El pago mediante el uso de tarjetas de crédito y débito es un negocio que involucra a los bancos adquirentes, a las instituciones financieras o emisoras, a los comercios y a los consumidores.
La comisión de adquirencia se destina a cubrir los costos operativos y de transacción electrónica; siendo, en resumen, la posibilidad más óptima de conectarse a la red electrónica de medios de pagos. Por su parte, la comisión de intercambio es el porcentaje que pagan los bancos adquirentes a las instituciones financieras o emisoras, cada vez que pasan por sus terminales tarjetas de otros emisores, distintos al adquirente.
En Costa Rica las comisiones de afiliación se encuentran, en su mayoría, superiores al 4,5%, mientras internacionalmente, la comisión de afiliación se ubica a tasas mucho menores. La razón de este porcentaje obedece a que desde finales de los años ochenta existe un acuerdo ilegal entre los bancos emisores que fija las “Cuotas de Reembolso para el Intercambio Doméstico en Costa Rica de transacciones de compra” o comisiones de intercambio, siendo modificado en 1995 en los siguientes términos: Gasolineras, 1%; Organizaciones de Beneficencia, 1%; Supermercados, 2%; Servicios Públicos, 2%, y Otros, 4%.
Según datos del Banco Central de Costa Rica, para el 2018 se contabilizaron 6.039.142 tarjetas de débito, las cuales se utilizaron en 228 millones de ocasiones, movilizando un monto final de ₡3.232.000 millones. Mientras que para el mismo año se registraron 2.611.232 tarjetas de crédito, las cuales realizaron 130 millones de transacciones, movilizando ₡3.623.000 millones.
En total, los pagos realizados con tarjetas de crédito y débito alcanzaron un monto de ₡6.855.000 millones para el 2018, lo que muestra la magnitud del mercado. Esto implica que, en promedio, se comisionó por el uso de tarjetas un monto de aproximadamente ₡205 mil millones para ese año. Monto para nada despreciable, que sin duda ha aumentó para el 2019.
Problema grave
La situación de Costa Rica en este tema se encuentra muy alejada de la realidad internacional. Por ejemplo, la Unión Europea cuenta con un reglamento donde se fija un tope a las tasas de intercambio de 0,2% para tarjetas de débito y de 0,3% para las tarjetas de crédito. En México, el monto que se le cobra a los comercios es de 1,91% para tarjetas de crédito y de 1,15% para tarjetas de débito. En Argentina se fijaron tasas de 0,90% para tarjetas de débito y de 1,90% para tarjetas de crédito y para el año 2021 las tasas se reducirán al 0,60% y 1,20%, respectivamente.
Las altas tasas que se cobran a los comercios y que se trasladan a los consumidores, representan un problema grave, que mantiene la ya complicada situación económica del país con grandes limitantes para su recuperación.
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Disminuir las comisiones devengadas por el uso de tarjetas permitirían una liberación sustantiva de los flujos de cajas de las empresas, lo que no solo le daría la estabilidad a los negocios que se encuentran luchando por sobrevivir, sino que también permitía una recuperación de la confianza de los empresarios, que se transformará en reinversión y la generación de empleo.
Desde la Cámara de Comercio de Costa Rica hemos apoyado iniciativas como el proyecto de Ley 21.177 que busca disminuir estas comisiones de intercambio y adquirencia y aplaude el soporte que han brindado diferentes diputados a este proyecto. También hemos sido enfáticos en la necesidad de ajustar algunos aspectos del texto actual de este proyecto, de Ley para que efectivamente estas comisiones se ajusten a los parámetros internacionales
Tenemos que poner freno a estas prácticas anticompetitivas, por lo que hacemos un llamado para reconocer y trabajar por el bienestar de los costarricenses y no por el de un grupo muy específico.