En la actualidad, la lucha por minimizar la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres en el sector empresarial representa un desafío por superar.
De acuerdo con un informe publicado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 2021), un 46% de la fuerza femenina mundial desempeña puestos en las administraciones públicas, pero solo el 31% ocupa puestos de poder.
En el sector privado de Latinoamérica, el porcentaje de empresas con mujeres como gerentes es del 22,4%, según datos de marzo 2021 del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). En Costa Rica, esa cifra es del 15,4% mientras que Honduras y El Salvador comparten el porcentaje más alto (28%).
Además, existe una gran diferencia con respecto al impacto en pérdida de trabajo en Latinoamérica durante la pandemia. Según datos del Banco Mundial y del PNUD, el 18% de hombres perdió su trabajo mientras que el 39% de las mujeres fueron desvinculadas laboralmente.
A raíz de la crisis sanitaria, las acciones para potenciar el liderazgo femenino se han convertido en un reto mayor debido a que la mayoría de mujeres trabajan en áreas golpeadas por las restricciones sanitarias para contener el virus, por ejemplo, turismo, manufactura, comercio, trabajo doméstico, salud o educación.
Más allá de potenciar el liderazgo femenino
Velar por una mayor y mejor inclusión laboral femenina va más allá de potenciar el liderazgo femenino; se trata de un factor que beneficia a la sociedad de forma transversal, a su crecimiento y su desarrollo sostenible.
De acuerdo con cifras del Banco Mundial, las mujeres aportan el 9% del PIB mundial, a pesar que más de 740 millones de ellas trabajan en la economía informal, cifra que refleja la importancia del empoderamiento femenino en la actualidad.
El rol de la empresa privada
Con el fin de disminuir esta brecha que día a día se amplía, las empresas privadas juegan un papel fundamental, ya que contribuyen al cambio de percepciones sobre las capacidades de género cuando brindan espacios en los que se reconoce el valor de su trabajo.
En este contexto, como mujeres líderes debemos promover espacios para escucharnos, generar ideas, compartir experiencias o inquietudes que, muchas veces, no exteriorizamos. Además de propiciar un ambiente más saludable y gratificante.
En Kimberly-Clark estamos comprometidos con promover un liderazgo inclusivo que incentive el respeto hacia la diversidad de experiencias y perspectivas que fomenten la equidad entre nuestro talento y el empoderamiento femenino. El 32% de los roles de liderazgo dentro de nuestra compañía en Latinoamérica son ocupados por mujeres y nuestro objetivo es llegar al 50% en menos de diez años.
En el caso de Centroamérica Sur y el Caribe, 873 mujeres laboran en la compañía y un 40% desempeñan roles de liderazgo, entre ellos, posiciones de alta gerencia.
En Costa Rica, se desarrollan programas como “Working Mom”, una iniciativa que busca la reinserción laboral de las madres que decidieron hacer una pausa laboral, brindándoles la oportunidad de un empleo que les permita reinsertarse en el mercado laboral mientras velan por el cuidado de sus hijos.
Aunado a estos esfuerzos se realiza la iniciativa #EllaPuede, cuyo objetivo es empoderar a sus colaboradoras en Latinoamérica por medio de cuatro ejes de acción. El primero de ellos corresponde a mentorías que se realizan entre ejecutivas que tienen mayor y menor responsabilidad en la compañía, para compartir experiencias y generar conocimiento; el segundo, son reuniones y espacios con dinámicas para interactuar.
También, círculos de discusión y foros sobre empoderamiento de la mujer. Como cuarto eje, brindamos acciones para el desarrollo personal. Asimismo, dentro de esta estrategia -interna y externa- Kotex lidera programas de educación para derribar mitos sobre la menstruación en la sociedad y empoderar a miles de mujeres con sus iniciativas #EllaPuede #SoyUnNuevoCiclo.
Como compañía que promueve la inclusión y diversidad, instamos a otras empresas del país y la región a potenciar el talento femenino y promover herramientas para que cada vez más mujeres puedan tener acceso a la educación, liderar, innovar, crear y tomar decisiones en su día a día y en el mundo empresarial.
Es urgente empoderar la sociedad en general, y, como indica ONU Mujeres “contribuir directamente a la igualdad de género, la erradicación de la pobreza y el crecimiento económico inclusivo”.
La autora es gerente senior de recursos humanos para Centroamérica Sur y el Caribe.