Cada día las empresas e instituciones salen en busca de personas con el conocimiento y las habilidades que les permitan navegar, de manera exitosa y con rumbo, en un nuevo océano de profesiones y competencias muy diversas, conocidas como talento digital.
Este heterogéneo y nutrido grupo lo integran profesionales de áreas tan diferentes como tecnología, diseño, negocios, programática, medios, project managers digitales y otros. En resumen, la profesiones que ayuden a fortalecer la innovación y la eficiencia, y que de preferencia, puedan gestionar proyectos a nivel global, con metodologías que generen impacto y valor.
Igualmente, cientos o miles de profesionales que inician o ya se desempeñan en alguna de estas áreas, intentan saber cuáles son los perfiles que esas empresas requieren y de qué manera deben estar preparados para encajar en esta búsqueda. Entre las empresas hoy existe una demanda creciente de talento, en donde se busca experiencia, conocimiento y se compite por captar al mejor.
¿Cómo empatar esas necesidades de las empresas con las expectativas de quienes salen al mercado? Es importante reconocer que el talento digital no se produce por generación espontánea, tampoco se nutre de una única fuente o metodología. Las empresas que buscan ese talento, los aspirantes y la academia desempeñan un papel fundamental en la creación de esa masa crítica de talento.
Existen diversas maneras de incrementar la cantidad y calidad del talento digital dentro de las organizaciones y quizá la primera de ellas sea saber dónde está la gente que buscamos. Una buena manera de hacerlo es impulsando programas de formación y semillero de talento, en modalidades como los bootcamp, o los academy, así como pasantías remuneradas a personas junior, para promover su formación y crecimiento.
Las organizaciones pueden hacerse más atractivas para las personas si se involucran genuinamente en los procesos de formación, indistintamente de cómo la persona haya logrado previamente su conocimiento y experiencia. Como ejemplo nuestro punto de partida es: “Mostrame lo que sabés”, no cómo y dónde aprendiste, sino lo que sos capaz de hacer.
Esta participación puede iniciar desde el proceso de reclutamiento; por ejemplo, brindando feedback sobre sus fortalezas y debilidades, así como guía sobre lo que se espera y necesita de ellos. En ocasiones, una persona aspirante que no es contratada se queda sin saber por qué, o cuáles aspectos deberá mejorar para tener una nueva oportunidad con la empresa en el futuro.
Otro aspecto importante es que exista un adecuado balance y comparación de expectativas entre la empresa y la persona, más allá del salario, y preguntarse constantemente ¿qué busca el talento en una empresa? Así la organización puede hacerse más atractiva y ayudar en los procesos de formación. Esto puede lograrse por medio plataformas de entrenamiento, de acceso permanente, ya sea para planes personalizados o incluso por iniciativa libre de los colaboradores.
La formación también entraña un reto para las universidades. Están llamadas a entender más las necesidades de las carreras técnicas. Por ejemplo, lograr que los estudiantes adquieran conocimiento más profundo de herramientas específicas y no se vean forzados a tomar cursos afuera, y profundizar en el desarrollo y la especialización.
Es vital que desde la academia también se dote a los estudiantes de una formación sólida en inglés, con suficiente nivel técnico y fluidez para mantener una conversación y poder comunicar tareas. También es importante que se fortalezcan las capacidades y habilidades de trabajo para desempeñarse en ambientes colaborativos e interactivos, en los que la persona pueda liderar y realizar mentoría.
Para quienes aspiran a ser parte del talento digital es bueno saber cuáles son las competencias más buscadas y orientar su capacitación hacia ellas: estudios en diversas ramas de la tecnología, experiencia en manejo de equipos, nivel avanzado de inglés, buena relación con el cliente, mentalidad innovadora, capacidad de adaptación a diferentes países, culturas e idiomas para profesiones más globales.
En el caso de Costa Rica, el conocimiento en áreas de tecnología está cada vez más disponible, no solo a través de una carrera universitaria, sino que existen facilidades de actualización constante, por medio de cursos cortos que le permiten a la persona armar un perfil profesional acorde con las tendencias y necesidades del mercado actual.
El autor es líder de Adquisición de Talento de Publicis Global Delivery.