La identidad, historia, cultura, y economía de este país, se ha construido con los aportes de las diversas comunidades que lo conforman, y cada 25 de julio celebramos la incorporación de una muy especial, la del Partido de Nicoya, a lo que hoy conocemos como provincia de Guanacaste. Una provincia que ha enriquecido de muchas maneras esta unidad que llamamos Costa Rica.
Hoy es una región que desarrolla una próspera actividad agrícola, y atrae a millones de turistas de las más diversas nacionalidades por sus bellas playas, pampas y volcanes, bosques y ríos, que su gente afable comparte junto con su gastronomía y estilo de vida. La zona de Nicoya destaca en el mundo entero por su alta longevidad y la calidad de vida y dignidad con la que las personas viven esos años adicionales.
Lamentablemente, no siempre los guanacastecos se favorecen de los beneficios que su región aporta al país. Por ejemplo, encontramos diferencias importantes con respecto a San José en educación y en conectividad: solo el 3,8% de las escuelas en Guanacaste enseña el currículo completo en contraste con un 27,4% en San José; el bilingüismo, o el aprovechamiento de las nuevas tecnologías, incluyendo ahora la Inteligencia Artificial, no están trabajándose en las aulas como lo requieren las nuevas generaciones; y solo un 22,2% de los hogares tiene conexión a Internet por fibra óptica versus un 45,8% en la región Central según varias fuentes como el Estado de la Educación.
Así, la calidad del empleo al que tiene acceso la mayoría de la población es baja, y una gran parte de esos trabajos corre el riesgo de ser sustituida por las nuevas opciones que la IA está generando.
Por otro lado, el precio de la tierra y la vivienda, así como de muchos servicios, han aumentado considerablemente como consecuencia de la economía dinámica que el turismo impulsa, pero que pocos locales pueden pagar. Las personas que logran enfrentar los altos precios ocupan en su mayoría puestos asociados a una mejor educación, muchos son profesionales y técnicos calificados que han migrado de la GAM e incluso de otros países.
Las desigualdades y la pobreza, como ya sabemos, se originan fundamentalmente en diferencias en las oportunidades educativas que tienen las personas y los territorios. Hasta que Costa Rica logre corregir estas disparidades, seguirá siendo un país de claroscuros con una integración incompleta de sus regiones, una aspiración de unidad nacional que a 200 años de la anexión de Nicoya no hemos alcanzado.
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Leda Muñoz es catedrática de la Universidad de Costa Rica, exvicerrectora de Acción Social, investigadora en nutrición y desarrollo infantil; coordinadora del Informe Estado de la Nación y exdirectora de la Fundación Omar Dengo. Ph.D. en nutrición infantil y epidemiología.