Si tuviéramos que pensar cuáles competencias, habilidades y destrezas de liderazgo serán necesarias dentro de diez años, podríamos decir con suficiente grado de certeza, que serán diferentes a las actuales.
Si esta pregunta la reformulamos y pensamos si las destrezas de liderazgo que aprendimos y pusimos en práctica hace diez años nos sirven hoy, la respuesta sería que un no para la mayoría. Existirán principios básicos que se mantienen en el tiempo, pero la forma y el cómo serían, distintos.
Por ejemplo, en su clásico libro de estrategia y liderazgo, “El ejecutivo eficaz”, Peter Drucker nos habla de prácticas que un líder debe seguir, como, por ejemplo, enfocarse en aportar valor y generar contribución a la empresa; esto sin duda sigue vigente, pero la manera de hacerlo ha cambiado en el tiempo.
En el ámbito tecnológico, hablamos de obsolescencia cuando un programa o componente de hardware perdió su vigencia, por lo tanto, puede -y en algunos casos es necesario-, ser sustituido. Algo similar ocurre con el liderazgo.
Le invito a preguntarse: ¿Cuándo fue la última vez que estudió? ¿Cuáles nuevas competencias ha añadido a su caja de herramientas como líder? ¿Cada cuánto pide retroalimentación de su jefe, colegas y colaboradores? ¿Cuándo fue la última vez que hizo una evaluación 360?
Navegar hacia el futuro
Esa selección de pautas le puede orientar en su viaje como líder hacia el futuro.
Empiece por liderarse a usted mismo: asuma la responsabilidad de cuidarse. Prácticas como la presencia consciente (mindfulness) le pueden ayudar a estar mejor, a conectarse con lo realmente importante, así tener más efectividad y evitar el síndrome del trabajador quemado (burnout). El diario interactivo (journaling) es otra herramienta muy útil, que ayuda a los líderes a aumentar su auto conocimiento, a ser más consciente de sus destrezas, retos profesionales y de situaciones o personas que drenan su energía; escribir con frecuencia potenciará su inteligencia emocional.
Pida retroalimentación frecuente sobre su estilo de liderazgo: tenga apertura y mucha curiosidad, no responda con justificaciones, reflexione sobre las oportunidades de mejora y agradezca la sinceridad. Esta será la base para desarrollar resiliencia y tener una mentalidad de crecimiento. Iniciar un proceso de coaching profesional también puede acelerar su proceso.
Potencie nuevas habilidades con sus fortalezas ¿Cuáles son aquellas fortalezas que pueden impulsar su proceso de crecimiento? Algunos líderes se apalancan es su disciplina, otros en su capacidad de innovación o habilidad para conectar ideas y conceptos, pregúntese cuál es su superpoder y cómo lo puede utilizar a su favor.
Haga una lista de las tendencias más importantes, aquellas que representan cambios en la actitud y comportamiento de los consumidores, así como las generadoras de disrupción en las empresas y la sociedad, y pregúntese ¿qué debo aprender?, ¿cómo me puedo anticipar? y ¿cómo podría inspirar un cambio hacia nuevas direcciones?
Tendencias como la Inteligencia Artificial, su impacto en el mercado laboral y empresarial, la llegada del metaverso, robótica y sistemas autónomos, ciberseguridad, productos y servicios amigables con el medio ambiente pueden ser guías para nuevos caminos de aprendizaje.
El bienestar del colaborador es otra gran tendencia. Interésese por conocer sobre balance de vida, programas de bienestar, beneficios de salud física y mental.
Sabemos que posterior a la pandemia el trabajo remoto transformó la manera de liderar, y aunque algunas grandes empresas han iniciado un proceso de regreso a las oficinas, el trabajo híbrido posiblemente sea la constante. Por lo tanto, será clave liderar y construir la cultura organizacional para equipos remotos. Incluya en esta lista las tendencias específicas que tendrán impacto en su industria.
Ser y parecer, muchas personas ya tienen competencias y destrezas para el liderazgo del futuro, pero no se proyectan. Pregúntese ¿cómo quiero proyectarme?, ¿cuál es la audiencia meta?, ¿qué lenguaje debo cambiar?, ¿qué actitudes y comportamientos debo ajustar? Desarrolle su marca personal, busque asesoría profesional para comunicar con mayor impacto.
Permítase mostrar vulnerabilidad. Brené Brown en su libro “Atrévete a liderar” nos dice que debemos de dejar de pensar en que la vulnerabilidad es sinónimo de debilidad; por el contrario, se trata de tener coraje y ser valiente. Los líderes generalmente quieren mostrarse “fuertes”, pero finalmente son humanos, pueden transmitir sus sentimientos en un espacio seguro. Por lo tanto, enfóquese en comunicación y empatía, defina sus valores y cultive un ambiente de confianza y resiliencia.
Todo empieza por nosotros mismos, estos cambios deben estar enfocados en aumentar la contribución a los resultados organizacionales e impactar positivamente en las personas y la sociedad. Asegúrese de mantenerse alineado con su propósito personal, que debe ser fuente de inspiración para convertirse en el líder del futuro.
El autor es director de banca de personas del banco Davivienda Costa Rica.