La idea de vender en línea la lotería y los chances surgió como una respuesta a la pandemia, es decir, apenas era una opción adicional donde se podría encontrar el material que los vendedores dejaban sin recoger. Pero el impulso digital de la pandemia hizo que la propuesta superara el alcance previsto y ahora la pregunta es ¿la venta en línea debería ser el centro del negocio, en lugar de uno de sus apéndices?
En medio de la transformación están las personas intermediarias, cuya función podría resultar obsoleta en el cortísimo plazo. Es una nueva versión de las historias de disrupción en los negocios: ya le pasó al correo tradicional con la mensajería digital y a las concesiones de taxi con las plataformas de transporte.
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Sin embargo, el sector estatal de correos se transformó hacia paquetería y envíos, los taxistas pueden seguir en el servicio de transporte mediante las plataformas, mientras los vendedores de lotería, con el panorama actual, quedarían excluídos del negocio, a menos que se desarrollara una estrategia de capacitación predictiva, para que los puestos asistenciales también se adapten a la disrupción.
Especialistas en políticas públicas, empleabilidad y tecnología consultados por EF aseguraron que el modelo de venta en línea potenciaría la función social de la JPS, al reducir los costos y al abrir las ventas a los públicos más jóvenes, ya conocedores del comercio en línea.
Para esta nota se enviaron consultas a la JPS y la gerencia de la organización fijó el 7 de octubre como fecha de respuesta, sin embargo, al cierre de esta publicación aún no habían respondido.
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Disrupción y conveniencia
La venta en línea de lotería y juegos similares muestra ventajas claras sobre la física: El registro es sencillo y único, con número de cédula. La información de pago se incluye al momento de comprar, en el perfil le muestran el estatus de sus compras (cuáles números ya se agotaron y cuáles siguen disponibles) y pide un dato adicional: un número de cuenta IBAN, al que se asocia cada boleto en forma automática.
Esta fórmula elimina la mayoría de obstáculos relacionados con el negocio: la especulación con los números más buscados, el sobreprecio, la intermediación ilegal, el extravío de boletos y los riesgos e inconvenientes de ir a la calle a buscar los pedacitos o a cambiarlos; además de eliminar la necesidad de ir al banco a depositarlos. Se puede comprar cualquier día y hasta la hora límite de la fecha del sorteo: a las 6:45 p.m
EF confirmó el funcionamiento del proceso de inscripción y compra, e incluso el de depósito, pues uno de los periodistas salió favorecido con terminación y recibió los ¢4.000 correspondientes directo a su cuenta en la mañana siguiente al sorteo.
La novedad se dio a conocer en junio, mediante un anuncio de la Junta de Protección Social (JPS), amarrada a la verdadera apuesta de la institución: levantar una lista de vendedores, para impulsar la venta persona a persona, por whatsapp. Esa lista existe en un portal propio, fuera de la página de la Junta, en la dirección www.vendedoresdeloteria.com
En el sitio hay un listado que se puede filtrar por provincia y por la categoría “vendedores destacados”, que presumiblemente destaca a quienes han mostrado compromiso con las normas y la transparencia en el ejercicio de la concesión de venta de lotería. Para quienes forman parte de esa lista diferenciada, la junta ofrece esfuerzos para impulso diferenciado con clientes, capacitación en finanzas, ventas y mercadeo, y acompañamiento adicional.
Es cierto que existe un perfil de compradores que podría preferir la venta tradicional, sin embargo, esta población también está cambiando: datos de la firma de planning White Rabbit FCB/Crea señalaban que los mayores de 50 en la GAM han duplicado su actividad de compras en línea durante la pandemia, en busca de una reducción de riesgos de contagio.
Paul Fervoy, profesor del curso Mercadeo Digital y Comercio Electrónico en Lead University, explicó que existe una discusión global sobre si la automatización crea nuevo empleo o solamente destruye el existente.
“En lo que hay consenso es que la revolución tecnológica por la automatización genera mejoras en la productividad y la generación de riqueza, lo cual genera demanda de más productos y servicios y así aumenta la demanda laboral. El grado de inequidad en la distribución de esta riqueza y cómo hacernos frente a los cambios en los mercados laborales para no permitir desempleo masivo es la tarea que debamos resolver”, planteó Fervoy.
¿Y los vendedores?
En setiembre un grupo de vendedores se manifestó frente a la JPS para reclamar atención a sus condiciones financieras, golpeadas por la pandemia, y oponerse a proyectos que gravarían los premios, entre otros temas. Para comercializar lotería en el país, se requiere un permiso de la Junta, que se otorga con criterios asistenciales. (Vea: Subsistencia)
El trámite debe hacerse año a año y requiere una inversión inicial por el costo de la cuota asignada. La Junta también ofrece financiamiento para este pago. La relación entre la JPS y sus adjudicatarios es constante y compleja.
