Los juegos olímpicos Tokio 2020 confirmaron el protagonismo del streaming (transmisión en línea) como canal de consumo para grandes eventos globales. La inversión en educación del consumidor hecha por plataformas como Netflix, HBO Max y Disney+, y la tecnología de apoyo aplicada a complementos para conexión de dispositivos, como Chromecast, Roku o Fire TV Stick, favorecen la penetración de nuevas señales.
En Estados Unidos el streaming ha sido clave para mantener la rentabilidad de la cobertura olímpica en la NBC, pues sus índices de audiencia en televisión tradicional (canal de cable por suscripción) muestran tendencia decreciente. En Europa sigue liderando la televisión abierta, pero comparte una porción significativa del pastel con las plataformas de streaming.
Mientras tanto, en Costa Rica una familia con televisión conectada a Internet o con dispositivos móviles inteligentes, este año tuvo acceso a la posibilidad de saltar entre al menos cinco señales en directo: la de Repretel (que en algunos momentos envió dos o más contenidos distintos) y cuatro canales de Claro en Youtube.
Además, la marca mexincana habilitó un portal con canales específicos para cada disciplina, con la opción de acceder bajo demanda a competencias, resultados, resúmenes y contenidos especiales, como entrevistas o videos con explicaciones prácticas e históricas.
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Esto abría la posibilidad de que coexistiera el contenido con enfoque local, cercano y centrado en el talento deportivo nacional, con los gustos y preferencias de cada usuario, en directo o bajo demanda.
Si bien las señales de Claro estaban en la parrilla de programación de su servicio de televisión por cable, el streaming, al igual que la señal de Repretel, eran de acceso abierto y gratuito, aunque el objetivo de negocio en cada caso es distinto.
Desafío logístico |
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El Departamento de Deportes de Repretel reclutó un grupo de expertos locales en cada disciplina olímpica, que se han sumado a las transmisiones en vivo de Tokio 2020, en el estudio o vía telefónica. La empresa se preparó para dar cobertura 24/7. Para esto se activó una logística de producción que incluye un porcentaje importante de trabajo previo (planificación, promoción, grabaciones, organización de horarios, preparación a nivel técnico, contacto de expertos, etc.) y que involucra a todos los departamentos de la empresa. Posteriormente se decidió retransmitir la totalidad de la jornada en horarios más accesibles para los televidentes, mediante los canales disponibles (4, 6, 11 y sus reproductores en línea). Para la televisión abierta, la rentabilidad de coberturas masivas como esta se obtiene de la venta de espacios publicitarios. Repretel afirmó que la aparición del streaming de Claro para estos Juegos Olímpicos no ha afectado “de ninguna manera” la operación. |
Fuente: Annette Mejías, Repretel |
Fenómeno en desarrollo
El caso donde el poder del streaming es más evidente corresponde a la NBC, cadena con los derechos exclusivos multiplataforma para transmitir los contenidos de Tokio 2020 en Estados Unidos.
El diario estadounidense The Washington Post (WaPo) citó datos de la firma Nielsen para afirmar que la ceremonia de apertura en Tokio atrajo a 16,7 millones de espectadores: la menor audiencia para este tipo de actividad en los últimos 33 años.
“Se redujo de 26,5 millones que vieron el evento en Río de Janeiro en 2016 y 40,7 millones de personas que vieron la ceremonia de Londres”, puntualizó WaPo el 31 de julio.
El periódico citó al portal Sportico con el dato de que la cobertura olímpica en horario estelar en la NBC ha bajado casi un 50%. Y aquí es donde entra a la cancha el streaming: NBC está sacando provecho de su servicio Peacock, creado en abril de 2020, para ampliar el alcance de su cobertura en Tokio.
Según WaPo, la NBC reportó a finales de julio que Peacock ha tenido sus índices más altos de audiencia durante los Juegos Olímpicos. El CEO de la cadena, Jeff Shell, dijo en ese reporte que la rentabilidad en la cobertura de los Juegos Olímpicos este año se deberá parcialmente a Peacock, aunque no aportó cifras o proyecciones.
