La exposición de Jiménez Deredia en San José “La Fuerza y la Universalidad de la Esfera”, arrancó el 20 de febrero y se mantendrá en la capital durante cinco meses. Esa es la parte visible de una serie de alianzas y procesos logísticos que desafían a los artistas y sus patrocinadores, y de cuyo desenlace podría surgir una plataforma que facilite los procesos y permita replicar la experiencia.
Jiménez Deredia conversó con EF sobre estos temas y afirmó que confía en su trabajo de renovación de los símbolos históricos costarricenses, su principal herramienta para que una población poco expuesta a este tipo de actividades, la sienta como suya.
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¿Cuál es la diferencia de la exposición de San José con respecto a otras?
“La diferencia está primero en cuán grande es. Es semejante a la que se hizo en Roma por dimensiones. La otra diferencia es que es en Costa Rica. Aquí traemos piezas más grandes de las que llevamos a Roma. Es el sentido de regresar, ahora con la obra, no solo para visitar el país”.
Pero se trata de escenarios diferentes, Roma está acostumbrada a tener un museo a cielo abierto, pero Costa Rica no…
“Lo estamos creando. Ese es uno de los objetivos, crear un museo a cielo abierto. Y la aplicación virtual de Kölbi (Deredia SJO) es una cosa muy importante, porque es el elemento que le va a permitir a la gente sentirse en un museo: basta que pase su teléfono por un QR y bajar la aplicación gratuita, tocar el número de la obra que están viendo y ahí le van a narrar el material, el tamaño, el significado… En 27 esculturas que están en la ciudad y en dos museos, se puede pasar todo el día, escuchándolo o leyéndolo. Hemos querido que la ciudad se convierta verdaderamente en un museo”.
¿Qué puede aprender Costa Rica de otros países que tienen más experiencia con este tipo de montajes?
“Para el país yo espero que después existan mucho más artistas que con el tiempo harán y acostumbrarán a la ciudad a tener las obras monumentales. Que la gente tenga respeto por las obras, eso hay que hacerlo poco a poco. En Europa y México todos los días ven obra monumental en la ciudad, forma parte de la vida cotidiana de las ciudades”.
¿Qué pueden aprender los patrocinadores de esta alianza público-privada?
"Esta es una alianza muy grande donde participamos todos. Participo yo como artista, porque tengo que poner un esfuerzo no solo de las obras sino también económico mío, porque es una exposición que cuesta mucho, y necesitamos la colaboración de no solo de la Municipalidad sino de todos los que nos estás apoyando. Y después de la gente.
“Yo encuentro que la gente misma está cuidando las obras. Si alguien pone algo inmediatamente sacan la foto y lo denuncian”.
¿Esta exposición es un voto de confianza a la población?
"Sí. Yo confío completamente de que en mis obras hay un símbolo renovado que pertenece a nuestra inteligencia emocional, y por lo tanto la gente se reconoce. Uno cuando conoce una cosa la ama, y lo que estamos tratando de hacer es que lleguen a tener ese conocimiento, con la aplicación virtual ¡y con el tacto! Yo dí la orden de que la gente las pudiera tocar, aunque las ensucien un poquito, eso está bien.
"Lo importante es que no las rayen, que no se suban, que no les echen tinta, es decir, que no traten de hacerle daño a la obra. Que se saque la foto, los niños se pueden sentar en la base para las fotos.
“Son obras de arte, también eso es educación sobre el arte. Nosotros estamos creando todo un sistema con la Municipalidad para que la gente se vaya acostumbrando y se vaya educando con esto de tener la obra en la ciudad, pública”.
¿Cómo se financian este tipo de exposiciones en otras partes del mundo?
"Casi siempre las instituciones y el artista llegan a un acuerdo. Son una serie de instancias, públicas y privadas, donde cada uno pone un poquito".
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¿Cuál es la logística para una exposición como esta?
"La logística es muy compleja. Los embalajes deben ser perfectos para que lleguen perfectas al país. Algunas vienen de Estados Unidos, otras de Italia, entonces esto es importante.
"Tenemos tres meses de estar recibiendo contenedores, pagando los impuestos de las obras, porque en este país todavía no tenemos esa ayuda del Estado. Yo espero que con el tiempo se vaya creando, para que los artistas podamos mover las obras en el mundo.
"Creo que el gobierno en esto debe ayudar a los jóvenes, más que nada, para que sigan existiendo actividades como estas, que son muy complejas no solo en el lugar donde se realizan. Aquí no tenemos mármoles como el de la escultura que montamos acá (plaza de la Democracia), de 40 toneladas, tenemos que ser exiliados nosotros mismos para ir a conseguir el mármol, trabajarlo y traerlo.
“Todo eso tiene costos y requiere una organización para la cual, los jóvenes necesitan ayuda, necesitan apoyo”.
¿Cuáles medidas de seguridad se han tomado para la exposición?
“La Municipalidad se ha encargado de una seguridad un poquito más cerrada que en otras ciudades. En Roma había seguridad, en México había un guarda con las principales esculturas durante el día, porque en la noche no había necesidad. Lógicamente, porque estaban en frente del Museo de Bellas Artes, en la avenida Juárez y en la Plaza de la República, donde se cuenta con diferentes niveles de vigilancia. Los mexicanos las respetaron: estuvieron cuatro meses y no hubo ni un solo rayón, ni una sola escrita sobre las esculturas”.
*La periodista Jéssica I. Montero Soto colaboró con esta información.