Un modelo de negocio toma fuerza en el país y tiene como objetivo principal, solucionar una problemática o satisfacer necesidades de personas o del ambiente. Además debe hacerlo de una manera financieramente sostenible.
Los emprendimientos o empresas sociales se han convertido en una tendencia con el paso de los años por dos razones: la primera, un interés por solucionar los retos y problemáticas que existen actualmente en diferentes lugares, y segundo, por un tema generacional.
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Gisela Sánchez, directora de relaciones corporativas de Fifco y creadora de Nutrivida —empresa social de producción de alimentos de alto valor nutricional— dijo que es casi imposible pensar que los modelos tradicionales de negocio o el gobierno, van a resolver por sí solos todas las problemáticas que se enfrentan actualmente —sociales y ambientales—.
“Hay una sed de buscar soluciones a esos retos que el país y el mundo tienen, y se ha encontrado en el concepto de empresa social, un híbrido: lo mejor de una ONG y lo mejor de una empresa normal”, afirmó.
En esto concuerda, Luis Daniel Ramírez, director ejecutivo de Yo Emprendedor, “el alza responde a una serie de factores como el acceso a la formación, y el alto nivel de sensibilización ante problemas de diversa índole que pueden ser solucionados desde los negocios y el impacto”.
Por otra parte, está el factor generacional asociado principalmente a las personas más jóvenes.
Este grupo de población, según expresó Sánchez, tiene la visión de maximizar un negocio, pero al mismo tiempo llevan un “chip” de consciencia —social y ambiental— que los hacen buscar soluciones y oportunidades dentro de estos problemas.
“Muchos quieren ser emprendedores, quieren ser su propio jefe y no trabajar para alguien más. Y tampoco quieren que su emprendimiento sea un negocio convencional, factor que ha potenciado aún más la generación de emprendimientos sociales”, agregó.
¿Qué es un emprendimiento o empresa social?
Los emprendimientos o empresas sociales, son aquellas organizaciones que tienen como objetivo principal solucionar una problemática social o ambiental y además, hacerlo de una manera sostenible financieramente a lo largo del tiempo.
Es decir que, este tipo de empresa no busca solamente maximizar utilidades, sino tener el mayor impacto social o ambiental posible.
A diferencia de las organizaciones no gubernamentales (ONG), las cuales pueden mantenerse a lo largo de los años por las donaciones que reciben; las empresas sociales deben en algún momento llegar a un punto de equilibrio en el que no dependan de terceros, de donaciones o contribuciones de otras personas para poder funcionar.
En Costa Rica aún no existe un “listado” que agremie todas esas ideas y emprendimientos sociales. Sin embargo, sí se han logrado contabilizar algunos de ellos gracias a diversas organizaciones que impulsan este ecosistema en el país.
Por ejemplo, Ramírez, de Yo Emprendedor, explicó a EF que desde su iniciativa comenzaron a crear oportunidades de formación y exposición específicas para emprendedores sociales.
Por esto, incorporaron a su competencia regional de negocios (CRN), la categoría social —como parte de los premios de mentorías y acompañamiento— los cuales, buscan reconocer a este tipo de negocios.
“En la competencia, hemos convocado a más de 268 emprendimientos sociales desde su fundación, y en los últimos tres años, se han convocado 161”, expresó Ramírez.
La experiencia y los resultados de Nutrivida como empresa social |
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1. A la fecha, han logrado colocar 454.378 kilogramos de alimentos vendidos prácticamente a costo, y adicional casi 500.000 comidas donadas. Han logrado impactar 2.3 millones de personas a lo largo de siete años. |
2. Lograron por primera vez no tener pérdidas en el 2020 y ser sostenibles financieramente. La pandemia hizo más relevante los alimentos de Nutrivida, ya que las personas manifestaron estar cada vez más interesados en consumir alimentos sanos. |
3. Crecieron 154% las ventas, y a finales del año pasado iniciaron exportaciones a Nicaragua. |
4. Tienen más de 35 alianzas estratégicas con ONG, organizaciones de gobiernos y otras empresas, para poder ampliar el impacto de la iniciativa y seguir expandiéndose al resto de Centroamérica y Haití, en los próximos dos años. |
Fuente: Gisela Sánchez, directora de relaciones corporativas de FIFCO. |
El caso de Ecoins
Ecoins es una empresa social, que nació en abril de 2018 —primero bajo el nombre de Ecolones—, con el fin de educar sobre el manejo de los residuos.
El motivo fue la falta de una estructura de gestión integral de residuos en Costa Rica, y sobretodo, por una falta de conexión entre todos los actores que involucra la cadena de valor.
Ecoins es un sistema de incentivos que devuelve a las personas “dinero virtual” por cada botella, lata o envase reciclado; ganancia que le permite al usuario obtener descuentos en productos y servicios.
Además de esos incentivos, el emprendimiento también ofrece a sus clientes, educación sobre el manejo de residuos, acceso a cualquier información sobre la estructura, o la cadena de valor, y promueve un compromiso con mejores prácticas de sostenibilidad.
Karla Chaves, directora general de Ecoins, explicó que pese a estar aún en un proceso de inversión, espera que para el 2021 ya puedan generar utilidades que sean reinvertidas en el programa. Esto para seguir pagando los salarios de sus trabajadores, seguir mejorando su infraestructura tecnológica y ampliando sus operaciones en otros mercados.
