No es lo mismo una fiesta con amigos o familiares que una fiesta del trabajo, por más confianza que exista con los compañeros del equipo o con los jefes.
Hay pautas básicas que cualquier trabajador debería seguir a la hora de asistir a los eventos laborales de fin de año, las cuales pueden ser esenciales para su reputación y para su desarrollo laboral.
Si bien estos eventos son momentos de esparcimiento y con ambientes distendidos, las fiestas del trabajo también pueden ser espacios clave para ganar o perder la confianza de sus superiores y de sus pares.
¿Pensaba excederse en la fiesta del trabajo de este fin de año? Mejor piense primero en estas recomendaciones de expertos en Recursos Humanos y Derecho.
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¿Qué evitar?
Un buen punto de partida para analizar cómo se debe comportar un trabajador en las fiestas laborales de fin de año es entender, precisamente, que estos eventos son una “extensión del trabajo”. Esas son las palabras específicas que usó la experta en Recursos Humanos, Melissa Concepción, de SOS Trabajo.
Algo similar indicó Melany Pérez, abogada de EY Law, quien afirmó que, “si bien las celebraciones y actividades empresariales que se realizan en fin de año, son un espacio que busca que los trabajadores compartan, se relajen y disfruten después del arduo trabajo”.
“Estas pueden derivar en situaciones desafortunadas si no se toman las previsiones necesarias”, añadió Pérez.
Entonces, ¿qué debe evitar un trabajador en este tipo de eventos?
- Las actitudes irresponsables. Al igual ocurriría en cualquier oficina: se deben evitar conductas como tomar alcohol en exceso o cualquier otra que ponga en peligro su propia integridad y la de terceros. Esta es una actitud siempre recomendable, pero más aún en un espacio en el que comparte con sus jefes y con las personas que le acompañan a diario en su trabajo.
- Las actitudes que incomoden a los demás. A pesar de que las fiestas de trabajo suelen propiciar que las personas que asisten se desinhiban, el trabajador también debe recordar que en estos espacios se consideran como “acoso” las mismas actitudes que se determinan como tales en la oficina. No hay excusa para incomodar a los demás, ya sea con comentarios, actitudes o contacto físico.
- Las conversaciones sobre temas incómodos y las quejas sobre el trabajo. Aún cuando se tratan de eventos con un ambiente más distendido, las fiestas del trabajo no son un espacio adecuado para tratar temas conflictivos o quejas sobre las labores usuales en la empresa. Hay espacios específicos para este tipo de cuestiones y las reuniones de fin de año no son los correctos para ellas.
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¿Qué sí hacer?
La misma premisa de que las fiestas del trabajo son una “extensión” del espacio laboral aplica para determinar algunas de las actitudes que son positivas y que, incluso, pueden generarle réditos más adelante.
Para empezar, es buena idea vestirse de manera apropiada y evitar prendas informales. Preferiblemente, las propias empresas deberían comunicar a sus invitados el código de vestimenta; sin embargo, cuando este no haya quedado claro es mejor prevenir que lamentar.
Además, una fiesta del trabajo es un espacio adecuado para:
- Hablar de forma amigable y sociable con otros invitados. Esto puede ayudarle a generar conexiones con otras personas de la empresa, lo cual podría mejorar su ambiente de trabajo de todos los días y eventualmente para generar conexiones de trabajo que quizás no hubiera pensado antes de otra manera.
- Exponer sus habilidades sociales. Sin forzarlo, la fiesta del trabajo también puede ayudarle a mostrar sus habilidades sociales, que muchas veces son menos evidentes en el día a día de muchas actividades laborales, pero que pueden ser un factor decisivo para determinar su papel futuro o su crecimiento dentro de la compañía.
¿Y si soy jefe o tengo personas a cargo?
Las previsiones, además, deben extremarse en el caso de personas que ocupan cargos de jefatura o que tienen personas a cargo.
Esto ocurre principalmente por dos motivos: el primero, que es su responsabilidad establecer los límites del encuentro; y la segunda, que su reputación y su confianza juegan un rol primordial para el éxito de la empresa y no debería arriesgarse a perderla por un mal manejo.
Algunos consejos en estos casos son:
- Evitar que en la actividad se ofrezcan cantidades excesivas de bebidas alcohólicas.
- Recordar a los trabajadores que, a pesar de que se trata de una fiesta, el evento sigue siendo una actividad laboral.
- Dejar claro desde el inicio qué tipo de comportamientos pueden considerarse como inadecuados.
- Establecer lineamientos de vestimenta claros, razonables y que eviten cualquier tipo de discriminación.
Un detalle adicional pero no menor
Melissa Concepción además recordó que las fiestas del trabajo son espacios en que sigue existiendo “responsabilidad patronal”.
Por este motivo, es importante que tanto trabajadores como empleadores midan sus acciones, pues un exceso puede generarle consecuencias iguales o similares a las que lo tendría dentro de las cuatro paredes en donde siempre laboran.
En ese sentido, añadió Pérez, se debe tener presente que las actividades recreativas que organicen los patronos están cubiertas por el Seguro Obligatorio de Riesgos del Trabajo.
Según explicó, “en caso de accidentes, éstos podrían catalogarse como riesgos del trabajo si cumplen las condiciones para ser considerados como tales”.