Un informe reciente de la titulación de las universidades públicas y privadas, elaborado por el Consejo Nacional de Rectores (Conare), sirvió de base para que realizáramos un interesante reportaje sobre el cantón de origen de los graduados universitarios en Costa Rica.
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La conclusión más relevante, hasta ahora, es que existe una relación bastante clara entre los índices de desarrollo humano y de competitividad de un cantón y el porcentaje de estudiantes que obtienen el título universitario. De hecho, con algunas excepciones, existe una diferencia muy marcada entre las cifras de los cantones más ricos de la zona central del país y sus alrededores, y sus contrapartes de la periferia: mientras que cantones como Montes de Oca, San Pablo, Pérez Zeledón y San Mateo gradúan, respectivamente, 32.77, 31.14, 32.66 y 52.07 personas por cada 1.000 habitantes, en Los Chiles, Garabito, Talamanca y Matina esas cifras se reducen a 7.39, 7.36, 8.91 y 10.7.
Factores como la carencia de servicios indispensables, una pobre conectividad y falta de acceso a herramientas tecnológicas, una baja calidad de la educación primaria, el alto grado de deserción en la secundaria, así como otros rezagos sociales y económicos del cantón, juegan un papel determinante en la cantidad de personas que pueden tener acceso a la formación universitaria, con los indeseables efectos en la desigualdad que ello provoca.
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El reportaje también da luz en cuanto a las diferencias en el tipo de carreras que se obtienen en cada territorio, pues los cantones de la periferia concentran los títulos en las áreas de educación y ciencias económicas (hasta en un 71%), mientras que en la región central el abanico es mucho más amplio. En este caso, la hipótesis es que dichas carreras son las que tienen mayores oportunidades laborales en las zonas fuera del Gran Área Metropolitana. Además de que muchos centros universitarios se han especializado en esos dos campos, al tiempo que, según un informe del Estado de la Educación (2018), solo un 11% de aquellos se enfocaban en carreras relacionadas con ciencia, tecnología, ingeniería y matemática (carreras STEM), considerando que la inversión y costo de estas últimas es mucho mayor que los de las primeras, constituyéndose en un desincentivo para ofrecer estas carreras en las zonas rurales, donde la capacidad de pago y financiamiento es menor.
La atención de dichas diferencias es crucial para el desarrollo equilibrado del país, ya que son los graduados universitarios de cualquier sociedad quienes tienden a obtener los trabajos mejor remunerados, sufren una tasa de desempleo menor y adquieren una mayor movilidad social. Esto es particularmente importante en el caso de las carreras STEM, dada su cada vez mayor demanda debido a la creciente digitalización y avances tecnológicos en muchos sectores en los que Costa Rica ha evidenciado tener un gran potencial. Además, la productividad y contribución a la innovación y adaptabilidad a las nuevas tecnologías y a un mundo interconectado de quienes cuentan con un título universitario es igualmente mayor.
El análisis realizado hasta ahora no nos brinda información suficiente como para determinar qué porcentaje de los graduados universitarios regresa a su cantón de origen una vez que obtiene su título, ni si en esos cantones existen las condiciones para que desarrollen adecuadamente la actividad profesional respectiva, y mucho menos para medir el impacto que ello tiene en sus comunidades. Es esta una tarea pendiente que deberá igualmente realizarse, toda vez que nadie duda de los significativos y multifacéticos efectos que los graduados universitarios tienen en el bienestar de su entorno, influyendo en áreas como el crecimiento económico, la cohesión social y la innovación.
Un título universitario no solo beneficia a los individuos que obtienen su profesión, sino que es también esencial para alcanzar el desarrollo sostenible y el progreso equilibrado del país, siendo que la inversión en educación superior se traduce en beneficios económicos, sociales y culturales fundamentales para el bienestar general de la sociedad. Y aunque esto es importante para Costa Rica como un todo, también lo es velar por que ese progreso, bienestar y posibilidad de movilidad social no se concentre solo en los cantones del centro del país.