Una característica común de personas ambiciosas y enfocadas en sus carreras es la determinación de convertirse en miembros del C-suite o la posición de mayor responsabilidad, una aspiración que va más allá del simple título (cualquiera puede ser CEO de su propio negocio). Para lograrlo, se deberán demostrar resultados sobresalientes, tomar riesgos calculados, superar obstáculos aparentemente insuperables, dominar el miedo al fracaso y navegar por un laberinto político.
Debe siempre existir un compromiso determinado consigo mismo si se desea causar un gran impacto en la organización en la que se labora, que es el espacio donde se puede influir genuinamente en los objetivos estratégicos y decisiones tácticas de la empresa, y donde se encuentra un mayor poder, estatus y recompensa financiera.
LEA MÁS: Afine sus habilidades para llegar al puesto que desea
El camino hacia la silla del número uno es variado, pero probablemente, el más común y confiable sea haberse unido a una empresa en un nivel inferior, quizás en un rol técnico, y ascender. Esta circunstancia tiene la ventaja de dar al CEO y a otros ejecutivos la oportunidad de evaluar el desempeño logrado a lo largo del tiempo en diversas situaciones. También brinda la capacidad de obtener una comprensión profunda del negocio, construir relaciones críticas, destacar los talentos desarrollados y demostrar el potencial valor en un ascenso.
Para alcanzar una posición de alta gerencia siempre se requiere de una buena dosis de paciencia. Puede haber cinco o más niveles que atravesar, compitiendo por cada nueva promoción con otras personas inteligentes y ambiciosas, tanto dentro como fuera de la empresa. Y a medida que se asciende, el aire se vuelve progresivamente más enrarecido. Llegar a la cima no es para todo el mundo.
Una buena regla general es que, si desea ser ascendido a un nuevo nivel, es más probable que esto suceda en la empresa actual. La promoción de talento interno y la contratación externa ocurren prácticamente en todos los niveles. ¿Cuál es la vía rápida: oportunidades internas o externas? Como en la mayoría de las respuestas, todo depende.
Se puede pensar que cambiar de empresa puede abrir nuevas oportunidades. Puede ser una manera efectiva de adquirir una mayor amplitud de experiencia y puede ser un atajo para obtener una mayor remuneración, ya que no se está limitado por las percepciones que pueden anclarse en la mente del empleador o empresa actual.
Siempre será muy valioso ver todo desde la perspectiva de un CEO o presidente, quien tomará la decisión final. Por supuesto, cada CEO quiere contratar a la mejor persona para el trabajo, pero sin duda deberá considerar una variedad de otros factores:
- ¿Cómo recibirá la junta directiva el nombramiento?
- ¿Cómo mitigar el riesgo de una mala contratación?
- ¿Cómo encajar el nuevo nombramiento con la cultura existente del equipo ejecutivo?
- ¿Qué otros aspectos (por ejemplo, diversidad) se deben tener en cuenta?
Ya sea que se esté tocando la puerta del C-suite o navegando por el barro de la gerencia intermedia, hay elementos críticos que posicionarán (o no) la promoción a los niveles más altos.
- Construir relaciones clave: un elemento común en virtualmente todas las carreras exitosas es la capacidad para construir relaciones a niveles superiores. Se debe tener, al menos, el apoyo del jefe directo, pero no termina ahí. Muchos equipos ejecutivos discuten sobre el talento existente en la empresa y toman decisión de ascenso o promoción en el momento. Se necesita que los líderes superiores tengan una buena percepción y opinión de esos individuos (high potential) y no solamente sepan de las habilidades técnicas o conocimientos, sino también sobre las actitudes, comportamientos y preparación para el siguiente nivel. Sería ingenuo sugerir que la política no juega un papel, por eso es preferible consolidar el apoyo en múltiples esferas.
- Adquirir gran conocimiento: un gran ejecutivo contribuye más allá de los límites estrechos de su propia cartera. Esto requiere una amplia gama de habilidades, comenzando con la alfabetización financiera y una comprensión básica del análisis de inversiones. Es el lenguaje de los negocios, así que es recomendable sentirse cómodo con los balances y las cuentas de resultados. La destreza financiera es una competencia básica en donde también se necesitará tener un buen manejo, por ejemplo, de mercadeo, derecho comercial, recursos humanos y gestión de activos, para ser verdaderamente efectivo. Aunque no necesariamente se deben realizar estudios de posgrado, si se decide a obtener un MBA, la recompensa será muchas veces el tiempo y la energía que se invierta. En caso contrario, hay que asegurarse al menos de estar aprendiendo y creciendo constantemente. Leer libros, escuchar podcasts, certificarse en alguna especialidad y aceptar encargos que permitan consolidar cualquier nueva habilidad y capacidad también contribuye al éxito de los ejecutivos.
LEA MÁS: ¿Ya tiene lista la ‘banca’ de sucesión de su empresa?
- Conocer el negocio: esto es una extensión del conocimiento general del negocio, pero merece su propio enfoque. Adquirir una comprensión profunda de cómo la empresa genera ingresos, cómo compite en el mercado y dónde pueden existir oportunidades de mejora es un requisito previo para ofrecer un rendimiento superior, el tipo de rendimiento que destaca para la alta gerencia. Si no se puede demostrar un profundo conocimiento del negocio en un proceso de selección ejecutiva, se está destinado a quedar en segundo lugar.
- Pensar y comprometerse en el siguiente nivel: hay una gran diferencia entre ser un trabajador incansable y ser un asesor de confianza (trusted advisor). Muchas personas ambiciosas laboran bajo la idea equivocada de que el trabajo duro triunfará. El trabajo duro es necesario, pero no suficiente. Los trabajadores incansables son esenciales para los resultados de su equipo, por lo que trasladarlos sería increíblemente arriesgado. Además, tienden a no construir capacidad debajo de ellos. Es común que ese tipo de trabajador lideren equipos mediocres y compensen las deficiencias de su personal. Los asesores de confianza, por otro lado, demuestran que comprenden los problemas en el siguiente nivel, se oponen cuando es apropiado y agregan un valor real a su jefe y a otros líderes senior; miran hacia arriba y hacia afuera, en lugar de hacia adentro y hacia abajo. No hay que equivocarse, los asesores de confianza trabajan duro y trabajan duro en las cosas correctas.
El camino profesional tomará muchos giros y vueltas, y lo único de lo que se puede estar seguro es que no se desarrollará de la manera que se espera y probablemente será más lento y difícil de lo que se pueda imaginar. El camino hacia el éxito es construir sistemáticamente sobre las capacidades, las relaciones, un pensamiento estratégico y el historial laboral. No hay atajos, y hay muchos obstáculos en el camino.
El autor es socio director de Recluta Talenthunter.