La contaminación del agua con xilenos en Tibás, Moravia y Goicoechea puso a correr a diversos negocios para evitar riesgos y, en algunos casos, representó gastos adicionales o hasta el cierre temporal de establecimientos.
Así se desprende de cuatro ejemplos a los que EF tuvo acceso: los supermercados de Walmart y Gessa, los restaurantes de KFC y el club de primera división de fútbol nacional Deportivo Saprissa.
Las cuatro empresas tienen operaciones dentro de estos tres cantones y debieron atender la crisis de diversas maneras. A hoy, todos mantienen operaciones; pero con gastos adicionales.
Los supermercados
Al tratarse de negocios que cubren demandas de primera necesidad, los supermercados tuvieron que cubrir gastos adicionales para abastecerse de agua y seguir trabajando, según explicaron las autoridades de ambas empresas.
En el caso de los supermercados Gessa, los cuales incluyen marcas como Peri, Saretto y Súper Compro, la contaminación del agua implicó utilizar “agua de sifón” y “agua embotellada” para las tareas de los colaboradores en Moravia y Tibás; al igual que para “la parte de comidas preparadas y demás servicios”, según explicó la gerenta de mercadeo, Adriana Arroyo.
En cuanto a sus oficinas centrales y en Montelimar, Gessa indicó que “la afectación de la gente está siendo resuelta con agua del tanque que posee la empresa”.
En el caso de los establecimientos de Walmart, que posee marcas como Palí, Maxi Palí y Masxmenos, además de los establecimientos de su mismo nombre, la compañía indicó que todos sus locales continuaron operando; sin embargo, fue necesario realizar una limpieza total de los tanques de captación de agua de todas las tiendas ubicadas en los cantones afectados, y comprar agua para los días siguientes.
“Actualmente el agua que abastece a las tiendas es adquirida a proveedores de agua potable, como se ha hecho en otras ocasiones”, afirmó Mónica Elizondo, subgerenta de Asuntos Corporativos de Walmart Costa Rica.
Ninguna de las dos empresas brindó detalles sobre el costo de estas gestiones.
Los restaurantes
En el sector de los restaurantes, negocios como KFC tuvieron que optar por el cierre inmediato de sus locales tan pronto se anunció la situación, el 25 de enero pasado, según comentó Catalina Chaves, gerenta de Calidad de KFC Costa Rica.
“Nuestra prioridad fue actuar con la más pronta respuesta para implementar las medidas preventivas necesarias y así garantizar la protección de cada uno de nuestros consumidores y colaboradores”, afirmó.
LEA MÁS: ¿Quiere purificar agua en la casa? Esto es lo que cuesta comprar un sistema doméstico
Para continuar sus operaciones, la empresa tuvo que lavar por completo los tanques de sus restaurantes y abastecerse de agua a través de cisternas, así como cambiar los filtros de agua de diferentes equipos y emplear bidones de agua potable para actividades como lavado de manos y procesamiento de algunos productos, añadió Chaves.
El Saprissa
Otra empresa que resultó afectada por la contaminación del suministro de agua fue el Deportivo Saprissa.
Según explicó Gustavo Chinchilla, gerente general de la institución, el equipo incluso tuvo que pagar unos ¢600.000 en tres cisternas para garantizar acceso a agua potable en el partido que tendrá el equipo este 1.° de febrero ante el Municipal Grecia.
Las pérdidas del equipo pudieron ser mayores, pues el equipo visitante incluso pidió la suspensión del partido; sin embargo, finalmente la actividad siguió en pie, luego de que las autoridades estatales confirmaron que el agua en la zona del estadio (entre otras más) se podía emplear para higiene personal, aunque no para consumo directo.
Chinchilla además afirmó que se ha tenido que comprar agua para el riego de la cancha del estadio Ricardo Saprissa, aunque no precisó el monto de la inversión.
“Imagínese que hasta el riego hemos tenido que pagar, una inversión importante, no sé exactamente el monto, pero solamente para el partido habíamos anticipado que íbamos a invertir ¢600.000 en cisternas de agua potable, para garantizar que tanto el equipo de casa como de visita tuvieran a disposición suficiente agua para higiene personal antes, durante y después del partido; más el agua que hemos comprado en botellas cerradas de uno de nuestros patrocinadores”, aseguró, entrevistado por Teletica Deportes Radio.
Chinchilla aseguró que la institución incluso tuvo que explorar medidas alternativas y que está a la espera de un permiso para explotar un pozo identificado en las cercanías del establecimiento deportivo, lo cual permitiría disminuir los costos si se mantiene la situación en las próximas semanas.
El estadio también es la sede administrativa del Saprissa, por lo que el equipo de fútbol también tuvo que gestionar el pago de agua potable para sus colaboradores con funciones en el inmueble.
Contaminación con xilenos
Investigaciones realizadas por equipo técnico de la Universidad de Costa Rica (UCR) determinaron que el componente que contaminó el agua de los cantones de Tibás, Moravia y Goicoechea fue xileno, a pesar de que inicialmente se planteó la hipótesis de un combustible.
El xileno es un material que se usa como disolvente en campos como las imprentas y las industrias de caucho y cuero; así como para limpiar o diluir pinturas y barnices. También se usa en la industria química, de plásticos y de fibras sintéticas, y en el revestimiento de telas y papeles, según explicó el periódico La Nación.
La información sobre este componente la confirmó la Oficina de Comunicación Institucional (ODI) de la UCR, con base en los estudios del Centro de Investigación en Electroquímica y Energía Química (Celeq), el Centro de Investigación de Contaminación Ambiental (Cica), el Centro de Investigación en Ciencia e Ingeniería de Materiales (Cicima) y el Centro de Investigación en Productos Naturales (Ciprona). Todas estas entidades participaron en los análisis.
Según la información de la UCR, este contaminante suele desaparecer de los acueductos con el paso del tiempo, por lo que si se retira la fuente de contaminación sería cada vez más seguro consumir agua.
El Ministerio de Salud informó de que la fuente de contaminación se identificó a un kilómetro del punto de captación del tanque del acueducto de Guadalupe, de Goicoechea, en una subcuenca llamada Quebrada Honda 2.
El presidente Rodrigo Chaves reconoció que el manejo de esta crisis, que inició desde la penúltima semana de enero, fue ineficiente. Por eso, destituyó al presidente ejecutivo del Instituto de Acueductos y Alcantarillados, Alejandro Guillén, y en su lugar nombró al exjerarca de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope), Juan Manuel Quesada.
Chaves aseguró en conferencia de prensa que “no resolvimos el problema de largo plazo a una velocidad suficiente”; mientras que Quesada añadió que la crisis fue “muy mal manejada” en cuanto a la comunicación.