En la destilería escocesa de Annandale, 9.000 barricas de roble se empilan del suelo al techo. Flota un olor a whisky añejo, mientras una pequeña cantidad de alcohol se evapora lentamente y el valor de las barricas no cesa de aumentar.
Los trabajadores se activan entre los enormes toneles, en su mayoría antiguas barricas de bourbon de 200 litros, vigilando que no haya escapes.
Todo este whisky suma al menos 30 millones de libras (casi $37 millones) “al precio en que se llenaron” los toneles, explica el director, David Ashton-Hyde.
Pero su valor aumenta con el tiempo y “la gran mayoría de las barricas se venden al doble del precio de llenado al cabo de 5 años, y al triple al cabo de 10 años”, precisa.
La inversión en whisky, a veces descrito como “oro líquido”, está ganando popularidad, lo que suscita esperanzas de obtener unos altos rendimientos que contrarresten la elevada inflación.
Pero algunos piden cautela ante las posibles decepciones, estafas y falsificaciones.
Ashton-Hyde reconoce que a veces le contactan inversores preocupados, que quieren asegurarse de que su whisky está ahí, a su nombre, en almacenes seguros.
“El mundo de la inversión en whisky puede ser un poco turbio a veces. Nos llevó mucho tiempo encontrar a los socios adecuados”, admite.
LEA MÁS: Precio del oro brilla por crisis bancaria, ¿se puede buscar refugio en este metal?
“Alto riesgo”
En los últimos tiempos, la popularidad del sector se vio impulsada por anuncios que batieron récords: el año pasado, por ejemplo, la destilería Ardbeg, propiedad de Glenmorangie Company (LVMH), vendió una barrica por la cifra sin precedentes de 16 millones de libras.
El mercado de botellas de whisky poco comunes, por su parte, registró subidas de precios anuales en torno al 20% de media, según el especialista en vinos y licores Bordeaux Index.
“El whisky siempre ha sido una categoría de activo con buenos resultados”, afirma Benjamin Lancaster, cofundador de VCL Vintners.
Esta empresa londinense especializada en inversión en whisky comercializa las barricas de Annandale.
El whisky como producto de inversión se beneficia de la comparación con los mercados bursátiles, “marcados por olas de volatilidad” debido a la inflación y las subidas de tasas de los bancos centrales, añade Susannah Streeter, analista de Hargreaves Lansdown.
Pero las rentabilidades espectaculares “suelen ser específicas de un tipo raro de whisky”, advierte. Y debido a la “falta de transparencia y regulación” y a que la prueba de propiedad de las barricas “a menudo resulta difícil”, considera que invertir en whisky es “de alto riesgo”.
Oferta limitada
Annandale, destilería fundada en 1836, y durante un tiempo gestionada por la firma Johnnie Walker, cerró durante casi 100 años antes de reactivarse en 2014.
Cada semana, produce unas 48 barricas, que pueden venderse a particulares por tan sólo 3.000 libras y cuyo valor aumenta con la edad.
“El principal atractivo del whisky añejo (...) es que la oferta es limitada. La mayoría de los productos se crearon hace décadas”, explica Tommy Keeling, responsable de bebidas espirituosas de IWSR Drinks Market Analysis.
En su opinión, el aumento de la riqueza en Asia, la facilidad de acceso al crédito y los confinamientos durante la pandemia -que dieron tiempo a los consumidores a desarrollar su cultura del whisky- también impulsaron la demanda.
Su gabinete estima que el mercado mundial del whisky en 2022 tenía un valor de $87.000 millones, y que debería alcanzar los $105.000 millones en 2027, impulsado principalmente por el whisky escocés, pero también por otras regiones productoras como Estados Unidos y Japón.
Keeling observa en particular un creciente interés de los inversores chino e indios, mientras que VCL Vintners asegura que el sector atrae a inversores de todas las edades y presupuestos.
Según un estudio del gabinete Knight Frank, el crecimiento de las inversiones en botellas de whisky raras se ralentizó en los últimos años. Pero en diez años fueron mucho más rentables que los coches de alta gama, los vinos finos o los relojes de lujo.
VCL Vintners, que el año pasado vio aumentar en más de 40% las consultas de clientes potenciales, les asegura que el rendimiento de la inversión en barricas es de entre 8% y 12% anual.
Por su parte, Annandale no promete ninguna rentabilidad. “Ese no es nuestro negocio”, afirma Ashton-Hyde, quien asegura querer centrarse en hacer “licores maravillosos”.