En Europa, datos de los servicios de suscripción Discovery y Eurosport, propietarios de los derechos olímpicos, señalaron que durante la primera semana de Tokio 2020 alcanzaron 275 millones de espectadores en el continente, 175 de los cuales se conectaron por televisión abierta, mientras los otros 100 millones lo hicieron mediante las plataformas en línea de ambas marcas.
“En este periodo, se han consumido casi 750 millones de minutos de streaming de contenido olímpico en los servicios de suscripción de Discovery y Eurosport, multiplicando casi por 18 el consumo registrado en la misma etapa de PyeongChang 2018”, afirmó Eurosport.es en su sitio oficial.
La señal de televisión abierta europea es posible gracias a las negociaciones entre los canales tradicionales y las empresas de suscripción, pues estas últimas adquirieron los derechos exclusivos de la señal olímpica.
En Latinoamérica los datos están desagregados por país y en la mayoría de territorios el acceso a estos números es limitado. Sin embargo, en grandes mercados como México la señal de televisión abierta es el recurso líder para consumo de competencias olímpicas.
Datos de Nielsen Ibope México, publicados en las redes sociales de Televisa, registraron que en 11 días de transmisiones la audiencia acumulada en sus canales TUDN, Canal 5 y el Nu9ve alcanzó 136 millones de televidentes, mientras sus competidores sumaron 99 y 64 millones, respectivamente.
Los datos corresponden a la suma de los espectadores diarios, hecha por la cadena, y el reporte no incluye los nombres del segundo y tercer proveedor incluidos en la comparación. En México, las otras dos señales de televisión por relevancia son TV Azteca e Imagen.
A este grupo se suma la alianza entre Claro Sports y Marca Claro, licenciataria oficial de la retransmisión en línea de los Juegos Olímpicos en 17 países de Latinoamérica: Guatemala, Nicaragua, República Dominicana, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Panamá, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Chile, Argentina, Bolivia, Paraguay, Uruguay y, por supuesto, México.
En ese grupo de países (menos Panamá) hay al menos una opción adicional para ver la señal olímpica en televisión abierta. En Costa Rica, ese lugar lo ocupa Repretel.
Annette Mejías, jefa de programación de la cadena local, explicó que el paquete adquirido para Tokio 2020 incluye 200 horas de transmisión en vivo, derechos exclusivos para televisión abierta, streaming geobloqueado no exclusivo y radio.
“Por la diferencia horaria con Tokio, los eventos llegan aproximadamente entre las 7 p.m. y 7 a.m. Se ha transmitido toda la jornada en vivo, pero como es una franja horaria en la que las personas descansan, se decidió retransmitir las jornadas completas a partir de las 7 a.m. del día siguiente”, relató Mejías.
Los contenidos que más se han consumido en horario japonés son las participaciones de los 13 atletas costarricenses, y en general, las disciplinas más importantes en atracción de audiencia han sido: Atletismo, Ciclismo, Baloncesto, Voleibol y Fútbol. Mejías afirmó que la participación de Claro con el streaming no ha afectado “de ninguna manera” los resultados de la empresa. (vea: Desafío logístico)
La firma que mide los índices de audiencia para televisión en Costa Rica, Kantar Ibope Media, confirmó a EF que entregará un reporte de resultados tras la finalización de los Juegos. Sin embargo, esta medición excluye los resultados de Claro.
El Financiero también envió consultas a la sede central de Claro en Centroamérica, sin embargo, su agencia de relaciones públicas en Costa Rica informó de que las preguntas se encontraban en revisión en Guatemala y no hubo respuesta.
Tema de negocios
Claro ya tuvo derechos para retransmisión en línea de los Juegos Olímpicos en Rio 2016 y los mantendrá al menos hasta París 2024. Su apuesta por el streaming parece un intento por emular los resultados de NBC, donde los servicios en línea crecen, mientras la televisión tradicional (abierta y por cable) decrece, víctima del crecimiento de las plataformas de consumo bajo demanda, cuya operación tomó el mundo desde el inicio de la pandemia.