Laura Centeno, experta en empleabilidad y productividad, señaló que la plataforma de capacitación para vendedores es un intento por orientar una transición del modelo físico a electrónico.
“Sin embargo, normalmente los vendedores de lotería son personas mayores en condición de vulnerabilidad que aún tienen muchas brechas en conocimiento tecnológico para que puedan asegurarse de que podrían hacer una transición que no vaya a impactarles negativamente”, lamentó Centeno.
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La especialista proyectó que, si el modelo de venta en línea es aceptado por las nuevas generaciones, es difícil que se puedan alinear las habilidades de los vendedores en las condiciones actuales, para que puedan optar por otras posiciones en la institución que sean de valor para ellos mismos y los consumidores.
Otra opción es la que plantea Fervoy: que la JPS seguramente ha considerado el impacto en el bienestar de los vendedores de lotería.
“Quizás definieron ciertas líneas de lotería que los vendedores pueden seguir vendiendo. O quizás encontraron otras funciones y servicios de interés a la JPS para que estos trabajadores asuman nuevas labores, como por ejemplo, en los centros de atención telefónicos, asistiendo a quienes utilizan el app para la lotería. Quizás a algunos la JPS les permitió pensionarse temprano con acceso a estos derechos. O quizás se aliaron con el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) para diseñar un plan de reentrenamiento y así habilitar nuevos conocimientos y capacidades laborales cercanas a sus funciones de servicio a cliente y ventas”, argumentó. (Vea: Opciones)
Opciones |
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-Con los concesionarios de la Junta de Protección Social, al igual que con los taxistas, es posible definir nuevas áreas laborales y concesiones que se fomenten desde el estado para lograr empleo y beneficios sociales, más actualizados. -Ahora que las comunidades, municipalidades y empresas buscan transicionar a tecnologías verdes e inteligentes, hay mucho trabajo y potencial de empleo en realizar este proceso. -Estos son mecanismos a los que, como sociedad, se deben considerar para no dejar que una generación de trabajadores se quede sin acceso a oportunidades. -Para las nuevas generaciones, se requiere un enfoque en educación y capacitación permanente y predictivo, para concentrarse en las capacidades y conocimientos que se apreciarán en el futuro. -Hay que asegurar que los trabajadores estén participando en la economía formal con las protecciones sociales alineadas con la naturaleza del trabajo. No se debe aceptar un aumento en informalidad como respuesta a los cambios. |
Fuente: Paul Fervoy, Lead University |
Álvaro Ramos, exsuperintendente de pensiones, recordó que toda medida cuyo fin sea reducción de costor para la Junta, sin perder ingresos, implicaría un mejor cumplimiento de sus labores, que trascienden la responsabilidad de dar empleo a los comercializadores de lotería. Además, Ramos llamó la atención sobre cómo se justificarían inversiones adicionales en este grupo específico.
“En el pasado ya se les han dado condiciones muy favorables como el fondo de pensiones propio que tienen, esto dificulta justificar moralmente que se realice una inversión fuerte en ellos. La pregunta de fondo sería, ¿por qué un grupo de vendedores de lotería tiene prioridad sobre todos los otros costarricenses que necesitan reentrenamiento en el nuevo mundo tecnológico?”, cuestionó Ramos.
La solución para la reducción de los ingresos de los vendedores en este momento es compleja, pero la respuesta para el futuro está clara: ante la transformación tecnológica, el esquema de concesionarios estatales debe modificarse y adaptarse a las nuevas necesidades de la sociedad.
Así funciona |
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Proceso de compra de lotería en línea o mediante el app de la Junta de Protección Social: |
1. El interesado debe llenar un registro de afiliación y disponer de una tarjeta de débito o crédito como medio de pago. 2. Se elige el sorteo para el cual desea comprar números. 3. Se selecciona la cantidad de boletos que comprará y posteriormente los números que quiere. También existe la opción de que se le asigne un número al azar. La plataforma impone un límite de compra por persona. 4. Lo siguiente es la transacción de pago, exenta de impuestos. 5. Si la persona gana, al día hábil siguiente del sorteo automáticamente se le acreditará automáticamente el monto del premio en su cuenta IBAN registrada con anterioridad. Si no registra su cuenta, deberá ir a las cajas de Plataforma de Servicio al Cliente de la JPS para hacer efectivo su premio. 6. Hora máxima de venta en línea: previo a cada sorteo a las 6:45 p.m |
Fuente: Página web de la JPS |