Hemos pasado por muchos retos como sociedad, años de incertidumbre, cambios en nuestras rutinas, en nuestro estilo de vida y en la economía global. Todo esto ha generado una gran presión en las personas, en las empresas y en el mundo.
Dichas experiencias se han traducido también en estrés y ansiedad. En línea con lo anterior, según la nota periodística de CNN en Español, “El 2020 fue un año récord para el estrés, especialmente para las madres” (2021), “el año de la pandemia que pasará a la historia batió récords de estrés, preocupación, ira y tristeza entre hombres y mujeres de todo el mundo, según una nueva encuesta mundial sobre las emociones en 2020.”
Según esta misma nota, los niveles de estrés fueron los que más aumentaron. Un récord del 40% de los adultos de todo el mundo dijeron haber experimentado estrés «mucho el día anterior», según el Índice Global de Emociones 2021 de Gallup. Se trata del nivel más alto de los últimos 15 años, según el informe.
Es importante recordar que el estrés genera una serie de síntomas físicos, cognitivos, emocionales, conductuales y sociales, que reflejan la alteración en el funcionamiento del ser humano. Dichas alteraciones afectan el desempeño, la motivación, y las destrezas del individuo en sus diferentes contextos, impactando su estabilidad emocional.
Ahora bien, específicamente en el tema del estrés económico, también ha habido un impacto importante. La economía global se ha visto impactada y esto ha afectado las finanzas de muchas empresas y personas. “El estrés financiero se produce como consecuencia de los problemas económicos que generan ansiedad y producen sensación de vulnerabilidad o escasez”, según un artículo de BBVA.
De acuerdo con un artículo de la Revista Summa, Costa Rica es el país con mayor estrés financiero del mundo, según una nueva investigación de Compare the Market. Dicha investigación, “analizó cada país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en los siguientes cinco factores: salario promedio, tasa de desempleo, precios promedio de la vivienda, alquiler mensual promedio y costo de vida mensual promedio. Luego se creó una puntuación ponderada general y se clasificó a cada país.”
La investigación determinó que, “el país con mayor estrés financiero de todos los que se examinó fue Costa Rica, en gran parte debido al hecho de que tenía, con mucho, el nivel más alto de desempleo de cada uno de los países, con un 20,06%”. Adicionalmente, Costa Rica presentó un salario mensual promedio bajo de $758.
Es fundamental conocer la realidad que vivimos a nivel mundial y en el país, con el fin de determinar acciones para evitar ser víctimas del estrés financiero.
Algunas recomendaciones para las empresas son las siguientes:
- Proactividad respecto al tema: como vemos, el estrés financiero no solo afecta las finanzas de las personas, sino también a las empresas. Es fundamental identificar posibles iniciativas que se puedan desarrollar a lo interno de nuestras corporaciones.
- Educación financiera: es primordial brindar a los colaboradores recursos para que identifiquen el concepto que tienen del dinero, además la manera como dirigen y administran sus finanzas, y así adquirir nuevas estrategias para alcanzar mayor inteligencia financiera y una sana percepción del dinero.
Este proceso se puede dar a través de formaciones, capacitaciones, talleres, procesos de psicología- coaching y finanzas. Además, mensajes con contenido del tema, que se puedan compartir a través de los diferentes medios internos de comunicación.
Algunas recomendaciones para las personas son las siguientes:
- Conocer las propias creencias: es necesario analizar qué creemos acerca del dinero y de las finanzas. De esto dependerá la forma en que administremos el mismo. Algunas creencias pueden ser muy limitantes y poco sanas, haciendo que las personas caigan en el “despilfarro” y una mala gestión.
- Ser realistas: es fundamental tener claridad de nuestra situación financiera, ¿estoy en una buena situación financiera o las deudas me consumen y absorben mi salario?, ¿mis ingresos mensuales se equiparan con mis egresos y gastos?, ¿tiendo a ser una persona con un comportamiento compulsivo al comprar?, ¿tengo claridad de lo que es verdaderamente importante al realizar una compra o esto se me dificulta?, ¿han pasado meses y no encuentro empleo?
- Identificar la necesidad de una posible ayuda: es esencial identificar si necesitamos ayuda en caso de estar en un cuadro de estrés financiero. Un profesional en psicología e idealmente también con formación en coaching, nos pueda colaborar a canalizar mejor la tensión y el estrés, con todos sus síntomas psicosomáticos, y al mismo tiempo a lograr mejores resultados financieros. También en caso de no poseer un trabajo, es importante buscar una asesoría, dejarnos ayudar por personas que nos pueden colaborar en la búsqueda de empleo y en la preparación para los procesos de selección y reclutamiento.
- El hábito del presupuesto (personal y familiar): establecer un presupuesto es fundamental para canalizar el estrés financiero, y lograr unas finanzas saludables. Hacer un presupuesto nos permitirá planificar, comparar gastos actuales con anteriores e incluso los “gastos hormiga” que no son necesarios pero que se convierten en importantes fugas financieras. El presupuesto ayuda a ordenar nuestras entradas y gastos y por ende nuestras conductas de consumo. Además, el establecimiento de un ahorro programado, para temas tan relevantes como salud, entre otros.
Definitivamente el estrés financiero es una realidad, sin embargo, hoy es el momento crucial para adoptar nuevos paradigmas en torno a nuestras finanzas. Tomarnos un tiempo para ordenar ideas, canalizar los impulsos emocionales y conductas impulsivas, autodirigirnos y adquirir hábitos financieros saludables. ¡Aprendamos a ayudarnos mutuamente y a vivir con más calma, orden, enfoque y serenidad!
“Es importante recordar que el estrés genera una serie de síntomas físicos, cognitivos, emocionales, conductuales y sociales, que reflejan la alteración en el funcionamiento del ser humano. Dichas alteraciones afectan el desempeño, la motivación, y las destrezas del individuo en sus diferentes contextos, impactando su estabilidad emocional”.
Verónica Gutiérrez es psicóloga, coach y consultora.