La Inteligencia Artificial Generativa (IAG) se presenta como un nuevo desafío para el ámbito laboral mediante la creación de tecnologías diseñadas para mejorar y facilitar tareas. No obstante, en lugar de reemplazar la fuerza de trabajo, esta tecnología amplifica las habilidades humanas y aumenta su eficiencia, así lo señala el estudio de Deloitte “Generative AI and the future of work”.
Ahora bien, la IAG se refiere a una avanzada tecnología capaz de producir contenidos digitales —como textos, gráficos, audio, programación y vídeos— que son fácilmente accesibles en línea. Conforme la IAG redefine roles y competencias profesionales, los líderes deben entender y preparar a sus equipos para los cambios venideros, enfocándose en habilidades humanas únicas, como la inteligencia emocional y el liderazgo.
Es importante considerar que la IAG está capacitada para asumir tareas complejas como la detección de fraude financiero y amenazas de ciberseguridad, y en el ámbito de la salud, puede contribuir con la investigación y descubrimiento de nuevos medicamentos. En síntesis, la aparición de la IAG marca una revolución, uniendo seres humanos, trabajo y tecnología de formas innovadoras.
Sin embargo, la IAG también impone desafíos, provoca debates sobre su precisión, impacto en el empleo e implicaciones legales relativas a los derechos de autor.
El informe de Deloitte, “Generative AI and the future of work”, subraya que los líderes empresariales enfrentan el reto de comprender, tanto el potencial como los riesgos asociados con la IAG, por lo que deben prepararse para los cambios organizacionales que acompañarán su adopción. Ahora bien, si las organizaciones consiguen que sus trabajadores se adapten y avancen junto con la IAG, se podría garantizar que la tecnología realce las habilidades humanas en lugar de sustituirlas.
Por esta razón, las estrategias organizacionales deben acompañarse de una gestión de cambio enfocada en las personas y con una visión clara del futuro, para aprovechar al máximo los beneficios de la Inteligencia Artificial (IA). Mediante este enfoque estratégico, las empresas pueden posicionarse a la vanguardia de la industria y obtener una ventaja competitiva significativa.
Impacto en empleo
En Estados Unidos, hasta el 80% de los trabajadores podrían experimentar que, al menos el 10% de sus tareas, las realicen los sistemas automatizados, mientras que aproximadamente el 19% de la fuerza laboral podría enfrentar la automatización de la mitad de sus tareas, según el estudio de OpenAI, “GPTs are GPTs: An early look at the labor market impact potential of large language models”.
Por otro lado, aproximadamente el 80% de las mujeres en la fuerza laboral enfrentan un alto riesgo de que sus empleos se afecten por la automatización, versus el impacto que tendría el 60% de los hombres, según el análisis del Instituto Kenan de la Empresa Privada, ¿Afectará la IA generativa de manera desproporcionada a los trabajos de las mujeres? Esto se debe a que los sectores más susceptibles a la automatización, como el soporte administrativo, servicios educativos y sociales, tienen una mayor representación femenina.
El informe de Deloitte Generative AI and the future of work menciona que es crucial que las empresas evalúen cómo la IAG podría impactar en cada rol y cómo podría favorecer al desarrollo de habilidades necesarias para el futuro. Por esta razón, es fundamental distinguir aquellas capacidades humanas donde sobresalen los trabajadores y cómo la IA puede potenciarlas.
Casi todos los trabajadores podrían necesitar algún tipo de formación continua para manejar con destreza la IAG, lo que incluiría el desarrollo de habilidades, tales como:
- El aprendizaje continuo: Es vital para mantenerse al día con la IA, la cual cambia rápidamente.
- La gestión de herramientas de IA: Es una habilidad en crecimiento dada su importancia en diferentes profesiones.
- La inteligencia emocional: Es una capacidad crítica que la IA todavía no puede replicar.
- La toma de decisiones en contextos inciertos: Esta es un área que, principalmente, sigue siendo de dominio humano.
Por ejemplo, la IAG crea imágenes, pero el ser humano tiene la creatividad. La IAG clasifica y categoriza los datos, pero el ser humano resuelve el problema.
Para navegar estos cambios, es esencial la cooperación entre trabajadores y líderes para explorar aplicaciones potenciales de la IA y su posible transformación de los roles laborales. Entre tanto, las organizaciones que mantengan una comunicación abierta sobre el aprendizaje constante y brinden apoyo a su personal, estarán mejor posicionadas para liderar, optimizar la productividad y capitalizar las oportunidades.
Actualmente, Costa Rica posee fortalezas en materia de IA, como: dispositivos tecnológicos y centros de datos, señala el estudio “Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial”, realizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Sin embargo, se identifican retos y oportunidades en formación de talento, investigación, desarrollo e innovación.
Pese a no contar con una estrategia nacional consolidada en IA, el informe indica que Costa Rica se destaca por su participación en la esfera internacional y su adhesión a tratados que orientan las normativas en IA, lo cual puede servir de impulso para el desarrollo.
Panorama empresarial
Con la introducción de la IA en el panorama empresarial, las compañías están rediseñando y mejorando prácticamente todas las áreas de su operación. Esta es una oportunidad para discernir cuáles funciones son susceptibles a la automatización y cuáles habilidades humanas son cruciales para agregar valor a clientes y trabajadores.
El estudio de Deloitte “The Skills-Based Organization: A New Operating Model for Work and the Workforce” revela que aquellas empresas que enfocan su gestión en las habilidades, tienen una mayor probabilidad de éxito en términos de resultados, colocación efectiva del talento, reputación como lugar de desarrollo profesional y retención de trabajadores de alto rendimiento.
La IAG está catalizando una era de cambios sin precedentes: el desafío y la oportunidad para los líderes empresariales y trabajadores es navegar esta transformación con visión estratégica y formación continua, para asegurar que el futuro del trabajo no solo sea productivo y eficiente, sino también inclusivo y humano.
La autora es socia líder de Capital Humano, Deloitte Spanish Latin America. Colaboró Valeria Cortés, Gerente de Capital Humano en Deloitte Costa Rica.