“Ecoins no se creó para generar utilidades de venta del producto. Por supuesto, que tenemos que generar dinero para pagar salarios, cumplir obligaciones y expandirnos, pero todo se invierte en el programa. No es una empresa para hacernos millonarios, sino para generar valor a todas las partes”, afirmó Chaves.
Asimismo, no viven de donaciones ni de dineros de terceros, por lo que necesitan que las empresas paguen por sus servicios como cualquier otro producto de calidad.
“No es sostenible que nos donen, o trabajar con voluntarios, así no se puede tener resultados de empresas”, agregó.
Ecoins ha mantenido su rentabilidad a través del tiempo con tres fuentes de ingreso:
- Agencia Próxima Comunicación: es el principal inversionista de la empresa social, la cual les brinda el dinero para pagar los salarios, el tiempo, y la estrategia y comunicación con los clientes. (Esto es un ingreso temporal mientras logran ser sostenibles por sí solos).
- La venta de servicios a las empresas que tienen la necesidad de cumplir con la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (8839), en la cual el productor o importador de bienes, en conjunto con la cadena de responsabilidad, debe ofrecer opciones para asegurar la recuperación de los residuos, y reducir la cantidad que llegue a los sitios de disposición final.
- Unidades de expansión: encuentran socios locales interesados en usar Ecoins como una herramienta y le venden su expertise, o sea, el derecho de uso de la marca bajo ciertas condiciones. Exploran el mercado por medio de alianzas.
Otros emprendimientos sociales
1. Chepe Se Baña: una iniciativa que rescata personas en situación de calle, y que recientemente, ampliaron su emprendimiento social con una tienda solidaria en Multiplaza Escazú; la cual pretende generar ingresos para el Plan Protección Adulto Mayor en Calle, un campamento que rescata personas con riesgo de contagio por COVID-19.
El funcionamiento de la tienda está caracterizado por tres modalidades: donaciones económicas y una camiseta de regalía, voluntariado, y donación de ropa con la campaña “Si yo estreno, ellos también”.
2. Boa Paz: es una empresa social con el propósito de empoderar a las personas con discapacidad, bajo cuatro ejes de trabajo: generación de tribus; empleabilidad y responsabilidad social; encadenamientos productivos y; fortalecimiento de la cultura sorda y PcD (servicios de intérpretes).
3. La Red Violeta: la red está conformada por un equipo de mujeres emprendedoras que vieron la necesidad de crear un directorio de contactos donde se promueva el crecimiento, el empoderamiento y las alianzas entre mujeres y organizaciones desde un enfoque feminista.
Ofrecen charlas gratuitas mensuales, consultorías y capacitaciones en temas de género, emprendimiento, importancia de las alianzas comerciales y crecimiento del negocio.
4. La agencia colaborativa para la economía circular (Acec): ayudan a emprendimientos a dinamizarse y a conseguir fondos para una potencial inversión; y los guían en la creación de una propuesta de valor para posicionarlos dentro del mercado.
Ofrecen asesorías, mentorías y capacitaciones sobre qué es la economía circular —reutilizar los residuos— y cómo aplicarla dentro de las organizaciones.
“Más que productos, generamos servicios y nos enfocamos en la articulación de un sector. Divulgamos la economía circular y damos alternativas que tengan que ver con el bienestar”, dijo Christopher Brosse, experto en supra reciclaje e investigador de la economía circular.
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Según un estudio, hecho por Global Entrepreneurship Monitor (GEM) en 2017, la tasa de mortalidad de los emprendimientos en general, ronda el 90% y 95%. Se apunta al mismo comportamiento con los emprendimientos sociales.
Ramírez afirmó, que pesar de no contar con estudios formales recientes, existen una serie de elementos que han mejorado este comportamiento, tales como la promoción de la ley de fomento al emprendimiento o la política de empresariedad.
Soluciones para mantener la rentabilidad |
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1. Acceso a mejores figuras de formalización: en América Latina, las figuras de formalización existentes son en su mayoría: asociaciones sin fines de lucro, fundaciones, organizaciones no gubernamentales, bastante limitadas respecto al manejo de soluciones de negocio, pero menos restrictivas con respecto al impacto social. En otros ecosistemas más desarrollados, se han adoptado figuras de “empresas sociales”, las cuales pueden convivir desarrollando unidades de negocio de forma sostenible, asegurando el impacto de sus productos o servicios, y reinvirtiendo sus “utilidades” en el aseguramiento de mejores oportunidades para sus poblaciones beneficiarias. |
2. Asesoría y formación en modelo de negocios: muchas organizaciones han gestionado modelos de negocio de dependencia (basados en fondos de cooperación internacional y demás). Sin embargo, es necesario que los emprendimientos sociales cuenten con herramientas para gestionar su impacto de manera sostenible, diversifiquen sus soluciones y generen valor en sus comunidades. |
3. Medición del impacto: comprender que el centro de acción en los emprendimientos sociales es de vital importancia. Es uno de los indicadores más importantes, pero el que más se desconoce. Los emprendimientos sociales requieren de herramientas e instrumentos que les permitan medirlo. |
Fuente: Luis Daniel Ramírez, director ejecutivo de Yo Emprendedor. |