nuevo nombre.
“Todos nos conocían como Sky Adventures y al dividirnos tuvimos que cambiar a Treetopia y la gente toma tiempo en volver a relacionarse con el nombre. Ha sido un año de engranaje”, dice Rodrigo Valverde. Sin embargo, considera que el mayor reto de este 2023 también fue su mayor logro: retomar el crecimiento. “Lo más grandioso para nosotros fue podernos reorganizar otra vez, la pandemia nos dividió, entonces para mí el reto y el logro más grande fue replantear la empresa y que esta pudiera seguir potenciándose”, explica.
Planes de expansión
Actualmente la experiencia de Treetopia se centra en cuatro atractivos principales: caminata por puentes colgantes, paseos por teleféricos, canopy y escalada de árboles, este último es el más reciente; vino después de su reapertura en la postpandemia. Cada uno se adapta a los diferentes gustos por el turismo de aventura que tenga cada quien: la idea es que todos puedan participar de alguno.
El plan, sin embargo, es no quedarse solo con estos cuatro, sino ir agregando nuevas aventuras al portafolio cada dos o tres años. El siguiente atractivo esperan que esté listo en este 2024, se trata de unos puentes tibetanos. A diferencia de los puentes que ya poseen, estos son para personas que buscan un poco más de adrenalina al ser angostos y moverse más al cruzarlos.
Además, tienen en mente expandirse más allá de Monteverde. Actualmente Valverde y sus hijos —a quienes les ha cedido parte del timón— están en búsqueda del hogar de un nuevo parque de aventura. El lugar todavía no es seguro, pero Valverde quiere apostar por Guanacaste.
“Creo que en los próximos cinco años nosotros tenemos que estar con otro parque dentro de Costa Rica. En turismo de aventura naturalista, que es lo que nosotros desarrollamos, hay un buen mercado a futuro en Guanacaste y nuestros ojos van a estar puestos ahí”, dice.
Cuidado del bosque
Rodrigo Valverde tiene claro que gran parte del atractivo de las actividades que ofrecen se los da la riqueza en biodiversidad de la zona: Monteverde es de los pocos bosques nubosos que quedan en el mundo y su plan es conservarlo en el estado más natural posible. “La naturaleza es nuestra fortaleza, todo lo que hacemos está relacionada con ella, es como el telón de fondo”, dice.
Valverde explica que actualmente ellos modifican un 2% de las más de 300 hectáreas que poseen por medio de la actividad turística. Si bien este es un porcentaje relativamente bajo, está consciente que todos los días tienen que mejorar en temas de conservación natural.
“Estamos en un proceso, todavía no estamos a un 100% de sostenibilidad (ambiental), pero el proceso es que vamos a alcanzar eso. Todos nuestros productos tienen que ser amigables con la naturaleza. Es una cuestión de mucha formación, tanto nuestra, como propietarios, como de nuestros colaboradores: todos tenemos que ir aprendiendo. Yo quiero que este bosque dentro de 50 años sea sostenible, que mis nietos y los nietos de mis nietos vengan y todavía sea un bosque sostenible”, dice el empresario.