En el país ya hubo una táctica similar en manos de Tigo Sport, con la adquisición de derechos para transmitir partidos de fútbol de equipos activos en la primera división del fútbol nacional, y así hacer crecer las suscripciones a su paquete de televisión por cable.
En el camino, esta iniciativa se ha enfrentado a rupturas poco amistosas con algunos clubes y a la competencia estratégica de FUTV, un canal de cable dedicado al fútbol que sacó a los demás equipos de la televisión abierta y presentó a las cableras competidoras la posibilidad de aplicar el mismo fin estratégico de Tigo.
La estrategia de ambos competidores locales sigue vigente, pero a diferencia de lo hecho por Claro, estos han sacado un menor provecho del streaming. Esa debilidad ha sido aprovechada por señales ilegales y canales artesanales que surgen y desaparecen para retransmitir las señales en Internet. En algunos casos incluso logran atraer pequeños anunciantes a sus coberturas informales.
Claro Sports y Marca Claro son dos divisiones de la compañía América Móvil, propiedad del empresario mexicano Carlos Slim. En su sitio web corporativo, la empresa explica que opera en Latinoamérica bajo las marcas Telmex, Telcel y Claro, mientras que en Europa lo hace como A1.
El medio argentino Prensario Internacional citó en junio a Andrés Nieto Serpa, director de Claro Sports, al explicar que la empresa distribuye cuatro señales de programación a la región latinoamericana: la panregional, para México, Chile, Centroamérica, República Dominicana, Perú y Paraguay; las de Colombia, denominadas Claro Sports 1 y Claro Sports 2, esta última con programación local y con horario de correspondencia de Bogotá. La tercera es la señal en Centroamérica, distribuida en Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y República Dominicana. Y al resto de países llega vía Internet, para clientes de los servicios de telefonía móvil de Claro o en la página web.
“Para la sección de Argentina, aunque la señal se encuentra disponible a través de Claro TV, el ejecutivo adelantó que hay conversaciones avanzadas para integrar el canal a un operador local adicional”, aseguró entonces el medio en Internet.
En su sitio web para Costa Rica, Claro divide su negocio en dos áreas: Móviles (prepago y postpago) y Hogar (Claro Hogar -televisión y paquetes de servicios-, internet inalámbrico residencial, telefonía residencial inalámbrica y fibra óptica).
Carolina Sánchez, vocera de Claro Costa Rica, había dicho a La Nación en julio que los derechos para retransmisión de los Juegos Olímpicos le permitiría a los usuarios de la marca, tanto de televisión como de la aplicación Marca Claro, disfrutar de las Olimpiadas sin restricciones.
“Nuestros clientes de Claro DTH podrán verlas a través de Claro Sports 1, 2, 3 y 4 (Canales 645, 646, 647 y 648 respectivamente) y los que tengan Claro TV por IPTV Claro Sports 1, 2, 3 y 4 (Canales 1196, 1197,1197 y 1198 respectivamente). Tendremos disponibles más de 4,000 horas de contenido en canales simultáneos, vía streaming y on demand, para quienes no puedan tener la oportunidad de disfrutarlas en vivo debido a la diferencia de horario”, dijo Sánchez.
Estas afirmaciones dejan claro el objetivo de aumentar las suscripciones en servicios de televisión por cable e Internet. Sin embargo, también hay un efecto directo en el posicionamiento de marca, que se podría traducir en ventaja competitiva ante usuarios que adquieran otros productos, como telefonía móvil.
Claro tendrá la posibilidad de extender el efecto del streaming de Tokio 2020 mediante patrocinios a atletas con potencial olímpico y sacando provecho de la distancia reducida entre estos juegos y los de París. Queda por ver si la empresa se anima a romper tendencias con otros megaeventos con socios más celosos, como podría ser un Mundial de fútbol.