Costa Rica es un país abierto al mundo. Su economía se caracteriza por tener comunicación, interacción y relaciones multilaterales con más de una treintena de países. Este enlace conlleva diversas responsabilidades, por ejemplo, como nación se debe mantener actualizada sobre los avances en otras latitudes, para así mantener la competitividad y construir una imagen destacable como país con un gran capital humano. Tal actualización implica adoptar estándares internacionales.
Para el sector financiero y asegurador un trascendental reto para el 2024 corresponde a adoptar la Norma Internacional de Información Financiera: contratos de seguro (NIIF 17). Actores del mercado asegurador costarricense han desarrollado informes de avance para la transición a este nuevo paradigma; sin embargo, la implementación completa de la norma está en camino y representa una responsabilidad compleja, merecedora de amplia atención.
La NIIF 17 es la norma que dicta los contratos de seguros a nivel mundial. Permitirá la comparación de estados financieros con empresas en todo el mundo. Presenta un cambio de estructura en cuanto a metodologías, cálculos de reservas, clasificación de contratos, estimaciones de costo de capital, determinación de reaseguros y adicionalmente una característica primordial: la revelación de información para los estados financieros.
Esta información revelada permitirá la homogeneización de estados financieros entre aseguradoras de todo el mundo. Actuarios, contadores, administradores, y profesionales especializados en seguros necesitan integrar equipos de trabajo donde coincidan técnicas actuariales, ajustes de cuentas contables, interpretación administrativa y toma de decisiones gerenciales.
Los actuarios deben de crear modelos matemáticos para la determinación de reservas (LRC, LIC) y para clasificar contratos según su onerosidad. Tales modelos deben de generarse completamente desde el ingenio y capacidad de las habilidades matemáticas, dado que la norma está completamente escrita en prosa. Y ningún manual ni ningún libro posee construcciones matemáticas para su ejecución.
Los contadores deben de clasificar cuentas preexistentes y nuevas las cuales necesitan de la interpretación correcta por parte del profesional. Además de generar conciliación con solvencia II (el otro gran esquema regulatorio). Paralelamente, la interpretación para cada aseguradora es distinta, por lo que cada una de las aplicaciones de la norma puede variar según cada aseguradora (por distinciones entre tipos de seguros, grupos homogéneos, cuota de mercado de la institución, entre otros).
Por otro lado, muchas de las exposiciones y presentaciones que se pueden encontrar en la web, en seminarios o actividades son muy generales. Hablan sobre la estructura por bloques sin especificar como calcularlos, sobre aspectos superficiales. Y aunque son útiles como introducción, a la hora de la implementación no ofrecen soluciones matemáticas ni específicas para generar modelos actuariales, que son la columna vertebral de la aplicación, y es precisamente lo que el ente regulador solicitará para saber si se adecua a su realidad financiera.
Aunque de primera entrada se puede tornar abrumador, el proceso a la adopción desarrollará un ambiente óptimo para la evolución del mercado de seguros. El dinamismo ha caracterizado a este mercado y así como han ocurrido cambios disruptivos en el pasado (apertura de los seguros en el 2008, adhesión a la OCDE en el 2021) este cambio también nos encaminará a la senda del desarrollo que tanto buscamos como país.
El autor es estudiante de último semestre de la carrera de Ciencias Actuariales en la Universidad de Costa Rica.